Cruzada por la delicadeza

  • Hits: 1616
Valores Civicos

Todos los días necesitamos que crezca la espiritualidad como escudo profundo de la Patria, porque una sociedad será, cada vez, más saludable en la medida que acumule más cultura y libertad.

Los valores morales, cívicos y la disciplina hay que protegerlos con valentía y claridad. Cada vez que permitamos la más mínima acción nociva la sociedad enferma.

Hay que labrar, desde la misma cuna, escuela y sociedad el ser una buena persona, en hallar el equilibrio de tus quehaceres acorde con tu escala de valores, de acuerdo con tres métodos básicos: moralidad, justicia y libertad.

Si haces algo mal, reconócelo, ofrece perdón y vuelve a emprender sin aversiones, como exhibición de tus sólidos principios y valores morales, que deben florecer en la sociedad.

A pesar de las complejidades actuales, propicias para que crezcan las malas hierbas, con cientificidad y constancia hay que fortalecer la educación formal en las familias, en los procesos institucionales, en la vida cultural comunitaria, en perfeccionar la comunicación, la labor docente-metodológica para consolidar la calidad de los procesos formativos-educativos-creativos en niños, adolescentes y jóvenes.

La complejidad de los escenarios es una buena oportunidad para que las Ciencias Sociales generen y apliquen los mejores métodos para la solidez del cimiento que permita la base consistente para los principios y valores morales que necesitan hacer realidad los sueños de justicia social en Cuba.

Martí lo dijo: “que no hay obra humana que pueda llevarse felizmente a término y mucho menos perdurar, si no se basa en sólidos principios y valores morales”.

El quehacer político práctico en la actualidad necesita apoderarse de tantas enseñanzas y ejemplos patrióticos acumulados en la historia de la nación para la más pura prédica moral, desde la constante preocupación por el valor de la virtud y el perfeccionamiento humano.

Como afirma Martí: “Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía…” que explica la fortaleza de su espíritu, que lo mantuvo siempre firme en los proyectos, y la preocupación constante por dotar de contenido moral las acciones revolucionarias.

A mucha reflexión exhorta esta meditación de Raúl Castro Ruz, la conciencia más protectora de nuestra Revolución: “Una sociedad se enferma si: Los malos sirven de ejemplo y los buenos de burla. Los burócratas gozan y los que producen sufren. Los que hieren ganan y los que curan pierden. Los ignorantes lucran y los estudiosos empobrecen. Los depredadores florecen y los ecologistas languidecen. A los rutinarios se les aplaude y a los innovadores se les ignora…”

 Hilda Pupo Salazar
Author: Hilda Pupo Salazar
MÁS ARTÍCULOS DE ESTE AUTOR
Periodista especializada en temas de educación y valores. Autora de las columnas Página 8 y Trincheras de ideas.

Escribir un comentario