Danay y dos pasiones encontradas

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gimnasia 1Danay integró el equipo cubano que conquistó el título en aro y pelotas en los Juegos Centroamericanos y el Caribe de Barranquilla 2018. Foto: Roberto Morejón

Un atleta de 19 años de edad en cualquier deporte se proyecta para encontrar los mejores resultados y alcanzar, con el transcurso de los años, la maestría deportiva sin embargo, en la gimnasia rítmica las muchachas se encuentran en el ocaso de su carrera por las condiciones físicas que requiere esta disciplina.

La holguinera Danay Utria Verdecia, campeona centroamericana y medallista de bronce panamericana estimó que con esa edad era el momento de ponerle fin a su carrera deportiva, por disímiles causas que le impedían continuar en el alto rendimiento; la principal: el peso corporal.

Hasta el hogar de la espigada adolescente viajó ¡ahora! digital para conocer más de su trayectoria deportiva y adentrarse en las causas de su retiro, así como en las proyecciones de una joven que tiene encontradas dos pasiones, la gimnasia rítmica y el baile.

En su natal municipio de Urbano Noris, Danay conoció y se enamoró de la gimnasia rítmica, el deporte que le mostró buenos dividendos desde los cinco años, aunque la privó de muchos gustos que hoy disfruta sin contratiempos.

¿Cómo fueron los inicios en el deporte?

Cuando tenía cinco años comencé a entrenar aquí en el gimnasio de San Germán con las profesoras Bárbara y Marexis. Con ellas participé en una competencia provincial en la cual terminé en el segundo lugar por equipos y fui captada como atleta de perspectiva inmediata (API) para la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE) Pedro Díaz Coello.

gimnasia 2Danay Utria actualmente es entrenadora en su natal municipio de Urbano Noris. Foto: Flabio Gutiérrez

El segundo grado lo desarrollé en el municipio de Holguín, donde entrené con la profesora Rosa Cordón, porque fui convocada para participar en el campeonato nacional pioneril.

Matriculé en la EIDE en tercer grado con mi entrenadora Dayanet Aguilera, aunque trabajaba con todas las profesoras de la escuela. Allí estuve hasta los 10 años de edad, cuando terminé el quinto grado que decidí no continuar en el deporte. Antes había sido declarada API para la escuela nacional.

Cuando pensaba que mi carrera había finalizado y mi mamá tenía planificado matricularme en un seminternado aquí en San Germán, vino la profesora Bárbara a informarme que debía ir para la escuela nacional, porque había sido seleccionada. La alegría fue inmensa, pues ya llevaba un buen tiempo esperando la convocatoria, pero no se concretaba.

En el año 2012 empecé el sexto grado en La Habana. Ese curso ya tuve mi primer evento internacional, pues participé junto a un equipo de la escuela, en el festival Alina Kabaeva, que se desarrolló en Rusia, sin dudas una gran experiencia para mí.

Tuve mucho apoyo de la profesora Lisandra Pérez, quien fue entrenadora aquí en Holguín y trabajaba en la escuela nacional, pero mi guía principal era Maidebis Delgado, con quien practiqué hasta el octavo grado.
Con esta última, obtuve buenos resultados en las competencias nacionales, siempre estaba en el podio de premiaciones, hasta que en noveno grado pasé a ser matrícula del equipo nacional con la entrenadora Luz del Carmen Valdés.

En el último año de la categoría juvenil fui campeona nacional, cuando alcancé el primer lugar en todos los eventos evaluados.

Al finalizar esa competencia, me informan que pasé a ser miembro del conjunto del equipo cubano, o sea, dejé de competir individual para formar un equipo, un trabajo más complejo por la coordinación y sincronización que conlleva ese ejercicio.

Al comenzar el curso en el año 2015 inicié en el equipo como suplente, debido a que el conjunto estaba integrado por cinco atletas regulares y cuatro permanecían en la reserva, aunque los entrenamientos eran los mismos. Ese propio curso me gané la titularidad en el quinteto principal con resultados positivos.

