Madre coraje

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día madre coraje 1

La maternidad es una experiencia intransferible. Se aprende viviéndola. Ha sido tu proceso más transformador, pero también el más desafiante. Por eso, más temprano que tarde supiste que para maternar lo que más necesitas es coraje para soltar, para ser el campo de batalla de una lucha incesante de contrarios.

Primero fue tu pancita de embarazada. Para cuando pasaron las náuseas, te acostumbraste a la hinchazón y las visitas frecuentes al baño; para cuando estabas realmente feliz con los cambios en tu cuerpo, con la idea de albergar vida, con los mimos de todos, tuviste que dejarla ir para ver cómo tu corazón latía, por primera vez, fuera de tu cuerpo.

Entonces, a pesar del dolor y el cansancio físico y las montañas rusas hormonales que te llevaron de la alegría al llanto, tuviste que adaptarte, en segundos, a cuidar de la nueva vida.

día madres 2

Para cuando quedó establecida la lactancia, pasaron el dolor y las grietas, los tés de la abuela hicieron efecto y te acostumbraste a mirarte en las pupilas de quien te ve como refugio y alimento, cesó el ciclo de alimentar a tu hijo con tu cuerpo. Tal vez fue porque no quiso más tu bebé. O porque tuviste que empezar a trabajar. O por la presión social de que ya está muy grandecito para chupar teta. Tienes, nuevamente, que dejar ir.

Para cuando creíste que ese olorcito a bebé iba a ser tan eterno como las madrugadas sin dormir, te percatas de que, en efecto, en esta etapa las noches son largas, pero los años muy cortos, y hasta desearás que se detenga el tiempo.

Una mañana te levantas y lo ves corriendo, saltando en los parques, jugando con otros niños y añoras esa otra etapa en que te necesitaba para todo, en que solo quería estar en tus brazos, odiaba el coche y la cuna tenía espinas; cuando querías un tiempo a solas y, a la vez, no separarte de tu bebé. Necesitas coraje para dejar ir.

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Después vendrá la escuela, nuevos amigos, nuevos amores… Dejará de colarse en tu cama, dormir en tus costillas, llamarte para curar sus heridas con un beso sanador… Formará su propia familia y, entonces, hay que dejar ir.

Necesitas coraje para emigrar y dejarlos atrás o para verlos partir sin la certeza absoluta de cuándo lo volverás a abrazar.

Necesitas coraje para poner en la ciencia la esperanza de ser madre, para interiorizar que no podrás ser madre biológica, para adoptar…

Necesitas coraje para soportar verlos sufrir cuando se enferman sin tener el don divino de cambiar lugares y para satisfacer sus necesidades afectivas, cognitivas, cuando nacen como seres diferentes y especiales.

día madres 4

Necesitas coraje para reunir las fuerzas con las que enfrentar un nuevo día cuando has tenido que cerrarle los ojos para siempre o cuando los perdiste dentro de ti para enfrentar un duelo que la sociedad no entiende.

Necesitas coraje para romper los prejuicios y darle colores a la maternidad, que no siempre es rosa; porque se tiñe de angustia, llanto, cansancio, culpa… Necesitas coraje para derribar esquemas sociales y comprender que la maternidad perfecta no existe y que no basta con que sea lo más lindo que nos haya pasado para alcanzar tu felicidad plena.

Eres humana maternando, pero necesitas coraje de diosa para amar tus luces y sombras en un desafío titánico y muy profundo, difícil a ratos, pero maravilloso casi siempre.

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Rosana Rivero Ricardo
Author: Rosana Rivero Ricardo
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Rosana Rivero Ricardo. Periodista 25 horas al día. Amante de las lenguas... extranjeras, por supuesto. Escribo de todo, porque “la cultura no tiene momento fijo

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