Cinco calles de mi ciudad de Holguín
- Por María Julia Guerra
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Varias calles de la ciudad de Holguín llevan el nombre de reconocidos generales de origen español del siglo XIX. Foto: Juan Pablo Carreras (ACN)En mi ciudad, Holguín, existen cinco calles que con sus nombres honran a españoles que trascendieron en la historia de España, del Mundo, de Cuba y de Holguín en el plano cultural o militar.
Es la más antigua en llevar nombre de un español. Le fue dado en la segunda mitad del siglo XIX; luego, en pleno siglo XX se le rebautizó con el de Luis de Feria, pero el pueblo le siguió, y sigue, llamándole Cervantes en honor al tal vez más universal de los escritores españoles: Miguel de Cervantes y Saavedra (Alcalá de Henares, 29 de septiembre de 1547 – Madrid, 22 de abril de 1616), el autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.
La calle Miró también corre de norte a sur; desde la Avenida Cagigal hasta la Vidal Pita. En época de la colonia se denominó Barcelona, y en la República se le cambió el nombre por el de Miró, en honor al general José Miró Argenter (Sitges, Cataluña, España, 1852 – La Habana, Cuba, 2 de mayo de 1925), de formación militar y carlista.
Llegó a Cuba en 1874 y laboró en La Habana y luego en Santiago de Cuba. En 1885 llega desterrado a Holguín. Aquí es parte del Comité Autonomista y funda el periódico La Doctrina, y más tarde será miembro de la Junta Revolucionaria.
Se ve obligado a dejar esta ciudad y se radica en Manzanillo (1894). Es el encargado de insurreccionar la zona de Holguín en la guerra que se inicia el 24 de febrero de 1895. Se encuentra con José Martí el 9 de mayo de 1895; participa en la Invasión de Oriente hasta Occidente (Baraguá, 22 de octubre de 1895 – Mantua, Pinar del Río, 22 de enero de 1896) como jefe del Estado Mayor del Ejército de Oriente, al mando del mayor general Antonio Maceo.
Participó en numerosos combates, entre ellos el de la finca San Pedro, en Punta Brava, La Habana, donde cae Maceo el 7 de diciembre de 1896. Después se le da licencia por enfermedad crónica – estomacal- que padecía y se establece en el campo insrruecto de Camagüey, donde se dedica a escribir las Crónicas de la Guerra y es corresponsal del periódico El Cubano Libre.
Al finalizar la guerra se radica en La Habana y en la República ocupa el cargo de secretario de la Junta Liquidadora el Ejército Libertador. Más tarde, sería jefe del Archivo del Ejército Libertador y director de la revista Vida Militar. Participó en la fundación de la Academia de Historia de Cuba.
La Federico Capdevila, en el norte de la ciudad, va desde la Avenida Cagigal, al este, hasta la calle Mártires, al oeste. En homenaje al capital español Federico Captevila y Miñano (Valencia, España, 1845 – El Caney, Santiago de Cuba, Cuba, 1 de agosto de 1898) es bien conocido por ser el valiente defensor de los estudiantes de medicina que fueron juzgados en 1871, de los que, siendo inocentes, las autoridades españolas fusilaron ocho.
Capdevila vivió en tres ocasiones en la ciudad de Holguín. La primera en 1869, cuando como militar vino para Cuba. Tal vez le dieron este destino para que se aclimatara o porque su hermano, el médico Manuel Capdevila Torres residía aquí casado con la holguinera María del Carmen Ochoa y Aguilera. En esa oportunidad se desempeñó como Juez Pedáneo interino del Partido de Yareyal.
Volvería en 1871, tras el juicio en La Habana a los estudiantes de Medicina. Esta vez tuvo una vida social muy activa. Y, por último de 1883 a 1886 cuando se desempeñó como teniente coronel, Primer jefe del Segundo Batallón de Infantería de La Habana No. 6. Durante esta estancia ejecutó la obra del parque Mantilla (hoy Parque Infantil Rubén Bravo), concebida por su antecesor el coronel Manuel Mantilla de los Ríos y Segura como parque jardín para el esparcimiento de las tropas.
