Pensar como país

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salario1Foto: Granma.cu
 
Conscientes de los cambios que demanda el contexto actual cubano, los continuos planteamientos de los trabajadores y la necesidad de impulsar la economía del país, el Consejo de Ministros de Cuba aprobó un conjunto de medidas, que para su eficacia y resultado depende mucho la participación ciudadana.
 
De ese paquete la que más repercusión ha causado entre los cubanos ha sido el incremento salarial a los obreros del sector presupuestado y el de las pensiones, decisión que responde a una demanda de muchos años del pueblo.
Para ejecutarla el Estado destinará un monto anual de 7 mil 50 millones de pesos que garantizará el aumento del salario del millón 470 mil 736 trabajadores cubanos de los sectores de Salud Pública, Educación, Cultura, Deporte, Administración Pública, Comunales, Vivienda y Defensa.
 
Con respecto al millón 281 mil 523 personas sujetas a la Seguridad Social -que en el 2018 no recibieron ningún aumento y perciben pensiones inferiores a 500 pesos- se consignará un costo estimado anual de 700 millones de pesos.
 
Todo ese capital saldrá del presupuesto del Estado, del cual cada uno de nosotros somos responsables también, siempre que cuidemos y velemos por el correcto y estricto uso de ese dinero.
 
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Para ello, además, es menester recaudar todos los ingresos que se generen, a partir de las potencialidades y reservas aún presentes en la economía. De ellas destaca y alarma, que por ejemplo en este territorio hasta esta fecha existan más de 28 mil incumplimientos de personas naturales que no han hecho efectiva su contribución a la ONAT.
 
Lo que se traduce en 4,2 millones de pesos previstos a ingresarse a ese mismo presupuesto del que nos beneficiaremos más de 100 mil trabajadores presupuestados holguineros y una cantidad superior a los 45 mil pensionados.
 
Por otra parte, cuando en los diversos medios de comunicación del país se han dedicado programas televisivos y radiales, extensos artículos y entrevistas a decisores del más alto nivel, persisten dudas sobre quiénes serán los beneficiados, cómo será ese proceso, si se mantienen pagos adicionales, entre muchas otras inquietudes.
 
Como han reiterado el Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel; la titular del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Margarita González; la de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños y el de Economía y Planificación, Alejandro Gil, todavía falta la aprobación de más de 60 normas jurídicas encaminadas a ordenar la aplicación de la medida.
 
Mientras se realizan esos ajustes y conciliaciones entre los sectores implicados, la población, un poco atónita por la “sorpresa” en medio de un escenario económico tan complicado como el actual y el recrudecimiento del bloqueo económico de Estado Unidos, trae el tema en calles, centros laborales, casas, redes sociales, en fin, en cualquier espacio y con las más variopintas opiniones.
 
Espera que desespera
 
Para Madelín los días ahora pasan a un ritmo muy lento, no ve la hora de que llegue el 5 de agosto para cobrar los más de mil 220 pesos que le corresponderán como auditora. “Aún no sé la cifra exacta, pero con este primer salario compraré una de esas reproducciones lindas de Cosme Proenza, que tanto deseo, para rememorar cada día este regalo hecho por la Revolución”.
 
En tanto, Arnel agradece la aprobación de esta medida, que según él, debió haberse hecho efectiva hace algunos años ya, para evitar ese distanciamiento entre el sector empresarial, cuentapropista y presupuestado.
 
El económico de profesión, inquiere que si bien “el aumento es considerable y sustancial” no le resulta prudente que algunas ramas presupuestadas cobren más que otras, sin tener en cuenta la preparación, responsabilidad y encargo social entre sí.
 
Por su parte, la joven Claudia considera este aumento como una especie de liberación, pues aunque se graduó hace un año el bajo salario que recibe como adiestrada le obligaba aún a depender monetariamente de sus padres, una situación que mejorará a partir de ahora.
 
“Si antes trabajaba con motivación, ahora esa palabra cobra absoluto sentido” enfatiza Grethell, periodista del sistema radial holguinero. Aunque advierte que “no es razonable esa diferencia marcada entre medios, porque establece, ante todo, una contradicción entre periodistas. En realidad no se hace justicia al desempeño y los resultados individuales de cada uno”.
 
“La medida no significa que sea mala, sino que deben revisarse las resoluciones por las cuales se rige el pago a los profesionales de la prensa, puesto que no están atemperadas con las nuevas formas de producción y gestión de la información”.
 
Reyna lee y relee los periódicos de la vecina para saber cuánto sube su pensión. “De 242 a 287 –exclama- sé que eso ahora mismo es muy poco dinero, y más a cómo están los precios en la calle, pero mira, del lobo un pelo, son 45 pesos con los que no contaba antes.”
 
En tanto, en las redes sociales también hay un exquisito, profundo e incluso divertido debate, como resulta este post de un usuario de Facebook: “¿Qué me compraré, qué me compraré? —dijo la Cucarachita Martina del sector presupuestado…”.
 
En tanto otro con el nombre de Leandro Hernández preguntaba: “Y por fin, ¿qué harán para controlar la subida de los precios? Mi barbero cobra 40 pesos a partir de ese aumento, antes eran 25”.
 
En tanto, la periodista Dalia Reyes alertaba que “hoy las fronteras del periodismo local y nacional se han perdido y todos tenemos iguales responsabilidades y hacemos igual nuestro trabajo, el periodista debe demostrar que es periodista en cualquier lugar donde esté y eso nos obliga a ser mejores. Creo que las diferencias nos desunen; cuando hoy necesitamos más que nunca la unidad…”.
 
Tiempo de cargar las pilas
 
Si bien esta medida ha sido acogida con beneplácito por la población, es menester ahora el análisis profundo, sosegado y a tiempo para lo que pueda corregirse y/o perfeccionarse en las resoluciones previstas, para evitar muchas de las diferencias que han alertado los beneficiados.
 
Está claro que este incremento no será el monto final, aún falta esa reforma salarial que demanda el sector obrero en su conjunto, con la que realmente se pague el trabajo diferenciado e individual, alejado de ese paternalismo y falso igualitarismo que tanto perjudica la motivación, el desempeño profesional y el despegue de la economía cubana.
 
De nuestra parte se impone “cargar las pilas”, aprovechar eficientemente la jornada laboral, prestar mayor calidad en la prestación de servicios y en la producción de bienes, así como cuidar y velar por el cumplimiento de todas aquellas disposiciones encaminadas a construir un mejor sistema económico y social.
 
Miguel Díaz-Canel nos exhortó a pensar y actuar como país, lo que se aplica a lo que podemos hacer en nuestro entorno más cerrado e íntimo hasta el de mayor impacto en la sociedad.
 
Es un llamado a la unidad, de que cada cubano apoye al otro sin importar el sector donde esté, sin que pululen y aparezcan precios oportunistas y que nuestro actuar individual y colectivo permita la vigencia de los logros de la Revolución y, a la vez, esa prosperidad por la que se impulsan proyectos de toda una nación.

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