60 ANIVERSARIO DE ¡AHORA!
- Por Equipo Multimedia
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| TRIGESIMOPRIMER ARTÍCULO
Despedida
Desde mayo, esta columna ha sumado voces a la evocación de la historia de nuestro periódico. Con entusiasmo, reporteros, fotógrafos, directivos y personal de traducción, corrección y diseño acogieron la idea y ofrecieron su valioso testimonio.
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Colaboraron trabajadores en activo y jubilados y también colegas que se desempeñan en otros medios, sectores y territorios, pero dejaron su impronta en nuestra publicación. Sus anécdotas y reflexiones nutrieron este espacio, y sirvieron para narrar la épica colectiva en modo coral. Porque, de algún modo, nadie se va del todo; uno siempre es de ¡ahora!
No faltó la búsqueda en los polvorientos fondos del archivo impreso, que guardan el enigmático aroma a galletas dulces de los papeles viejos, para corroborar datos, fechas, nombres, hitos dentro de la vida de este medio de prensa, desde su surgimiento a partir del iniciático Surco. Hasta del tamaño de las páginas y su número, el nacimiento de los suplementos y boletines, las ediciones especiales y el columnismo, los cambios en la circulación y la tirada, quedó fe.
Se revisaron, además, los fondos digitales en pos de información fidedigna, que arrojó luz sobre momentos importantes, aunque disipados por el fragor del diarismo. Inesperados descubrimientos permitieron enmendar páginas de la historia y mostraron que a la nuestra le faltan capítulos por investigar y contar.
Al calor del cumpleaños y enriquecida por la pesquisa, renació la Sala de Historia con carácter interactivo y todavía se sueñan proyectos para aportarle valores; entre ellos, futuras compilaciones, que sumaremos a los libros y textos existentes, entre los cuales las tesis de pregrado dedicadas al periódico constituyen un legado valioso de la academia.
En este espacio, no faltaron las firmas de lectores leales, desde la ciudad de los parques o desde misiones médicas, y las de motivados estudiantes de la carrera de periodismo de la Universidad de Holguín, que hacen sus pininos en las páginas del Semanario y hasta pretenden ponerle sonido e imagen, gracias a las virtudes de la hipermedialidad.
Los artículos publicados, incluido este que usted está leyendo, integran el libro electrónico Cada letra en su lugar, pensado y realizado por Adrián Fernández Cuba, con el aporte de todos. Ahí están, para probarlo, las decenas de fotografías, solemnes o triviales, que dan fe de los inicios y el presente, de los logros, los sacrificios y las hazañas cotidianas. El eBook se concibió como homenaje a las seis décadas de vida del rotativo y puede descargarse del sitio www.ahora.cu con su carga de amor.
Desde la cocina, el volante, la imprenta, la contaduría, la administración, el archivo, la recepción, empuñando una escoba o protegiendo el centro, todo el mundo cuenta. La nuestra, desafiando clichés, no es narrativa de élite, sino empeño colectivo. Cuando casi cierra el 2022 y en día celebrado por la mística popular, se despide esta columna, con su luz de otros días.
El mejor periódico siempre será el que está por nacer.

| POR: RUBÉN RODRÍGUEZ
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10506 | SÁDADO 17 DE DICIEMBRE DE 2022
| TRIGÉSIMO ARTÍCULO
SIENTO AL ¡AHORA! COMO MÍO
El 20 de abril de este año crucé por primera vez el umbral del número 312 (altos) de la calle Máximo Gómez y la emoción me invadió por completo. Cuando ves el rótulo en rojo que te indica inmediatez, en el descanso de la escalera de acceso, la adrenalina sube más.
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En la sala de columnas eclécticas que tiene como vestíbulo la sede del semanario, nos esperaban Claudia Arias y Rubén Rodríguez, subdirectora y editor del periódico. De la mano de ambos, mis compañeros y yo conocimos ese lugar donde hemos crecido como aprendices de periodistas.
Cuando empiezas a conocer un lugar como el ¡ahora!, sus historias e interioridades, nacidas y consolidadas de la voluntad de periodistas, editores, correctores, fotógrafos, diseñadores y personal administrativo, crece en tu interior un sentimiento de pertenencia e identidad. El mismo que me llevó a proponer al Secretariado de la FEU, del que formo parte, conceder al periódico la Condición Centenario de la Federación Estudiantil Universitaria.
El otorgamiento se hizo efectivo en la oportuna fecha de celebración del 60 aniversario del ¡ahora! Al entregarle el reconocimiento a nuestra profesora y directora del semanario, Yani Martínez, ella agradeció efusivamente; sin embargo, más le debemos agradecer nosotros a ese colectivo, por brindarnos el espacio y su confianza, ponernos retos y meternos en apuros periodísticos durante las prácticas laborales tradicionales, que lleva sobre sus hombros este rotativo como unidad docente, y que han acompañado los 16 años de la carrera de Periodismo en Holguín.
Creo que el aniversario es momento propicio para plantearse la idea de que el ¡ahora! se siga leyendo, pero también se vea y se escuche; para eso se necesita la búsqueda de nuevas fórmulas y nuevos formatos e intentar mezclar, de manera potente y visual, multimedia, vídeos, infografías, textos, audios, todo tipo de elementos para llegar a los lectores del mejor modo posible. Es decir, hacer un periódico actual y original que mire siempre por el retrovisor a sus orígenes y sus valores: credibilidad, referencia y honestidad.
El periódico ¡ahora! lleva el liderazgo y no solo por ese cabezal que lo identifica como el órgano oficial del Comité Provincial del Partido en Holguín, sino también por el liderazgo que se gana todos los días defendiendo la verdad; que se logra con el trabajo de gente de voluntad y el sudor que se pone en cada letra para seguir narrando nuestra realidad territorial.
Agradezco por todos los consejos, sugerencias y por cada espacio ofrecido a mí en el impreso y en la web. Lo siguiente no es egoísmo, pero hoy puedo decir que siento al ¡ahora! como mío y afirmo, sin miedo a equivocarme, que este periódico sexagenario es parte de lo que somos todos los holguineros.

