Superaremos la tragedia
- Por Manuel Calviño, Doctor en Ciencias Psicológicas y Profesor Universitario. (Cubadebate)
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Tras el fatídico accidente en el Hotel Saratoga, de La Habana, rescatistas laboran ininterrumpidamente en busca de posibles sobrevivientes y de cuerpos bajo los escombros. Foto: Irene Pérez, Cubadebate
Es difícil encontrar las palabras de consuelo y acompañamiento, de apoyo y condolencia ante esa terrible situación en la que un ser humano siente perder algo que siempre le ha agradecido a la vida, cuando el absurdo rige el paso de lo fortuito y destroza cualquier comprensión posible.
El fatídico accidente en el emblemático Hotel Saratoga, ha producido una verdadera conmoción nacional.
Se nos van sin despedidas personas que necesitamos, que queremos en nuestra vida. Madres y padres, esposas y esposos, hijos e hijas arrebatados a destiempo por la muerte. Amigas, amigos, compañeros de trabajo, gente del barrio.
Una fuerte explosión sacudió este viernes el Hotel Saratoga, en La Habana, donde miembros del Cuerpo de Bomberos son protagonistas en las jornadas de recuperación de posibles sobrevivientes y cuerpos sin vida bajo los escombros. Foto: Irene Pérez, cubadebate
La tristeza consume las horas que pasan. La condolencia, que se agradece y reconforta, no logra aplacar del todo el dolor profundo. Un dolor en el que se agolpan los buenos recuerdos con el vacío de quienes ya no estarán.
La vida y la muerte andan por un mismo camino y aunque se evitan, chocan. Cubanas y cubanos aún perturbados por tan lamentable suceso, no nos detenemos.
Cada quien del modo que puede, de una u otra manera, extendemos nuestra mano hermana a los familiares de las víctimas, persistimos en la lucha por la vida de los afectados, hacemos llegar nuestros mensajes de amor, de aliento.
Largas horas de labores llevan consigo los rescatistas en la zona del siniestro. Foto: Erick Méndez (Radio Rebelde)
La solidaridad sin reclamo colma todos los espacios previsibles. El nuestro es un país de gente con buenos sentimientos. El dolor no cede aún, pero compartirlo aplaca.
A todas y todos los que este trágico accidente les ha arrebatado un pedazo de la vida, sepan que estamos con ustedes, que los acompañamos. El dolor lamentablemente no se divide, pero el amor sí se multiplica, y con el amor de todas y todos superaremos la tragedia.