La Vidal Pita es la corta calle, al sur de la ciudad, que pasa frente a la Estación del Ferrocarril, limita el Reparto Pueblo Nuevo y va de este a oeste desde Morales Lemus hasta Maceo.
Nicasio Vidal Pita (El Ferrol, La Coruña, Galicia, 1877 –Holguín, 26 de noviembre de 1920). Fue un simple emigrante español que cuando tenía 15 años salió a correr mundo: estuvo un tiempo en Argentina y en 1897 llegó a Holguín, ciudad que lo acogió como a un hijo y donde echó raíces.
Gran difusor de las "Cantigas" y, en general, del verso de su patria; en Holguín; se desempeñó como maestro de enseñanza primaria –fundó el colegio Yara-. Fue, además poeta, dramaturgo, periodista y cantante.
La calle Pérez Zorrilla se encuentra más allá del río Jigüe, al oeste y muy cercana al casco histórico de la ciudad. Comienza en la calle Rastro y concluye en Carbó y Carretera Central.
Llegó a la ciudad de Holguín en 1911 ya graduado de la Universidad de San Carlos en Madrid y de la Universidad de La Habana. Humanista y humanitario. Fue amado por todo el pueblo pues además de ser un fiel martiano brindó sus servicios médicos a todo aquel que lo necesitara, en especial a los campesinos, sin importarle el dinero.
Desde mucho antes de su fallecimiento se nombró esta calle Francisco Pérez Zorrilla, aunque para ello fue necesario cambiar las normas y regulaciones del Ayuntamiento local.
A lo largo de su vida el Dr. Zorrilla, como se le llamaba simplemente, viabilizó numerosos proyectos a distintas instancias, no sólo en el seno del Club Rotario, sino también desde su condición de concejal del Ayuntamiento, como masón de la Logia Holguín, de la que fue Venerable Maestro en 10 ocasiones, o como presidente del Liceo y el Seminario Martiano, entre otros muchos cargos y presidencias honoríficas de las que se hizo acreedor.
La calle Cervantes, la penúltima por el este del casco histórico de la ciudad, por el norte termina en la Avenida Cagigal (Carretera a Gibara) y por el sur en Coliseo.
Es la más antigua en llevar nombre de un español. Le fue dado en la segunda mitad del siglo XIX; luego, en pleno siglo XX se le rebautizó con el de Luis de Feria, pero el pueblo le siguió, y sigue, llamándole Cervantes en honor al tal vez más universal de los escritores españoles: Miguel de Cervantes y Saavedra (Alcalá de Henares, 29 de septiembre de 1547 – Madrid, 22 de abril de 1616), el autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.
La calle Miró también corre de norte a sur; desde la Avenida Cagigal hasta la Vidal Pita. En época de la colonia se denominó Barcelona, y en la República se le cambió el nombre por el de Miró, en honor al general José Miró Argenter (Sitges, Cataluña, España, 1852 – La Habana, Cuba, 2 de mayo de 1925), de formación militar y carlista.
Llegó a Cuba en 1874 y laboró en La Habana y luego en Santiago de Cuba. En 1885 llega desterrado a Holguín. Aquí es parte del Comité Autonomista y funda el periódico La Doctrina, y más tarde será miembro de la Junta Revolucionaria.
Se ve obligado a dejar esta ciudad y se radica en Manzanillo (1894). Es el encargado de insurreccionar la zona de Holguín en la guerra que se inicia el 24 de febrero de 1895. Se encuentra con José Martí el 9 de mayo de 1895; participa en la Invasión de Oriente hasta Occidente (Baraguá, 22 de octubre de 1895 – Mantua, Pinar del Río, 22 de enero de 1896) como jefe del Estado Mayor del Ejército de Oriente, al mando del mayor general Antonio Maceo.
Participó en numerosos combates, entre ellos el de la finca San Pedro, en Punta Brava, La Habana, donde cae Maceo el 7 de diciembre de 1896. Después se le da licencia por enfermedad crónica – estomacal- que padecía y se establece en el campo insrruecto de Camagüey, donde se dedica a escribir las Crónicas de la Guerra y es corresponsal del periódico El Cubano Libre.