| POR: LIBAN F. ESPINOSA HECHAVARRÍA, ESTUDIANTE DE PERIODISMO
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10505 | SÁDADO 10 DE DICIEMBRE DE 2022
| VIGESIMONOVENO ARTÍCULO
LA EXPERIENCIA DE UN LECTOR
Soy médico de profesión y alma. Tuve contacto con el ¡ahora! desde mis estudios preuniversitarios, cuando lo compraba todas las mañanas al llegar a Gibara, en el estanquillo del parque, y leía con avidez, escuchando el susurro del mar. La mayoría de las secciones me interesaban, incluso coleccioné artículos, sobre todo lo relacionado con la medicina, que escribían el profesor Bertolí y otros que luego serían mis profesores.
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He sido testigo de las transformaciones: desde los periódicos de aquella época de bachillerato, con hojas grandes, tipo “sábana”, luego el formato tabloide impreso en técnica off-set, hasta la era digital y el ciberdiario. Para beneplácito de los lectores, incluso contamos con ediciones a cargo de los estudiantes de periodismo.
El ¡ahora! me abrió las puertas en el 2003, cuando escribí una misiva de agradecimiento a los colegas en Namibia y de mi municipio, así como a la población, por su solidaridad, luego de sufrir un accidente de tránsito durante el cumplimiento de mi deber internacionalista en territorio namibiano. Posteriormente, publicamos un artículo en la revista Serranía, gracias a la gentileza de Eglis Ricardo, su editora entonces.
Varias secciones son de mi interés, como La columna de los lectores y Página 8, por su actualidad y excelente acercamiento a muchas realidades; Detrás de la palabra, donde mi paisano Rubén recrea historias “floropereñas” con su exquisito verbo; las noticias sobre salud, salidas de las divinas manos de Lourdes, y las Deportivas, por acercarnos a logros de nuestros atletas. Conservo aún las nóminas de los Cachorros donde aparecía mi hijo Ernesto, que con orgullo vistió por seis campeonatos la camiseta del equipo holguinero.
Durante el cumplimiento de las misiones internacionalistas en Namibia y Bolivia, nos llegaban ejemplares de la prensa cubana, entre ellos, nuestro Semanario, que leíamos con avidez. Ya en Brasil, bajábamos cada edición en formato digital, los sábados en la mañana, así estábamos más cerca de la tierra añorada.
Quiero agradecer a esta publicación holguinerísima, cuando, bajo el título de “El hijo de Prometeo”, difundió la noticia de mi participación en uno de los relevos del paso de la antorcha olímpica, durante los Juegos olímpicos de Río de Janeiro; fui el primer cubano en realizarlo, y ¡ahora! lo dijo.
En mayo de este 2022, Lourdes Pichs escribió en el sitio web y el Semanario acerca del primer Evento virtual nacional, con visualización internacional, APSGibara, que organizamos para socializar la labor de los médicos de familia en el perfeccionamiento de este importante programa de la salud pública cubana.
Cuando descubrí esta columna, donde se comparten experiencias particulares vinculadas a la historia del periódico, no dudé en colaborar, para reconocer el encomiable trabajo de editores, periodistas, fotógrafos, cibereditores, diseñadores y todos los que contribuyen a que podamos disfrutar cada sábado una edición más del periódico. ¡Enhorabuena!

| POR: ARGELIO HERNÁNDEZ PUPO
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10504 | SÁDADO 03 DE DICIEMBRE DE 2022
| VIGESIMOCTAVO ARTÍCULO
EL 60 YA ES HISTORIA
Mucho hemos hablado, posteado y disfrutado por estos días las jornadas de celebración por el aniversario 60 de este órgano de prensa, pero para la gente de ¡ahora!, los hechos no pasan a la historia mientras no queden en tinta impresa sobre papel gaceta, ha sido así por las últimas seis décadas.
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De modo que, siendo tantas las manos amigas que acudieron a aupar a este colectivo, compilamos aquí algunos de esos nombres que engrandecen nuestra historia cotidiana.
RESULTADOS DEL CONCURSO POR EL ANIVERSARIO 60
Información: “El lírico de Holguín en temporada del Ballet Nacional de Cuba”, de Claudia Patricia Domínguez. Mención: “Garantía para el oxígeno medicinal”, de Lourdes Pichs. Conjunto informativo: “Seguimiento a la Serie Nacional de Béisbol”, de Calixto González Betancourt.
Reportaje: “¿A menos luz, mayor consumo? La paradoja de la factura eléctrica”, de Luly Legrá Pichs, y “No vale pájaro en mano, sino cientos volando”, de Yenny Torres Bermúdez. Menciones: “Reverenciar los años con sensibilidad y respeto”, de Ania Fernández Torres y “Cuando las cigüeñas se adelantan”, de Lourdes Pichs Rodríguez.
Entrevista: “Holguín es una ciudad en la que podría vivir”, de Claudia Patricia Domínguez. Menciones: “La madre holguinera de Apklis”, de Rosana Rivero Ricardo, y “El mejor trabajo está por escribirse”, de Rubén Rodríguez.
Comentario: “¿Quién sacude las hormigas?”, de Yenni Torres Bermúdez. Menciones: “Tan lejos y tan cerca”, de Claudia Patricia Domínguez, y “En busca del vellocino de oro empresarial”, de Ania Fernández Torres. Columna: “Detrás de la palabra”, de Rubén Rodríguez González. Crónica: “Corazón a media asta”, de Liset Prego Díaz.
Infografía: “Holguín en modo SEN” , de Adrian Fernández Cuba. Menciones: “83 años de complicidad y buen arte”, de AFC, y “Código de las familias”, de Félix Javier Batista Del Valle. Adrian obtuvo, además, premios en Portada, Diseño de página interior y mención en este mismo apartado, mientras Félix Javier se llevó el lauro en Diseño Integral y mención en Portada.
Fotografía y Conjunto fotográfico: “El frijol desde la cáscara” y “Hablar con el toro”, respectivamente, de Heidi Calderón Sánchez.
¡ahora! convocó a los estudiantes de Periodismo. Resultaron ganadores Ada María Bruceta Córdova y Katherin Morán Barnet, autoras de “Un palacio con goteras”, y Carlos Velázquez Álvarez, por “23 marcas y una vida”. Mención: “Yo no me disfrazo, hago cosplay”, de Isabella Ávila Graña.
Periodismo hipermedia: “¿A menos luz, mayor consumo? La paradoja de la factura eléctrica”, de Luly Legrá Pichs y Adrian Fernández Cuba, trabajo que también se alzó con el Gran Premio del certamen.
Además, se hizo entrega de la Distinción Aniversario 60 a igual número de instituciones y personalidades que han tenido un vínculo especial con el Periódico.
Dejamos en estas líneas, también para la historia, nuestra gratitud a todas las instituciones, entidades y personas que contribuyeron de disímiles maneras a la celebración de este especial cumpleaños para la Gente de ¡ahora!

