A veinte años de aquellos oros olímpicos
- Por Calixto González Betancourt
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No ha ocurrido nada más trascendental para el deporte holguinero, en el ámbito internacional, que lo sucedido en los días finales de septiembre de 2000, con aquellas sucesivas medallas de oro, logradas por relevantes competidores de esta provincia en los Juegos Olímpicos de Sidney.

El primero de esos extraordinarios sucesos nos los dio la judoca Legna Verdecia, de los 52 kilogramos, el 17 de septiembre, con su Ippón a la japonesa Noriko Narazaki, para ascender a lo más alto de lo Olimpo, a las 6:30 am (hora de verano en Cuba) en el Centro de Exhibiciones de Sidney, comenzando los Juegos.

Hubo un impase en grandes resultados hasta el amanecer del 29 de septiembre, cuando el taekwondo Ángel Valodia Matos (80 kilogramos) sorprendió con su inobjetable oro, lo que se unía a la plata de su compañera de disciplina Urbia de los Milagros Meléndez (49). Ese mismo día, por la noche, el boxeador Mario Kindelán (60 kilos) conquista a la cúspide olímpica y en la madrugada siguiente lo imitaba la voleibolista Martha Sánchez, con las Morenas del Caribe.

Se concretaba una hazaña: la provincia de Holguín, aportaba a la Patria cuatro oros y una plata olímpicos. Un acontecimiento difícil de superar o repetir por un territorio cubano. De los nueve metales áureos que tiene esta provincia en esos eventos cumbres, casi la mitad se lograron en Sidney.
Los holguineros tuvieron oportunidad de vitorear a sus héroes olímpicos, fechas después, el 6 de octubre, en gran concentración en la Plaza Camilo Cienfuegos, cuando, además, fueron condecorados esos ilustres deportistas de esta tierra oriental.