Miranda, Girón, la victoria...
- Por Yenny Torres
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José Miranda Ruiz, es un combatiente cubano que luchó en Playa Girón y luego tomó parte en la lucha contra Bandidos. Foto: Heidi Calderón Sánchez.
En el centro de la sala, dispuestas sobre la mesita, adornan el entorno las medallas. Sobre la guayabera blanca, otras; lideradas por la que representa el hecho. En la pared, una foto: Fidel.
José Antonio Miranda Ruiz cumplirá 94 años. Con esa edad se pude hablar de muchas cosas, y lo hicimos.
Playa Girón, lucha contra bandidos, y del aniversario 20 hasta el 60 de las FAR y el Minint, figuran entre las cerca de 30 condecoraciones y medallas que posee.
Han pasado seis décadas de lo que el Comandante en Jefe llamara la primera derrota del imperialismo en América; pero para algunos, como Miranda, Girón fue más que un combate.
Él se había ido para La Habana con la idea de trabajar cuando empiezan a constituirse las Milicias Nacionales Revolucionarias, donde se incorpora de inmediato.
Fue ahí que llegó la noticia de los acontecimientos. Era 17 de abril de 1961. Partieron enseguida. De camino a Girón, Fidel les pasa por al lado.
“No esperábamos que fuera; pero verlo daba valor. Él no estaba atrincherado en un solo lugar, aparecía donde quiera. De frente al enemigo por todas partes”.Heidi Calderón Sánchez.
Cinco barcos mercantes, dos unidades de guerra, tres barcazas y cuatro lanchas para carga habían ingresado al sitio. Más de mil 500 hombres armados, junto a tanques de guerra, artillería de campaña y 30 aviones estadounidenses invadieron la Bahía de Cochinos.
“Al llegar ya estaba el desembarco, aun bajándonos de los carros, la aviación nos empieza a golpear y nuestro batallón, como parte de otras agrupaciones de tropas, combatió por la playa, la Ciénaga…, algunos cogieron por todo el litoral. Perdimos a muchos compañeros, pero, aunque los vieras caer no podías moverte, porque si lo hacías, podías ser el próximo. Eran orientaciones. Luego tuve que recoger a uno de los caídos dentro del mar.
“Estuvimos combatiendo dos días y medio, recorriendo la zona, y teniendo encuentros con los diferentes combatientes, o mejor dicho, los delincuentes que vinieron. Fidel caminaba todo el centro operativo; si se oía un tiroteo ya él se metía allí. Su valentía nos hizo crecer mental y sentimentalmente. Gracias a él tenemos este país.
“Había batallones de las FAR, el Minint, etc. Nosotros le pusimos al combate “72 horas”, por el tiempo que duró”.
Tras desplegarse para ocupar posiciones, al ostigar y causar bajas a los enemigos, estos se ven sin posibilidades de triunfar, y se rinden. Ubican a los prisioneros. Entonces Miranda, con el batallón 144, al que pertenecía, se queda custodiando el lugar donde fueron las acciones combativas.
“Cuando fue aniquilada la acción del adversario se empiezan a reagrupar las fuerzas. Nos trasladamos para distintos puntos. A nosotros nos tocó cerca del Central Australia. Alrededor de 15 días estuvimos allí, por si ocurría otra acción, pues había un barco en la parte norte de La Habana y se podía esperar otro ataque.
Pasado ese tiempo nos volvimos a integrar a las unidades. Todo el batallón pasó para la policía, así ingresé a ese órgano”.
Fidel se refirió a la victoria de Playa Girón como “una gran escuela para el pueblo cubano que aprendió a no tener miedo al enemigo”.
“Adquirí una experiencia que no es solo la de combatir y matar. De Fidel capté su moral, principios e ideas, que me sirvieron para ser un oficial más justo”.
De Holguín no hubo unidades combativas que fueran a Girón, quienes participaron estaban cumpliendo misiones en la parte occidental y central. Muchos cayeron en esos días.
El Pentágono y la Central de Inteligencia denominaron Pluto a la operación. El plan era ocupar una cabeza de playa donde establecer un gobierno provisional que solicitaría inmediatamente el reconocimiento e intervención de Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos.
“Siento tremenda satisfacción de haber estado allí, de haber contribuido a derrotar la Brigada Mercenaria 2505, si mal no recuerdo el número. Me hizo crecerme ante la Revolución y el Socialismo, cambié de carácter y hasta de sentimiento. Fue un momento único. Nuestra acción impidió que lograran su objetivo, lo que nos alegra mucho”.
Miranda también fue combatiente de la lucha contra bandidos en la primera limpia del Escambray y, en una segunda oportunidad, volvió como parte del cuerpo del batallón de la Policía.
Se jubiló como Capitán del Minint, donde se desempeñó como Jefe de la Policía en Puerto Padre, Jefe de sector en Holguín, Jefe de Unidad en Sagua de Tánamo, Primer director del Centro de Reducación de Menores en la provincia, entre otros cargos.
Llega a Girón con 33 años. Vivió el antes y el después del ´59.
“Lo primero que hice para sustentarme fue ladrillo, luego fui chofer de alquiler, chofer particular, trabajador de una empresa mixta, del hotel de Antilla. Todo eso antes del primero de enero. Tuve la posibilidad de comparar el sistema. El imperialismo le hace mal al mundo. El capitalismo borra la vergüenza. Para mí, Cuba fue verdaderamente Cuba a partir del triunfo de la Revolución, por eso soy de ella y fidelista hasta la muerte”.
Aquel abril fue un punto de giro en la vida de José Antonio, este nonagenario combatiente, que ha asumido cada desafío, no como obstáculo, sino como posibilidad para una nueva victoria. Girón sirvió para demostrarlo.