| POR: YANI MARTÍNEZ PEÑA
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10503 | SÁDADO 26 DE NOVIEMBRE DE 2022
| VIGESIMOSEPTIMO ARTÍCULO
EVOCACIÓN
Cuando comencé a trabajar en el ¡ahora!, a comienzos de 1994, dejaba atrás años de ejercicio periodístico en la Agencia de Información Nacional (AIN) y la radio provincial en Santiago de Cuba, la propia AIN, el periódico Venceremos y el telecentro Solvisión, de Guantánamo.
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Esa bitácora estuvo marcada por circunstancias familiares y aunque sumo más de 20 años como corresponsal de Prensa Latina en Santiago de Cuba, el paso por la publicación holguinera me marcó, al punto de sentirla muy cercana, a pesar del cambio de local y la lógica de los renuevos generacionales.
Fueron ocho años, durante los cuales asistí a la intempestiva irrupción de las computadoras en aquella redacción del Poligráfico, donde las viejas máquinas de escribir fueron desplazadas sin contemplaciones.
Así sucedió más o menos con Internet y la web. A un reducido grupo nos tocó prepararla y “hospedarla” en Citmatel, en La Habana, en medio de términos desconocidos para mí y una dinámica absolutamente diferente.
Al ¡ahora! le agradezco la permanente renovación de la capacidad de asombro, porque fueron días de mucha creatividad y de lucha sin cuartel contra el aburrimiento en sus páginas. Desde las secciones que incluían anuncios y breves notas sobre problemas diversos de la cotidianidad, las canciones, las caricaturas, De lo humano y lo curioso y Oye, amiga, el afán era el de la seducción, aunque nos alejara de la perfección.
Le agradezco haber aprendido del querido Rubén que los párrafos cortos y con puntuación intermedia ayudan mucho en la elegancia y la eficacia de la escritura. Igualmente, haber compartido con un intelectual de la talla de Pedro Ortiz Domínguez, que no tuvo reparos en mis encomiendas como jefa de información y me pedía que lo enviara a zonas rurales.
En mi evocación, la admiración por los equipos de corrección y el trabajo exquisito de Orlando Rodríguez como corrector de estilo, un desempeño que no era común en la prensa provincial cubana de entonces y él llevaba de maravillas con su especial dosis de fina ironía y humor.
Los cambios de labor en la finca del Partido, dejaron la anécdota de mi perro casi callejero, Yaki, encaramado en la guagua Girón y sumado al colectivo en esos cultivos agrícolas.
La página digital desplegada en pleno centro de la ciudad y todo el colectivo como un panal, encabezado por Rodobaldo, en la constante actualización de sus contenidos, nos hizo vivir una experiencia inédita y edificante.
La sazón de Estrellita ponía desde el comedor el efluvio de aquellos preparados que llevaban su sello del buen sabor y de la comida hecha con muy buena voluntad.
Lo confieso: durante el tiempo en que dirigí el Venceremos, el holguinero fue mi paradigma e intenté, sin copiar, apropiarnos del estilo fresco y renovador de sus páginas. Todavía recuerdo el orgullo que sentíamos cuando en el país se reconocía al nuestro como uno de los mejores periódicos provinciales. Sesenta años son una edad de adulta madurez: sangre joven y talento no le faltan ¡ahora!

| POR: MARTA CABRALES ARIAS
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10501 | SÁDADO 12 DE NOVIEMBRE DE 2022
| VIGESIMOSEXTO ARTÍCULO
VOLVER A LAS PÁGINAS DE ¡AHORA!
Volver a las páginas de ¡ahora! es como regresar a casa. Tiene ese calor reconfortante del abrazo y el beso materno, el olor de los dulces de la abuela o los consejos del padre, porque el periódico holguinero, más que una casa editorial, es como una familia.
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Hogar de los primeros pasos de numerosas generaciones de periodistas, ya fuera en su sede histórica de la calle Rastro, en los amplios salones del Poligráfico José Miró Argenter o en sus nuevos espacios en la céntrica Máximo Gómez, los que llegamos siempre encontramos el apoyo necesario para echar a andar y, quizá, volar.
Porque la universidad nos dio los conocimientos, las herramientas, la teoría, pero el periodismo de verdad lo aprendimos allí, en medio de la prisa del cierre, la presión por escribir en 20 o 30 líneas lo que tal vez necesitaría una página entera, en la pasión por llevar a la ciudadanía la información necesaria.
¡ahora! fue para mí, y para muchos como yo, ese lugar donde nos impulsaron a soñar, a ir por más, donde nos enseñaron que el límite es nuestra capacidad y todo el tiempo nos retaron a superar los obstáculos, a hacerlo mejor, como hacen las familias con sus hijos.
Tuve allí ejemplos para toda la vida: aprendí que la belleza y la literatura pueden y deben ir de la mano del periodismo; descubrí los ingredientes del buen reportaje, a bordarlo con cuidado, para que cada hilo conduzca al lugar exacto; a investigar para desenredar los asuntos más complicados; la dosis exacta de magia para contar la historia y los secretos de una buena información.
En el periódico holguinero recibí lecciones de amor y humanismo que me acompañarán donde vaya y viví experiencias profesionales estremecedoras, desde las tensiones ante el paso de un huracán, la conmoción por el desastre y, en medio de ello, el desvelo por trasmitir los esfuerzos para recuperarse; hasta el regocijo de un pueblo celebrando sus triunfos.
¡ahora! es para mí el primer vuelo en helicóptero, los aprendizajes sobre agricultura y zafra azucarera, pero también lo que cuesta un error publicado y la responsabilidad social de nuestro trabajo; allí supe lo que significa verdaderamente ser militante comunista y a valorar que un colectivo no se hace por la calidad de esta o aquella firma, sino por lo que seamos capaces de lograr juntos.
Es la sonrisa de Estrella, la cocinera, el condimento perfecto para convertir en manjar la comida más pobre; el café en los mediodías; son los afectos eternos que te hacen volver, que te devuelven la alegría al rostro siempre que los evocas; son los amigos, es la casa.

