La vida trascendente de María del Pilar
- Por Álvaro Sánchez / Estudiante de Periodismo
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"No tendrá tiempo para atenderte", me dijeron en el Centro Provincial de Arte cuando traté de contactarla, por primera vez, y al visitar su casa descubrí la verdad encerrada en esas palabras: vive sola con sus padres, ancianos y enfermos. Cuidarlos ocupa la mayor parte de su tiempo; por eso, en los últimos años, se ha visto separada de los lienzos. Aun así, un gesto de amabilidad afloró en su rostro al proponerle esta entrevista. “¿Cuántos minutos necesitas? ”, preguntó.
Maríadel Pilar Reyes Ricardo nació en Holguín, en 1970. Desde pequeña, participó en círculos de interés de artes plásticas y cursó los estudios pertinentes hasta egresar, en 1994, del Instituto Superior de Arte, de La Habana.
Esta artista talentosa es pausada y educada en extremo. Ama la música clásica y se describe como una persona "imaginativa y soñadora". Siente gran admiración por artistas como El Bosco, Picasso y Van Gogh. Disfruta de autores como Thomas Mann, Hermann Hesse y José Martí. Su mayor sueño es una exposición retrospectiva, donde se exhiba toda su obra y se le dé gran difusión.
En sus piezas, también apreciadas internacionalmente, destaca el uso de la figuración surrealista con aires medievales, lo cual logra plasmar con maestría en sus reconocidos abanicos artísticos…
"Con los abanicos he tenido experiencias muy bonitas. Una vez, me invitaron a una exposición de abanicos ‘intervenidos’ por artistas. Me gustó tanto, que leí, por ejemplo, gran parte de Las mil y una noches y otros libros fantásticos, para llevar toda esa fantasía al abanico. Después, hice otra exposición en el Museo de Arte Colonial de La Habana, de abanicos pintados a mano por mí. Quedé satisfecha porque los resultados fueron buenos y las condiciones del lugar lo ameritaban".
¿Cómo ocurre en el proceso de creación?
Empieza con una idea. Me inspiro en libros que he leído, películas y cosas que me pasan en la vida cotidiana. Luego, las llevo al lienzo. Algunas veces, uno se siente un poco mal, porque tienes una gran idea; en cambio, cuando la llevas al soporte, no es lo que te imaginas.Yo casi nunca hago bocetos, pinto en el soporte directamente. Voy elaborando poco a poco, en el transcurso de los días. Pinto fragmentos, y después los uno.
El proceso puede resultar duro y difícil. Pero, al final, uno siempre se siente bien si queda conforme con lo que ha hecho. Aunque conforme es una palabra muy fuerte. Uno nunca está completamente contento con el trabajo, sino que quiere superarse a sí mismo y siempre hacerlo mejor.
De las exposiciones realizadas, ¿cuál ha sido su mejor experiencia?
No sabría decirle alguna en específico. Tuve una en Puerto Rico, junto con Ernesto Rancaño y Rubén Alpízar, me gustó mucho exponer allá con ellos. También otra, que hice en la sala transitoria del Palacio de los Capitanes Generales, en La Habana. Se llamó "Almas en el bosque". Esta fue una etapa muy buena para mí y tuvo una gran acogida.Todos los críticos de arte y personas que asistieron a la exposición, coincidían en que yo tenía un estilo propio. En el Centro de Arte de Holguín, he hecho dos exposiciones personales que me han gustado mucho, y también han tenido buena acogida del público. Ahí atienden muy bien a los artistas y las expresiones llegan a otro nivel.
¿Qué influencia ha tenido la religión en su arte?
Yo soy católica, desde pequeñita iba a la iglesia y siento un gran amor por Jesucristo. Precisamente, esa fue la temática de mi última exposición personal, en la sala pequeña del Centro de Arte, en el año 2018. Casi todas las obras que he realizado después del 2010 tienen una temática religiosa-cristiana y los títulos aluden a ese contenido. En esa exposición, me sentí muy complacida. Pude plasmar toda mi emotividad y mi deseo de alabar a Dios. Creo que las personas lo percibieron y eso para mí tiene mucho valor.
¿Qué papel han desempeñado sus padres a lo largo de su carrera?
Mi papá y mi mamá siempre me han ayudado mucho y también mi hermano. En el transcurso de trabajo, mi papá me ayudaba a montar las obras y a llevarlas a las galerías, tanto aquí como, a veces, en La Habana. Y mi mamá siempre me enseñó la fe, a leer libros clásicos desde pequeña. Me educó con tanta ternura y tanto amor, a amar las cosas espirituales. A los dos les debo mucho al igual que a mi hermano; de niña, pintábamos juntos y siempre ha sido una persona increíble conmigo.
A los 52 años de edad, ¿se siente realizada?
Eso es muy díficil, porque yo pienso que no hay nada absoluto en esta vida. La realización está en el cada día, en lo que uno sea capaz de vencer diariamente, pensando siempre en la vida o algo trascendente. Hay una vida eterna, y todo cuanto hagas en este mundo tiene su repercusión. Poco a poco, me voy sintiendo realizada según crezco en mi obra y en mi vida personal.