Rock de los Parques

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Fotos: Rodolfo BlancoFotos: Rodolfo BlancoLa guitarra aúlla como el abismo, Paranoid y los dioses del protopunk se adueñan de la luz roja, imitación de Tony Iommy sobre la escena tropical. Demasiado repetido, pero todavía eléctrico. La presentación termina, inicia la música grabada y los asistentes comienzan a corear: going down/ party time/ my friends are gonna be there too, casi un himno nacional entre los raros…pero las luces se apagan y todo es silencio. Es menos de las doce en el número 271 de la calle Maceo y, a esa hora, no hay nada más ensordecedor que el silencio.

Reviso el cartel de la puerta antes de que alguien se lo robe, es un puño cerrado sobre una estrella roja, arriba dice Etsaiakeroak, no sé qué significa, pero igual la banda irradió energía sobre el escenario. Un poco más abajo Jeffrey Dahmer, Espoleta, Zeus, Les Respetables, Mephisto, Dane Overton, y otros ilegibles; al parecer son los pocos participantes en las Rockmerías. Es normal, hace años que entró en coma el espíritu del rock, por lo menos en Holguín.

Sin embargo, algunos directivos de la Asociación Hermanos Saiz (AHS) aún defienden a la provincia como una plaza referente del metal en Cuba. Para defender su posición, toman como botón de muestra al Brutalfest, evento organizado por el sello discográfico Brutal Beatdown Records, en colaboración con la Agencia cubana de Rock, del cual la ciudad es subsede desde el 2014.

Fotos: Rodolfo BlancoFotos: Rodolfo BlancoPero la realidad mostrada noche tras noche en los espacios promocionales, como el Caligari y la sede de la Asociación, no refleja esta visión institucional. El rock se viste de bolero. Parece que no pasa nada, es como si el riff desapareciera de la ciudad y se ausentara a cada actividad realizada o promocionada desde la Asociación.

“El problema con las peñas es complicado, porque Holguín es una ciudad que tenía muchas plazas para el metal, estaba el “Mestre”, el estadio, el parque Calixto, el Martí, el anfiteatro de la Loma de la Cruz…y ahora lo que no ocurre en el centro, no es importante”, dice Yendri Santana, promotor de la Asociación, un poco intimidado por la grabadora.

“Además, es difícil aplicar regulaciones de primer mundo referentes a la contaminación sonora ambiental en un país subdesarrollado, que no posee ni los recursos ni los espacios condicionados”, añade.

rock.jpgAsimismo, los festivales ya no poseen el poder de convocatoria de antes, como el Metal HG, de resonancia nacional, un evento que inició en los días más crudos del periodo especial, casi sin condiciones; pero, lo verdaderamente risible es que la situación mejora y los conciertos empeoran; siempre existen problemas con el local o los equipos de audio.

“Hace alrededor de tres años que ningún festival destaca como lo hacían en los años de la “Henry García” y el club atlético. Esos fueron los años del rock en Holguín. Quizás este deterioro radica en los encargados de la organización de dichos eventos”, comenta Omar Vega, editor de Subtle Death, revista digital de rock.

En el marco del Metal HG, se realizan paneles investigativos para debatir sobre los problemas de esta subcultura, y en una conferencia realizada en el pasado encuentro, se hizo énfasis en el papel educativo de las peñas. ¿Cómo es posible instruir al público si las peñas desaparecen? Quizás ahí radica el problema.

El gabinete Caligari está ubicado en la azotea del Centro de Arte. Mantiene un espacio habitual los jueves para el rock, además de ser el sitio de la música alternativa por excelencia. Subo las escaleras, ¿to heaven?, y la encuentro.

Yani Verdecia está en el Caligari: trae blusa negra y tres pulsas, es fanática de Metallica, Saxony Slayer. Cree que mientras existan cuerdas para la guitarra, habrá distorchon…

“Cuando Sepultura vino a Cuba dejé de salir, estuve retirada un tiempo, pero me sorprende lo bien que todavía se realizan los festivales; es una situación maravillosa dentro del contexto provincial. Debería existir un lugar fijo para compartir y disfrutar esta música. Es triste que estos espacios desaparezcan. Desde hace algunos años la escena ha mermado. Dejaron perder el Mestre, y dicen que el Caligari cierra; entonces, ¿dónde va a ser? El rock también es parte de la cultura nacional”, comenta.

Los escenarios para la promoción del rock en Holguín necesitan reinventarse ante los cambios que acrecientan el desarrollo económico de la provincia.

“Como organizadores tratamos de convocar lo más colorido y diverso del panorama nacional e internacional, ampliar el espectro para generar energía y agrado en el público, por lo menos en los tres últimos festivales no tuvimos que cancelar ninguna actividad del programa”, asegura Yendri, el promotor.

La AHS lo es todo para el rock en Holguín. Es la única institución que lo organiza, apoya, financia, promueve, y busca la manera de legitimar ese género musical como un producto de calidad. Poner una banda sobre el escenario, ya es legitimarla.

“Holguín se ha convertido en una de las capitales del rock en Cuba, y esto se debe al apoyo brindado por la Asociación y el Sectorial Provincial de Cultura. En un futuro inmediato, debemos conquistar nuevos espacios que satisfagan las necesidades de la Asociación y sus creadores.”, afirma Raúl Cardona, promotor cultural y principal organizador del Metal HG y Rockmerías.

“La famélica corte del rey carmesí” demanda espacios para descargar sus energías y satisfacer las necesidades de sus seguidores. Las instituciones encargadas no parecen dar respuesta a estas necesidades, entonces la deslegitimación y el descontento crecen al sur del cielo.


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