| POR: KARINA MARRÓN GONZÁLEZ
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10500 | SÁDADO 05 DE NOVIEMBRE DE 2022
| VIGESIMOQUINTO ARTÍCULO
OFICIO EN LA SANGRE
Desde su fundación, el 19 de noviembre de 1962, ¡ahora! ha sido testigo de los hechos más importantes acaecidos en la provincia y sus ediciones poseen un notable valor documental. Habitualmente, constituye la fuente que consultan muchos investigadores para sus publicaciones acerca del territorio y la ciudad cabecera.
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Durante las seis décadas de vida de nuestro periódico, los corresponsales voluntarios, también nombrados colaboradores, hemos mantenido un vínculo sistemático provechoso. Recuerdo la fecha de mi primera publicación aquí: 18 de mayo de 1963, cuando reporté una noticia relacionada con la sección sindical de la Audiencia, donde trabajaba entonces.
Durante las seis décadas de vida de nuestro periódico, los corresponsales voluntarios, también nombrados colaboradores, hemos mantenido un vínculo sistemático provechoso. Recuerdo la fecha de mi primera publicación aquí: 18 de mayo de 1963, cuando reporté una noticia relacionada con la sección sindical de la Audiencia, donde trabajaba entonces.
Esta historia había comenzado antes. Entré al mundo de los medios a través de las emisoras CMKF, que dirigía Arturo Góngora, y la CMKO, liderada por Manuel Angulo. El primer contacto fue leyendo mis poemas en diferentes espacios, que impulsaban la creación artística como “Camino de Ensueño”.
Al triunfar la Revolución comandada por Fidel, una de mis grandes inspiraciones, comencé a interesarme por la redacción periodística; precisamente, mi primer trabajo fue un reportaje que mostraba el crecimiento de la cultura cubana a partir de 1959.
Sin embargo, esa primera experiencia como colaborador del periódico Norte no fue suficiente para enrumbar mi camino hacia el periodismo. Esto ocurrió en la década de 1970, con el auge del movimiento de corresponsales voluntarios. Desde mi puesto, en la Oficina de secretaría y trámites judiciales, siempre buscaba el tiempo necesario para colaborar con el periódico ¡ahora! y la emisora Radio Angulo.
Con el tiempo, me di cuenta de que hacer periodismo era lo que yo quería para mi vida y me dediqué a ello por completo. En 1981, me gradué de licenciado en Periodismo, en la filial abierta al efecto en la Universidad de Holguín. Habitualmente, colaboré con la prensa escrita. Sin embargo, debo confesar que mi gran pasión fue la Radio, donde escribí para programas informativos, históricos y dramatizados, como “El tránsito y usted” y “El suceso del día”.
El pujante movimiento de los corresponsales voluntarios rindió sus frutos durante décadas y fue cantera para el periodismo holguinero; no pocas de sus figuras destacadas proceden de esa tropa entusiasta y altruista, que llegó a tener su página en el ¡ahora! cuando escaseaban los reporteros.
Resulté corresponsal destacado en varias ocasiones; entre 1988 y 1996, colaboré con las secciones De la Fiscalía, Ante el Tribunal, Agente PNR y otras para la prevención y el enfrentamiento al delito y las indisciplinas sociales, en el periódico provincial.
La pandemia me mantuvo alejado de la rica vida cultural holguinera, pero ya he vuelto a las andadas a través del teléfono, como asiduo colaborador de los medios de comunicación en Holguín.
Deseo seguir compartiendo mi experiencia con las nuevas generaciones de periodistas. Este es un oficio que se lleva en la sangre y mientras tenga fuerza y lucidez estaré dispuesto a informar y educar a través de la palabra.

| POR: ASTOR HERNÁNDEZ SÁNCHEZ
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10499 | SÁDADO 29 DE OCTUBRE DE 2022
| VIGESIMOCUARTO ARTÍCULO
OYE, AMIGA
Llegué al periódico en 1989. Graduada del Pedagógico en la especialidad de Español y Literatura, había sido profesora durante 20 años y comencé como correctora, cerquita de los talleres de impresión y junto a las inolvidables Dora, Mercedes, Belkis, ya fallecidas, y Dalivia. Luego, llegarían otras compañeras.
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Sin embargo, otros rumbos me esperaban. El director Alfredo Carralero me propuso iniciar la sección femenina, que mantuve durante 24 años. La fecha del “parto”: 22 de septiembre de 1990. Publiqué sobre belleza, salud, moda, cocina, decoración y hasta de organización doméstica, para ayudar a las holguineras en su cotidianidad.
Un buen día, salí de las páginas y me encontré con mis lectores, en el club Oye, amiga. Los holguineros acudieron por decenas a los encuentros, donde se cultivaron la alegría y la resiliencia. Personalidades de la ciencia, la salud o la cultura en la provincia fueron nuestros aliados.
En su última etapa, la columna se enfocó hacia la consejería sentimental. Si me preguntan su mayor mérito, creo que está en el tono coloquial e íntimo, pues no daba lecciones ni les decía a las personas que vivían vidas equivocadas; solamente me acercaba para compartir vivencias, escuchar confesiones, encauzar las urgencias... Y contaba mis historias y las de la gente que me lo permitía.
Tuve otra responsabilidad profesional: en 1992 apareció una encomienda que superaba mis fuerzas y preparación por su magnitud. El entonces director, Rodobaldo Martínez, y el consejo de dirección me nombraron editora de Ámbito, el suplemento cultural que estaba a la cabeza de las publicaciones de su tipo en el país. Para algunos, fue una herejía. Para mí, un reto.
Me sumergí en un océano de números atrasados y el enorme colchón editorial (conjunto de trabajos sin publicar). Poco a poco y con la ayuda de otra novata, Marbelis Guerra, responsable del archivo del Periódico, salimos adelante. Otros compañeros colaboraron en el empeño.
Junto a los trabajadores gráficos, suplimos la falta de papel imprimiendo en recortería y llegó la temporada de la plaquette; cinco años más tarde, la situación mejoró y Ámbito se convirtió en la revista cultural que ganaría el premio al mejor suplemento en el V Festival Nacional de la Prensa.
Mientras atendía las Relaciones Públicas, acometimos el canje internacional, que puso nuestras publicaciones en instituciones de América y Europa y a cambio, llegaron otras que engrosaron los fondos del centro de documentación. Esto propició el vínculo con grupos de solidaridad, como el argentino Chau Bloqueo, con su carga de amor.
En tanto, pasamos el periodo especial, crecieron mis hijas y me hicieron abuela, mi vida navegó por aguas revueltas y por mares en calma, hallé el amor y murieron mis seres queridos, caí y me alcé una y otra vez, me jubilé y puse una peluquería como orgullosa TCP y hasta escribí mi novela, en proceso editorial por Ediciones Oriente... Sin embargo, todavía me emociono cuando alguien me dice: “Oye, amiga...”.

| POR: MARLENE GONZÁLEZ MARTÍNEZ
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10498 | SÁDADO 22 DE OCTUBRE DE 2022
| VIGESIMOTERCER ARTÍCULO
RETO ACEPTADO (Y SUPERADO)
Cuando me dieron a conocer que me correspondía realizar un trabajo para esta Columna, realmente no tenía idea de qué podía abordar e inmediatamente busqué ediciones anteriores, para tomar referencia. Siendo sincera, no me sirvió de mucho. Todos habían escrito basados en sus experiencias en el periódico y yo no tenía muchas, pero asumí esto como un reto y me dispuse a lograrlo.
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Este año comencé mis estudios en la carrera de Periodismo y, a medida que avanzó el curso, supe que mi inclinación era por la prensa plana. Desde niña, me gustó escribir, narrar... y vi la oportunidad de aprender más de la escritura con esta profesión. Las prácticas en el semanario ¡ahora! confirmaron mi corazonada.
El primer día, como todos mis compañeros, estaba muy nerviosa, apenas había podido dormir. La verdad, el lugar impone. Inmediatamente, tiendes a comportarte con rigidez, aunque la sensación desaparece al conocer a las maravillosas personas tras los textos del semanario. Simplemente, nos sentimos acogidos.
Cada cobertura implica dedicación, concentrarse en el momento y en la noticia, para no perder cualquier dato valioso al concretar el trabajo. La preparación previa también es importante.
Los tutores nos orientan; sin embargo, no te dicen del todo lo que debes hacer, porque la magia está en descubrir, para desarrollar capacidades y comenzar a forjar te en la profesión.
Es Lourdes Pichs, mi tutora, lo mejor que me llevo de estas prácticas, pues puso su confianza en mí desde el primer momento, me dio la oportunidad de asistir a importantes eventos. Quizá sus sentidos le indicaron que era capaz y se arriesgó.
También agradezco a cada periodista, esos profesionales que enseñan y ayudan a corregir los errores desde su experiencia.
No hay mayor satisfacción para un estudiante que el reconocimiento a su trabajo. Supe de esa emoción al ver mi pequeña información en la edición impresa, un primer paso, el “top uno” de muchos artículos por publicar. Esos momentos en que las felicitaciones te llueven y el orgullo se refleja en familiares y amigos... son el motor impulsor para continuar.
El ¡ahora! es sinónimo de oportunidades y de más está decir que abre las puertas a todos los soñadores.
Al final, sí pude elaborar este trabajo y no me costó tanto como pensé. Las ideas fluyeron solas, porque la inspiración estaba. Gracias a nuestros periodistas, editores, traductores, diseñadores y a todos los que, desde el “anonimato” contribuyen a mejorar estas líneas. Felicitaciones, ¡ahora!

