Solo hay que sentir

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hcs IsabelTorres Sentir 2Concierto Sentir en Holguín, Iglesia San José. Foto: Heidi Calderón Sánchez

Las manos de Isabel Torres parecen palomas cuando canta, sus dedos dibujan en el aire formas delicadas que convierten piezas clásicas en historias nuevas, acabadas de inventar por una mujer que posee temperamento, porte y talento para cantar ópera.

“Más allá de la partitura y la técnica vocal para interpretar, solo hay que sentir”, así piensa ella amparada en su experiencia de vida “porque me he dado cuenta a lo largo de mi carrera que cuando el artista siente lo que hace, el púbico disfruta el doble, muchas veces estamos tan concentrados en la técnica, en hacer escalas perfectas, o que nos salga el agudo, y por eso los desempeños se vuelven fríos.”

La motivación de regalar un tiempo de lujo al público seguidor del canto lírico en Holguín, llevó a la soprano a concebir un concierto que fue ofrecido a puertas abiertas en la Iglesia San José, donde interpretó obras de Mozart, Tchaikovsky, Strauss, Haendel, Schubert, Verdi y otros compositores, todos unidos en un mismo discurso creativo.

hcs IsabelTorres Sentir 1Foto: Heidi Calderón Sánchez

“Quise que fuera una experiencia distinta, que el público no se sintiera abrumado por chillidos estridentes, porque casi siempre cantamos lo mismo y yo quería mostrar que hay mucho más repertorio, repertorio lindo de ópera… donde la gente pudiera deleitarse, y creo lo logré, vi personas que cerraban sus ojos para disfrutar, y eso era lo que yo perseguía, por eso le puse sentir a mi concierto.”

Este espectáculo tuvo como antecedente otros dos conciertos en los que participó la artista, realizados en La Habana, como parte de las celebraciones por los 75 años de CMBF Radio Musical Nacional, el primero de ellos, ejecutado en el Oratorio San Felipe Neri, donde se interpretaron obras de Robert Schumann y Richard Wagner, dos de los grandes compositores alemanes en un mismo programa que incluyó complejas obras vocales.

FotoliricoConcierto en el Oratorio San Felipe Neri, en La Habana.

“Tuve el placer de trabajar bajo la dirección artística y curaduría de Helson Hernández, él estaba buscando alguien que pudiera hacer el cierre de ese concierto con el aria Muerte de amor, de la ópera Tristán e Isolda, pues esta obra tiene en particular la categoría de la voz, Wagnerse valía de lo que él llamaba las sopranos heroicas, porque utilizaba una orquesta sinfónica de más de doscientos instrumentos musicales y para poder cantar por encima de eso hay que tener una maza de la voz ancha, a mí me quedó pintada, me enamoré de toda la obra de este compositor y resulté ser la tercera cubana en interpretar esa aria.

“Significó un trabajo técnico vocal muy riguroso, además una interpretación muy intensa, porque en esta parte de la ópera Isolda decide morir cuando ve que matan a su amor Tristán, y trata de ese sufrimiento, en el que ella se traslada a otra dimensión y muere, el Teatro Lírico holguinero se ha especializado más en la zarzuela y en la opereta, pero cantar ópera es más sacrificado, hay que estudiar más.”

La artista cuenta sobre la posibilidad que le brindó ese primer espectáculo en la capital de Cuba para darse a conocer ante otro público y, además, porque le abrió las puertas a una segunda presentación, el concierto nombrado “Ellas cantan a María Callas”, donde participaron catorce sopranos y una mezzosoprano, en un homenaje al centenario de la diva de la ópera, en la Sala Covarrubias, del Teatro Nacional de Cuba, dirigido por Yosvani Duarte, “en esa ocasión interpreté otra aria difícil, del compositor Giuseppe Verdi, de su ópera el Ernani, fue también un concierto hermoso.”

hcs IsabelTorres Sentir 3Foto: Heidi Calderón Sánchez

El trabajo en la capital creó otras expectativas, al regreso de Isabel Torres a su pueblo en el oriente cubano, se imponía un concierto propio con nuevos aires y también nuevos desafíos.

“Sí, tuve varios retos, el primero de ellos vinculado a una condición física, pues el cantante es como un deportista, que debe tener una resistencia determinada para hacer un concierto de alrededor de nueve a diez canciones y los que no hacemos conciertos a menudo no la tenemos.

Además, quería traer a Holguín algo de lo que viví en La Habana, porque el público de aquí está acostumbrado a las obras que tienen pinceladas humorísticas, pero no quería hacer zarzuela, ni mucha opereta, yo quería hacer aquí ópera, que por lo general tiene una carga dramática muy fuete.

También deseaba que fuera en la Iglesia San José, pues allí no había que amplificar y yo deseaba aprovechar el sonido franco de la voz, es decir, los sentimientos que afloran al mundo cuando interpretamos solo se perciben así y también porque yo quería tener el público más cerca, no solo para que me escucharan mejor, para que existiera un intercambio de energías y de hecho mi último tema lo hice entre el público, yo quería tener esa complicidad, además para que fuera en formato de concierto, netamente, con todas las características y todas las etiquetas que lleva.”

La cantante logró que se consumara el momento soñado, en el que pudo involucrar a su pequeña hija y otras personas respetadas por ella.

“Conseguí que mi concierto tuviera una marcada presencia femenina, fue un disfrute de haber podido rodearme de esas madres amigas, a los hombres que participaron les agradezco infinitamente, pero la mayoría de las intérpretes que estuvieron conmigo son madres de hijos pequeños y para mí eso fue muy importante, porque yo también soy mamá, y me identifico con estas mujeres sacrificadas y emprendedoras, quise darles el valor que merecen, porque la vida de la madre artista es muy dura.

También en el coro de niñas estuvieron algunos hijos de esas mujeres, y mi niña, yo quería incluirla porque ella me acompaña a los ensayos, me la llevo para el teatro y quería que ella estuviera y también incluir a otros de la escuela de arte, y ese coro quedó bello, todos muy afinaditos y, de hecho, fue una de las cosas más lindas.”

Isabel Torres se ha propuesto llegar más allá de la partitura, en ese camino admite que hay mucho en juego, que es clave el esfuerzo individual, pero ella aspira a lograr sublimación cada vez que tenga público delante y eso le permitirá dar sentido trascendente a los acontecimientos de la vida cotidiana.


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