¿Cómo fue el cambio de individual a conjunto?

El cambio fue bastante difícil, porque yo venía de hacer una selección que dura un minuto y 30 segundos, pero al integrar el conjunto ya son dos y medio, eso conlleva más preparación física y coordinación.
Estaba acostumbrada a trabajar sola menos tiempo, para luego depender de otras compañeras y con más capacidad aeróbica.

En esa etapa nos empezamos a preparar para el evento clasificatorio a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla. El torneo eliminatorio fue en Guatemala, el cual constituyó mi primer evento internacional de manera oficial, algo muy diferente a lo que estaba acostumbrada a ver.

Llevábamos un año nada más practicando como conjunto y en la lid guatemalteca alcanzamos dos medallas de bronce y una de plata, en las cuales clasificamos, para los juegos multidisciplinarios de Colombia. Desde entonces vengo luchando con mi peso corporal.

¿Háblame de los Juegos Centroamericanos de Barranquilla 2018?

Fue una competencia difícil, porque Cuba nunca ha sido uno de los favoritos y debíamos hacer todo perfecto para obtener un resultado aceptable, pero desafortunadamente tuvimos un fallo y terminamos con dos medallas de plata, una como máximo acumulador y en el conjunto de aro.

Cuando salimos en cuerda y pelota, hablamos entre todas, porque había que hacerlo perfecto para lograr el oro y así fue. Fuimos las primeras en competir en ese evento. Salimos al escenario enfocadas. Terminamos. Comenzamos a mirar los resultados de las otras representaciones, cuando nos percatamos que ningún equipo nos superó, lloramos allí de la alegría, fue algo grandioso para nosotras. Algo inolvidable. Mi primera medalla de oro en eventos internacionales.


Regresamos de Barranquilla y con muy poco descanso comenzamos a entrenar entonces para los Juegos Panamericanos. Fuimos al torneo clasificatorio donde quedamos en el quinto puesto como máximas acumuladoras.

¿Lima 2019?

En los Juegos Panamericanos de Lima 2019 obtuvimos el tercer lugar en Aro y Clava, una competencia aún más difícil, no solo por las rivales, sino porque los jueces son más exigentes y este es un deporte donde la tradición de un país y la trayectoria de un atleta pueden influir en los resultados.

Allí lo hicimos todo perfecto, sin embargo, terminamos con la medalla de bronce. Fue algo que me impactó mucho.

Al regresar de esos juegos entrené un tiempo más, me gradué como profesora de Educación Física en el Cerro Pelado y decidí culminar mi carrera deportiva a inicios de 2020.

¿Por qué esa decisión?

Mi deporte no es para atletas longevos, fueron muchos años sacrificando a mi familia y sacrificándome yo, aunque mi mayor problema era mantener el peso corporal. Existieron algunas decepciones que me impulsaron a tomar esa decisión, no obstante, la principal causa por la que me retiré del deporte activo fue porque ya no podía controlar mi peso corporal.

Luego de culminar tu carrera deportiva con solo 19 años ¿Cuáles son tus perspectivas?

Actualmente trabajo como entrenadora de gimnasia rítmica en el poblado de San Germán, con ocho niñas de primer y segundo grados. Pretendo comenzar la universidad para continuar superándome, porque soy joven y siempre he tenido dos pasiones, el baile y la gimnasia. Ahora continúo trabajando en la gimnasia, pero tengo muchas aspiraciones. Por ahora soy entrenadora.

Flabio Gutiérrez Delgado
Author: Flabio Gutiérrez Delgado
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Licenciado en Comunicación Social. Soy un ferviente apasionado del mundo deportivo, atrapado por la magia del fútbol, pero no descuido la cultura general y siempre estoy dispuesto a aprender algo todos los días, cuando no lo hago, siento que he perdido el tiempo.

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