| POR: GABRIELA CHAVECO HERNÁNDEZ / ESTUDIANTE DE PERIODISMO
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10497 | SÁDADO 15 DE OCTUBRE DE 2022
| VIGESIMOSEGUNDO ARTÍCULO
UN CLICHÉ NECESARIO
El periódico ¡ahora! fue mi primer trabajo. Y el lugar donde uno inicia la vida laboral, que es como decir tu vida de adulto, deja huellas semejantes al del primer amor. Nunca se olvida.
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Recuerdo que Isis, por aquel entonces jefa de información, me propuso incorporarme a trabajar en julio; pero yo me aferré a mis últimas vacaciones de dos meses seguidos, más que merecidas tras la intensidad de la tesis. “Playa, playa, piscina, piscina”, se rió ella y me citó para septiembre
El primer martes de ese mes, allá por el 2018, fui a la sede del periódico, que a diferencia de lo que muchos creen, aunque nuestro machón lo especifique, no radica en el Poligráfico, sino en el corazón de la ciudad.
Me incorporé a la reunión de reporteros con la intención de pasar inadvertida; pero la gente de ¡ahora! había preparado una bienvenida que me sacó del asiento y hasta los colores: con los periodistas y fotógrafos como testigos, se me entregó un diploma-recuerdo en el que se me prometía trabajo 24x7 y muchas, muchas coberturas sin almuerzo. Así me convertí, junto a mi compañero de generación Jorge Suñol, en un fichaje de verano.
Lo siguiente es casi un cliché: decir que nos recibieron como a nuevos miembros de la familia. Pero hay que decirlo, y explicarlo, porque la confianza que depositaron en nosotros, recién graduados, con poca experiencia, con muchas capacidades por probar; y el espacio que nos ofrecieron para experimentar, equivocarnos, aprender… nos convirtieron en los profesionales que hoy somos.
Como periodista de ¡ahora! conocí mi provincia. Recorrí los campos donde se cultivan nuestros alimentos, escuchando la sabiduría y las tradiciones de nuestros campesinos. Subí a Farallones de Moa con los artistas de la ciudad, para celebrar el Día de la Montaña y para celebrar a la gente de esas alturas, que nos cultivan el café. Llegué a las playas de Banes con los vientos del huracán, para verificar la evacuación de los vacacionistas. Me asombré con la industria del níquel por dentro y el aspecto de los obreros, que parecen salidos del centro de la Tierra. Aprendí de tantas personas, jóvenes, viejas, habladoras, calladas, con oficios y profesiones disímiles… que desde entonces soy un mosaico, llevo un poco de todas ellas.
Aprendí a escribir para el formato que usted diga, siempre contra reloj y con la precisión que exigen los límites de la página impresa. Me forjé para trabajar bajo presión. Eso se lo agradeceré al ¡ahora! eternamente
Aquí tuve la oportunidad, además, de realizar videos para su sitio web; de tutorar estudiantes de práctica y compartir con ellos mi escasa experiencia; de organizar durante un tiempo las rutinas productivas… habilidades que atesoro como si fueran my precious.
Como ve (y seguimos necesariamente con los clichés) ¡ahora! es hogar, familia y escuela. Un primer amor que espero también me recuerde con el mismo afecto que le profeso.

| POR: CLAUDIA ARIAS ESPINOSA
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10496 | SÁDADO 08 DE OCTUBRE DE 2022
| VIGESIMOPRIMER ARTÍCULO
Batalla contra los granizos
En una historia de 60 años, 38 de los cuales pasé entre sus protagonistas, voy a contarles lo que nos sucedió un día en apenas pocas horas, y creo es un hecho único hasta hoy en el periodismo holguinero.
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Esta provincia ardía, como casi toda Cuba, bajo los efectos de una sequía atroz. Se había decidido el “bombardeo” de las nubes para provocar lluvia artificial, y en una de esas misiones me enrolé junto con mi eterno y siempre recordado amigo, el fotográfo Rafael Nogales.
Despegamos a bordo de un AN-26, disfrutamos el trabajo del artillero que disparaba cartuchos de yoduro de plata con todo Holguín a nuestros pies, improvisamos hasta una entrevista grupal a la caza de detalles sobre lo ignoto... cuando de repente comenzó un rudo “apedreamiento” del fuselaje, algo que los técnicos conocían pero nosotros no.
En respuesta a aquella provocación científica, las nubes se habían confabulado para regalarnos una tormenta local severa, nada menos que en la zona del propio aeropuerto. Lluvia, en definitiva el objetivo, vientos fuertes que nadie mandó a buscar, algunas sacudidas desagradables y una granizada contra el avión que nos sacó los colores.
Como resultaba imposible aterrizar en Holguín, los pilotos dirigieron la nave hacia Camagüey. Y fue preciso correr para las instalaciones que nos acogerían por un rato, porque allí también comenzaba la lluvia como resultado del mismo proceso, pero a cargo de otro equipo.
No teníamos celulares y ya nuestros familiares comenzaban a impacientarse. No se escuchaba el conocido ronroneo del AN-26, pero de nosotros ni una noticia. Ya con el ambiente en calma, allá y aquí, regresamos. Despegue y aterrizaje normales, pero al llegar encontramos la pista felizmente mojada por nuestra culpa.
Una vez en tierra, los técnicos nos contaron la anécdota sobre una situación similar, ya no recuerdo en qué lugar, donde la granizada hizo zozobrar el vuelo con las lógicas consecuencias. Y no nos lo dijeron durante el vuelo para no aumentar el miedo que, según ellos, teníamos reflejado en el rostro.
Las charcas en la pista fueron para ellos motivo de probada satisfacción. La despedida fue emotiva y nos aseguraron que leerían el reportaje que este propio medio publicó días después a lo largo de dos páginas.
Así surgió la idea de solicitar otra expedición, pero a bordo de un cazahuracanes, para describir al próximo ciclón desde las alturas. Nunca supimos qué ocurrió con la petición, perdida en el tiempo, como perdida está la fecha exacta de aquella inesperada batalla contra los granizos.