Al finalizar la guerra se radica en La Habana y en la República ocupa el cargo de secretario de la Junta Liquidadora el Ejército Libertador. Más tarde, sería jefe del Archivo del Ejército Libertador y director de la revista Vida Militar. Participó en la fundación de la Academia de Historia de Cuba.
La Federico Capdevila, en el norte de la ciudad, va desde la Avenida Cagigal, al este, hasta la calle Mártires, al oeste. En homenaje al capital español Federico Captevila y Miñano (Valencia, España, 1845 – El Caney, Santiago de Cuba, Cuba, 1 de agosto de 1898) es bien conocido por ser el valiente defensor de los estudiantes de medicina que fueron juzgados en 1871, de los que, siendo inocentes, las autoridades españolas fusilaron ocho.
Capdevila vivió en tres ocasiones en la ciudad de Holguín. La primera en 1869, cuando como militar vino para Cuba. Tal vez le dieron este destino para que se aclimatara o porque su hermano, el médico Manuel Capdevila Torres residía aquí casado con la holguinera María del Carmen Ochoa y Aguilera. En esa oportunidad se desempeñó como Juez Pedáneo interino del Partido de Yareyal.
Volvería en 1871, tras el juicio en La Habana a los estudiantes de Medicina. Esta vez tuvo una vida social muy activa. Y, por último de 1883 a 1886 cuando se desempeñó como teniente coronel, Primer jefe del Segundo Batallón de Infantería de La Habana No. 6. Durante esta estancia ejecutó la obra del parque Mantilla (hoy Parque Infantil Rubén Bravo), concebida por su antecesor el coronel Manuel Mantilla de los Ríos y Segura como parque jardín para el esparcimiento de las tropas.
La Vidal Pita es la corta calle, al sur de la ciudad, que pasa frente a la Estación del Ferrocarril, limita el Reparto Pueblo Nuevo y va de este a oeste desde Morales Lemus hasta Maceo.
Nicasio Vidal Pita (El Ferrol, La Coruña, Galicia, 1877 –Holguín, 26 de noviembre de 1920). Fue un simple emigrante español que cuando tenía 15 años salió a correr mundo: estuvo un tiempo en Argentina y en 1897 llegó a Holguín, ciudad que lo acogió como a un hijo y donde echó raíces.
Gran difusor de las "Cantigas" y, en general, del verso de su patria; en Holguín; se desempeñó como maestro de enseñanza primaria –fundó el colegio Yara-. Fue, además poeta, dramaturgo, periodista y cantante.
La calle Pérez Zorrilla se encuentra más allá del río Jigüe, al oeste y muy cercana al casco histórico de la ciudad. Comienza en la calle Rastro y concluye en Carbó y Carretera Central.
De las cinco, es la más joven en el tiempo. Debe su nombre al médico y cirujano Francisco Pérez Zorrilla (El Ferrol, La Coruña, Galicia, España, 1886 –Holguín, 21 de junio de 1960).
Llegó a la ciudad de Holguín en 1911 ya graduado de la Universidad de San Carlos en Madrid y de la Universidad de La Habana. Humanista y humanitario. Fue amado por todo el pueblo pues además de ser un fiel martiano brindó sus servicios médicos a todo aquel que lo necesitara, en especial a los campesinos, sin importarle el dinero.
Desde mucho antes de su fallecimiento se nombró esta calle Francisco Pérez Zorrilla, aunque para ello fue necesario cambiar las normas y regulaciones del Ayuntamiento local.
A lo largo de su vida el Dr. Zorrilla, como se le llamaba simplemente, viabilizó numerosos proyectos a distintas instancias, no sólo en el seno del Club Rotario, sino también desde su condición de concejal del Ayuntamiento, como masón de la Logia Holguín, de la que fue Venerable Maestro en 10 ocasiones, o como presidente del Liceo y el Seminario Martiano, entre otros muchos cargos y presidencias honoríficas de las que se hizo acreedor.
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