La infancia: ese país sin mapas
- Por Ernesto Fonseca Romá, estudiante de periodismo
- Hits: 710

La infancia no es solo una etapa: es una forma de mirar el mundo. Con asombro, sin prejuicios, sin prisa. En un tiempo en el que las pantallas sustituyen a los columpios y el miedo muchas veces interrumpe los juegos, los derechos de niñas y niños deben defenderse no solo con leyes, sino con afecto, cuidado y escucha.
Hoy se celebra el Día Internacional de la Infancia, una fecha que no debería pasar inadvertida entre el bullicio de los adultos y las urgencias del mundo.
En la niñez es donde se forman los afectos más puros, las preguntas más sinceras y las certezas más frágiles. ¿Qué estamos haciendo para que ese jardín de descubrimientos no se marchite?

Cada vez que un niño es silenciado, explotado, maltratado o ignorado, algo se rompe en el alma de la sociedad. No basta con dedicarles un día, hay que construir entornos donde puedan crecer sin miedo, explorar sin restricciones, soñar sin límites y pensar con libertad. La infancia merece ser protegida no por ternura, sino por justicia.
El adulto olvida que fue niño, no recuerda sus miedos, sus ganas de jugar y la necesidad de ser abrazado sin razones. Al hacerlo, deja de comprender a los más pequeños.

Los datos pueden impresionar, pero no conmover: millones de niñas y niños viven hoy en situaciones de extrema pobreza, violencia o desplazamiento. Lo más impactante es pensar cuánto talento y potencial se pierde cuando un niño no puede ser niño: por la necesidad de hacerse adulto cuanto antes, o por la sorpresa de la muerte…
Este día debe servir para poner la mirada no solo en los menores, sino también en los sistemas que les fallan y al mismo tiempo, para mirar hacia dentro, donde aún vive el niño que fuimos, quizá dormido, quizás esperando volver a jugar. Para detenernos y recordar que alguna vez todos miramos las estrellas con la esperanza de encontrar respuestas simples a preguntas grandes.

La infancia sigue siendo ese país sin mapas donde todos fuimos ciudadanos y ahora solo quedamos como emigrantes con pasaportes vencidos.
Feliz Día Internacional de la Infancia a quienes lo viven y a quienes lo recuerdan.