| POR: CLEANEL RICARDO TAMAYO
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10495 | SÁDADO 01 DE OCTUBRE DE 2022
| VIGÉSIMO ARTÍCULO
HAYDÉE Y LOS CAPITANES DE ¡AHORA!
Haydée Vigo Martínez fue una de las fundadoras del periódico ¡ahora!, el 19 de noviembre de 1962, y por azares de la vida partió un día como este, pero de 2021, marcando su ciclo periodístico bajo una misma fecha.
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Hurgando en las páginas de nuestro rotativo, la encontramos contando sobre sus inicios, cuando era una mujer entre más de 50 hombres; narrando sobre las condiciones del local entre Frexes y Rastros, la primera de las tres sedes que hemos tenido; o explicando cómo “no había hora de cierre, trabajar mañana, tarde y noche y hasta bien avanzada la madrugada era una constante. En no pocas ocasiones, quise regresar a mi casa en Velasco; pero resistí la primera semana, y entonces pasaron cerca de 40 años aquí”.
Tuvo la oportunidad de ejercer su profesión bajo el liderazgo de 12 de los 15 directores que han guiado el ¡ahora!, cronología de la cual se atrevió a opinar:
“El primero fue Roberto Pavón Tamayo, quien tenía buena cultura periodística para, incluso en la misma rama de plomo, diseñar un adecuado formato. En los pocos días que fungió como director aprendí tanto o más que en los largos años de estudio en la universidad.
“Luego, llegó Eddy Machín, joven y agitado linotipista camagüeyano devenido director. De él surgió la idea del festival Cintillo y primera plana, para aquellos que, sin importar si la edición estaba cerrada, se aparecían a reclamar que la actividad de su organismo merecía estar en primera y con cintillo grande.
“El verbo de Hernán Pérez Concepción era apasionado, daba la impresión de siempre estar llamando a librar un combate con las plumas y la cámara. Era muy suya la frase ‘¡Esa es la cosa, caballo!’, cuando entregábamos una buena noticia.
“A Mario Carballosa lo caracterizaba el entusiasmo, era promotor de las giras turísticas, propagandizaba ‘Conozca a Cuba primero y al extranjero después’. Siempre fue escuchado con mucho respeto.
“Eduardo González fue otro de los que orgullosamente expresaban: ‘Yo fui director del periódico’.
“Creo que a Rigoberto Torres le facilitó la tarea tener como cuñado a Yolando González, quien había sido administrador de Surco. Sin ser periodista, asumió bien la responsabilidad. Aprovechaba el asesoramiento, también de Francisco García Benítez (Paquito) y Elías Pavón Tamayo (Cuqui).
“A José Marcos Ortiz, la tarea de dirigir no le era ajena: estaba fogueado.
“Por dos ocasiones, Ezequiel Hernández Gómez estuvo al frente, caracterizado por su constante interés en mejorar las condiciones de trabajo.
“A Luis Battle Niuvó, además de dirigir, le tocó remodelar el local. Impregnó a todos la fiebre constructiva hasta que quedara como se previó.
“Otros directores con experiencia como periodistas fueron Roberto Ortiz y Alfredo Carralero. A este último le siguió Rodobaldo Martínez Pérez, quien durante 21 años guio la nave de letras”.
Haydée trabajó hasta esa etapa. Al decir de ella misma, una experiencia inolvidable.

| POR: YENNY TORRES BERMÚDEZ
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10494 | SÁDADO 24 DE SEPTIEMBRE DE 2022
| DECIMONOVENO ARTÍCULO
Hilda Pupo es mi maestra y psicóloga
Bertha Torres Peña es una ferviente lectora del poblado de San Germán, municipio de Urbano Noris, quien afianzó una de sus pasiones en el periódico ¡ahora!, gracias a las sabias reflexiones de la periodista Hilda Pupo Salazar en su columna Página 8, una de las más seguidas en el semanario holguinero.
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A pesar de ciertas limitaciones, desde hace varios años, Bertha ha encontrado la fórmula para leer, recortar y archivar la mencionada columna, que con tanto agrado y orgullo resguarda en su hogar.
Cuenta Bertha que, desde pequeña, mostró interés por la lectura, pero las reflexiones de Hilda devienen una disertación de conocimientos y necesarias consultas terapéuticas que reconfortan el alma de la sexagenaria lectora y sus amistades.
No estaba suscrita al periódico ¡ahora!, pero su mamá sí, por ello fue leyendo y conservando los ejemplares aunque, muchas veces, amigos, conocedores de sus preferencias, le hacían llegar el impreso para saciar su avidez literaria, ante algún inconveniente.
Hace poco más de una década, está asociada al periódico y puede leer disfrutar, reflexionar y luego recortar sin problemas los trabajos más atractivos, entre los cuales no falta la columna Página 8.
Con mucho celo, Bertha conserva 326 recortes de dicha columna, entre otros artículos que han llamado su atención, como la entrevista que concedió la propia periodista al medio impreso.
Lamenta no poder tenerlos todos, porque la columna surgió en los inicios de la década del 90, del pasado siglo, cuando aún no tenía acceso al periódico; además, ha prestado recortes de la columna a algunas personas, con el objetivo de emplearlos en matutinos u otras actividades y no se los devuelven.
Para Bertha, el periódico comienza en la última página, porque el primer trabajo que lee es el de la experimentada periodista Hilda que, para ella, es su “maestra y psicóloga”.
Explica que, en ocasiones, está deprimida o quiere brindar algún consejo, y rápidamente, busca alguna columna que se asocie a la circunstancia y con pasión la pone en práctica.
Bertha es ama de casa y le gusta leer, porque siente que crece cada día con este hermoso hábito. No hay una edición de la columna que pueda resaltar, porque todas tienen un significado especial para ella; alientan su espíritu.
A Hilda le pide que siga escribiendo y hace pública su preferencia por la labor que desarrolla; además, le informa que ha logrado importantes resultados con sus reflexiones, en su radio de acción.
Con pasión, Bertha afirma que la impronta de Hilda perdurará en el tiempo. Le desea mucha salud para que continúe su encomiable labor.
Asegura que seguirá guardando sus columnas mientras siga escribiendo, porque en ella encuentra la paz y tranquilidad que en ocasiones necesitan las personas.

