El arte de “registrar”

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registradora HH1
 
Transcurría el año 1973. Ella, prácticamente quinceañera, estudiaba magisterio, profesión de la que la alejaría su padecimiento de la garganta y la anemia.
 
Una vez en su casa de Mayarí, la responsable de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) del barrio la incitó a trabajar. Fue así, casi por azar, que llegó buscando un puesto al Registro Civil de ese municipio. Comenzaba, entonces, la pasión sin límites a una institución a la que ha dedicado, prácticamente, su vida.

Tras una década como registradora en territorio mayaricero y aprender sola la mecanografía, Nancy Gisela Caballero Torres se traslada para Holguín, donde labora aún, pese a sus 62 años, en el Registro del Estado Civil.

“Inicialmente el documento se expedía en máquina de escribir, también manuscrito y no es hasta 2008, que se crea el sistema automatizado, un cambio terrible, para bien. No me fue difícil adaptarme porque lo que hay es que “cacharrear” bastante. Así se logra llevar para siempre las inscripciones al servidor y las personas estando en otro lugar fuera de la provincia se pueden acercar a cualquier Registro de la República y pedir la inscripción de nacimiento a Holguín, que ya está en máquina.

Como no hay fuerza de trabajo dedicada solo a llevar todos los libros al sistema, según las personas vienen a solicitar el documento se digitaliza el caso”.

Nancy conoce a la perfección cada libro, su ubicación, sus misterios. Ha palpado con sus manos la historia de más de un siglo de la gente de esta ciudad. De cuando se nace, se casa, se muere…

“El Registro civil de Holguín cuenta con cuatro secciones: Nacimiento, con cerca de 730 tomos; Matrimonio, que tiene 323; Defunción, con 288; y Ciudadanía, con 6. A excepción de algunos tomos de los años 50, que tienen 300, cada libro posee 600 folios. El volumen de información es inmenso, pues los registros civiles en Cuba se iniciaron el 1ro de enero de 1885, con el tomo uno.

registradora H2Fotos: Elder Leyva
 
Los textos, de tanta manipulación están bastante deteriorados. Muchas personas lo usan, uno lo inserta, yo lo confronto, el archivero lo busca y saca del sistema, y otro lo verifica.

La sección de ciudadanía es la más pequeña porque recoge a las personas que optaban por la ciudadanía cubana. Prestamos el servicio porque todavía algunos hijos de gallegos vienen a solicitar el documento para demostrar que su padre vivió aquí y se acogió a las leyes de Cuba”.

Enfrentarse a desaciertos de conocimiento del usuario es tarea compleja, pero sólo la experiencia es capaz de dar la solución.

“La población necesita más información y cultura jurídica del Registro Civil, porque no aportan los datos necesarios. A veces no se prevé que algunos documentos hacen falta y nunca se pregunta o habla sobre ese tipo de cosas con la familia. Ejemplo, los matrimonios: se murió el viejo, queda la vieja que está con demencia; quien viene no tiene claridad de la fecha ¿cómo buscamos entonces?”

La persona exige, por eso, valiéndose de los años en la tarea la registradora comienza el interrogatorio:
“- Usted sabe si ¿se casaron al momento o al tiempo de estar unidos?, ¿el hijo mayor cuándo nació? Busco la inscripción de nacimiento del hijo y veo cómo se hizo esa inscripción, si tuvieron que comparecer los dos padres a inscribirlo, entonces sé que no eran casados por la ley, porque en la etapa de los años 60-70 de no estar legalmente unidos se les ponía como hijo de madre soltera. Ya sé entonces que no eran casados y de esa fecha para atrás no tengo que buscar. Cuando vienes a ver ocupas toda la mañana indagando libros para ver si encuentras la información.

Otro caso son los matrimonios colectivos. En los años 70 hubo muchos. Cuando la zafra de los 10 millones, a veces teniendo niños chiquitos, todo el que quería formalizar su unión se casaba. Eso se daba en todo, era 28 de septiembre, ejemplo, y previo a la actividad del CDR se planificaba un matrimonio colectivo para los que no estaban casados por la ley. Igual ocurría por parte de la Federación.

Eso complejiza el trabajo, menos mal que tengo en mente esos libros. Los hijos no lo recuerdan porque eran pequeños. Cuando fallece el viejo o quieren hacer una legalización de la vivienda necesitan el certificado y ¡a correr¡
Eso por no hablar de que como el carné de identidad surge a finales de 1974, las personas antes declaraban, en ocasiones, incorrecto los nombres; de ahí la gran cantidad de subsanación de errores que hay que hacer”.

En 2010 Nancy pasó a la Dirección Provincial de Justicia como inspectora-supervisora, pero como los registradores que quedaron eran jóvenes con poca experiencia y habían ocupado plazas los egresados de la carrera de Derecho, se decidió pasarla nuevamente al Registro, como guía para los recién incorporados a la actividad.

“A veces me da pena, porque me dicen ´ella cree que el registro es suyo´, pero es que me duele cualquier cosa del Registro Civil. A veces no le preguntan a una las dudas, pero cuando hay alguien perdido enseguida me lo pasan.
Para estar aquí tiene que a una gustarle, no se puede trabajar automáticamente, hay que generar, buscar vías y posibilidades de resolver los casos antes de decir ´no aparece´.

Vivo lejos, por las Combinadas y hace rato pudiese haberme retirado, pero mientras me soporten estoy aquí, porque me gusta mi trabajo. Siento que nací para esto, perdí los dientes con esto, por lo que como tú lo tires: esto es lo mío, lo mío es esto.

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