| POR: FLABIO GUTIÉRREZ DELGADO
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10493 | SÁDADO 17 DE SEPTIEMBRE DE 2022
| DECIMOCTAVO ARTÍCULO
Traducir el ¡ahora!
De una labor orientada al proceso educativo, transité hacia el mundo de la gran telaraña (www) en el año 2004, cuando comencé como traductora en la página web del periódico ¡ahora! , en su versión en idioma inglés. Ya no eran la tiza y el borrador mis principales instrumentos de trabajo; tuve que aprender a “dominar” el teclado y conocer a fondo las nuevas tecnologías, para asumir la tarea de traducir los artículos de los profesionales de la redacción.
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Luego de tres meses a prueba, y para mi orgullo, el periódico me hizo parte de su plantilla. Siempre motivada por el optimismo del entonces director, Rodobaldo Martínez Pérez, inicié mi nuevo mundo laboral junto a un equipo de estelares profesionales, que permanecen en la primera línea de combate.
Si complejo es hacer periodismo, muy importante es también la traducción de esos trabajos, y hacerlo bien era mi responsabilidad.
Mi primera traducción fue como mi primera clase: puro nervio. No sabía cómo hacer para que me quedara bien. Tuve que pulir habilidades y conocimientos: investigar, revisar los sitios web nacionales e internacionales, descubrir cuáles eran las principales herramientas para la traducción, usar Internet, definir qué noticias eran de interés para el lector extranjero.
Llegaron entonces los cursos de postgrado, diplomados... porque en este oficio se trabaja para un público diferente: lectores extranjeros ajenos al trasfondo de acontecimientos locales, que demandan una información de calidad; y el conocimiento de la profesión y de las nuevas formas de comunicación son imprescindibles para que el mensaje llegue claro y con inmediatez.
En ese tiempo, los traductores y revisores nativos que integraban el Equipo de Servicios de Traductores e Intérpretes (ESTI) fueron también de gran ayuda.
Luego, los recorridos, coberturas periodísticas en tiempo real, desfiles por el Primero de Mayo, eventos nacionales y locales de significativa trascendencia, actos políticos, el paso de fenómenos meteorológicos por el territorio... No existían horarios, estos eventos requerían una traducción inmediata para que el lector recibiera la noticia de primera mano.
Fue así que el periódico me impulsó a llegar más lejos en mi carrera profesional, y me mostró el camino que luego me llevó a obtener resultados y reconocimientos por el trabajo realizado.
Ha sido este un sitio de referencia en Cuba y el mundo, porque donde se pone empeño y amor por la profesión, el resultado es evidente. Y aunque todavía es anónima la labor del traductor, queda la satisfacción de poner en alto el nombre de nuestros periodistas en la red global y mantener informado al público angloparlante.

| POR: AMARILIS RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10492 | SÁDADO 10 DE SEPTIEMBRE DE 2022
| DECIMOSEPTIMO ARTÍCULO
La primera casa
Empecé a estudiar periodismo en un contexto marcado por la pandemia, indistintas cuarentenas y obligados nasobucos. Desde las clases virtuales, inició mi vínculo con el periódico, pues su directora, Yanisleidys Martínez Peña, fue mi profesora de Periodismo Impreso, una de las asignaturas claves de la carrera. En cada guía y orientación que nos enviaba se percibía su amor por el medio, y provocaba que mi interés por él fuera en aumento.
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El ¡ahora! nos abrió las puertas a mis compañeros y a mí. Llegar al semanario para realizar las prácticas laborales, correspondientes al primer año académico, fue la oportunidad de sentirme periodista, por primera vez.
Llevaba conmigo un saco de sueños, además de muchos deseos de hacer, y encontré un espacio para materializar todas mis ganas de escribir. Nunca me sentí limitado a la hora de abordar un tema de mi interés, a través de un producto periodístico.
Tuve la dicha de contar con la tutoría de Yenny Torres Bermúdez, quien con su experiencia me brindó herramientas para mejorar cada día más. Fue un apoyo decisivo en esa etapa, al igual que el de otros profesionales con los que también pude compartir directamente.
El martes era el día más esperado, por la reunión de reporteros. Escuchar el balance de la semana anterior y los aspectos que podían perfeccionarse, el intercambio de criterios, así como recibir la asignación de algún trabajo para la semana entrante, hacía que me sintiera un miembro más del equipo.
Cada cobertura en representación del semanario significó, y aún significa, un reto, unido a una gran responsabilidad. Saber que eres la cara del medio en determinado escenario hace que aumente el compromiso con la profesión, pues dejas de ser estudiante para convertirte en periodista.
Recuerdo la emoción que sentí al ver mi nombre en una de sus páginas, nunca olvidaré ese momento. La edición estudiantil fue la cumbre del primer año de la carrera. Presenciar cómo se imprimió y conocer que un proceso mágico tiene lugar, cada viernes, en el Poligráfico, para que el sábado los holguineros tengan el periódico en sus manos, me cautivó sin remedio.
Hoy estoy en segundo año y confieso que aún no he podido desprenderme del encanto que provocan las palabras impresas. El ¡ahora! es como la primera casa, esa donde aprendemos a caminar, crecemos, nos desarrollamos y que, sin importar el paso del tiempo, nunca deja de formar parte de nuestra vida.

| POR: JORGE FERNÁNDEZ, ESTUDIANTE DE PERIODISMO
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10491 | SÁDADO 03 DE SEPTIEMBRE DE 2022
| DECIMOSEXTO ARTÍCULO
CADA EDICIÓN ES UN RETO
Recuerdo la primera edición que trabajé completa: los diseñadores oficiales se encontraban fuera por vacaciones o enfermedad; el jefe de redacción, Agustín Garcells, apostó por mí y todo salió bien. No regresé a mi puesto de secretaria.
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Había llegado al ¡ahora! en los meses finales de 1991. Tenía 20 años y dos hijos pequeños; estaba recién graduada de la escuela de Secretariado, con unas ganas inmensas de trabajar. La mole de hormigón del Poligráfico José Miró Argenter, especie de pequeña ciudad superpoblada, me acogió.
Luego de cumplir con mis deberes diarios, recibía nociones sobre diseño y diagramación impartidas por Eddy García y Rafael Nápoles, profesionales de esa especialidad. Entonces, se trabajaba con centropén y lápiz sobre pliegos de papel gaceta, el espacio se medía en “picas” utilizando una especie de regla llamada tipómetro y se daba otro tratamiento a las fotos. Se trazaba y marcaba, se recortaba y pegaba de forma manual los elementos gráficos a utilizar.
Desde mi silla de secretaria, comencé a realizar mis primeros diseños, allá por los duros años ‘90, con el Boletín de Zafra e incentivada por Rodobaldo Martínez, entonces director, que siempre estuvo al tanto de mi superación y mi interés por el diseño.
El periódico me abrió horizontes ilimitados, como publicar mis poemas en el suplemento cultural Ámbito, diseñarlo y también estar a cargo de la revista Serranía, entre otras publicaciones encomendadas. Incluso, me tocó asumir la primera propuesta gráfica del libro Fidel Castro. Como una espada reluciente, hace tres lustros.
El mundo de nuestro pequeño departamento artístico me enamoró. He conocido varias etapas del diseño del periódico, sus suplementos y otros productos comunicativos de vida corta. Experimenté la emoción de transitar, junto al Semanario, a la era digital, con sus sofisticadas herramientas e innumerables posibilidades gráficas.
Por una década, asumí la dirección de la sección sindical, cuya Vanguardia Nacional ratificamos con entusiasmo año tras año, junto a este colectivo magnífico, entregado y comprometido. Entre col y col, logré igual reconocimiento en media docena de ocasiones.
Durante estos casi 31 años, los hijos crecieron, se convirtieron en profesionales y llegaron los nietos, que corretean por los pasillos de la nueva sede tal como hicieran su mamá y su tío. La sienten como lo que es: nuestra otra casa.
Agradezco inmensamente la confianza que han depositado en mí desde el principio, porque me ayudó a descubrir mi potencial y me ha obligado a crecer como profesional y ser humano.
Mi familia de ¡ahora! me alentó a cursar la carrera de Derecho y ha celebrado mis premios en concursos provinciales y nacionales, en la categoría de diseño. También me ha dado fuerzas al sentirme derrotada, como ocurrió cuando la COVID-19 casi me lleva...
Y aquí estoy, como el primer día. Cada edición que realizo es un reto, que debo superar la próxima vez, para que mi trabajo llegue a manos de los lectores de la mejor manera.
¡Ah! Un detalle: me pone histérica que me cambien un diseño terminado, pero se me pasa enseguida.

| POR: TANIA CABRERA PEÑA
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10490 | SÁDADO 27 DE AGOSTO DE 2022
| DECIMOQUINTO ARTÍCULO
DE PROFE A CORRECTORA
En 2005, supe, precisamente por una de sus páginas, que ofertaban la plaza de corrector de prensa. Me sentí muy interesada y opté por ella. Por la cantidad de personas que solicitaban el puesto, la dirección del periódico decidió realizar un examen eliminatorio y, finalmente, después de muchos nervios, el puesto fue mío.
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Dejé de ser, aunque no del todo, porque nunca me he desligado de mi profesión, la profesora de Español-Literatura, para convertirme en la correctora del semanario holguinero, gran experiencia que marcaba una nueva etapa dentro de mi vida profesional.
De revisión de libretas y exámenes escolares, pasé a revisar trabajos que debía leer con ojo de águila, y no precisamente negra, porque para Calixto, una corrección a uno de sus textos equivale a propinarle un ippon de la mismísima Odalys Revé; o a Lourdes, provocarle un infarto masivo al miocardio, justamente por el sentido de pertenencia que tienen, porque así son los periodistas del ¡ahora!, comprometidos hasta la médula con lo que escriben.
Me fui adaptando al medio y entrenando en este oficio que me genera mucha satisfacción, porque aunque es un trabajo anónimo y calificado por muchos de ingrato, para mí su resultado es palpable y se agradece. Acompañada siempre de la experiencia y los conocimientos de Orlando Rodríguez (el supercorrector de estilo) y Rubén (el prestigioso escritor) de quienes he aprendido mucho, porque a veces también tenemos que saber ser alumnos.
Con el apoyo, la teoría y las exigencias de Rodobaldo, director en aquel momento y al que, por supuesto, agradezco el crecer constante en este semanario, pues su premisa siempre fue la de que sus trabajadores creciéramos con él, humana y profesionalmente.
Y así, a la par de la corrección, tuve que ser relacionista pública por un gran periodo. Convertirme en la cara del periódico, propiciar encuentros semanales con organismos y lectores, sondear criterios y crear un club de amigos, fue otra responsabilidad, pues saber qué piensan y quieren ver reflejado en nuestras páginas los holguineros, es y será un objetivo de primer orden.
El periódico, la página web, la revista Serranía son mis escenarios para la corrección. Porque tanto citadinos como montañeses son nuestros seguidores.
Hoy, cuando por más de 15 años formo parte de este colectivo, que llega a sus 60 años, donde no se desligan el humanismo, la solidaridad, y experiencia y juventud hacen una combinación perfecta, me seguiré sintiendo orgullosa de pertenecer a él y de pulir sus páginas como diamantes, para entregarlas cada sábado a quienes, protagonistas al fin, esperan ansiosos por recibirlas: sus fieles lectores.

| POR: YAMILÉ PALACIOS VIDAL
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10489 | SÁDADO 20 DE AGOSTO DE 2022
| DECIMOCUARTO ARTÍCULO
MIS COBERTURAS CON EL COMANDANTE
Próximos a celebrar nuestro aniversario 60 y, en ocasión del cumpleaños 96 de Fidel, escribo nuevamente para esta columna, esta vez sobre mis experiencias en las coberturas noticiosas con el líder histórico de la Revolución. El enorme privilegio inició el 27 de julio de 1977, con la inauguración de la Fábrica de Combinadas Cañeras, y duró hasta el 26 de julio del 2006, su última comparecencia oficial, en el acto de apertura del mayor grupo electrógeno construido en el país y sincronizado al Sistema Electroenergético Nacional, ambos en la ciudad de Holguín.
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La primera vez, me indicaron escribir una crónica sobre el trascendental acontecimiento. El equipo lo dirigía el excelente periodista y escritor Pedro Ortiz Domínguez, quien realizó el recorrido con Fidel por la fábrica, junto al mago de la fotografía, Rafael Nogales Fombellida.
Recuerdo cada una de sus palabras, dedicadas al progreso de la industria cañera. Aprendí, en la práctica, un concepto enseñado en la academia: el valor de la prominencia en la noticia depende del talento de quien la protagoniza.
Luego, estuve en el centenario de la Protesta de Baraguá; el XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes; el IV Congreso de la UJC; la rendición de cuentas de nuestra provincia a la Asamblea Nacional del Poder Popular, en 1986; la reunión con secretarios del Partido en Holguín, con centrales azucareros en sus zonas; las visitas a “Urbano Noris”, “Rafael Freyre” y Banes; los actos nacionales por el 26 de Julio en la Plaza Mayor General Calixto García y en Santiago de Cuba; el aniversario 15 de la Fábrica de Implementos Agrícolas; la Tribuna Abierta y varios recorridos en el 2002; así como en Birán y el Polo Turístico holguinero.
Engrosan esas oportunidades la VIII Cumbre Iberoamericana, efectuada en Oporto, Portugal, y los Congresos y Plenos de la UPEC, desde 1999 hasta el 2003. En ellos me detengo, porque esos espacios de diálogo entre periodistas y Fidel fueron verdaderas lecciones de sabiduría.
Debemos aprender de su optimismo y fe en el triunfo, sin nunca aceptar la derrota. En la prisión de Boniato, tras los acontecimientos del 26 de julio, cuando los esbirros de la tiranía batistiana intentaron humillarlo mostrándolo a sus compañeros -como me comentó Raúl-, reflejaba en el rostro su gallardía, como un pase de revista por las victorias futuras.
Él nos dio lecciones imperecederas sobre prestigio, honestidad, ejemplo personal y altruismo, pero su más abarcador legado es, sin dudas, la obra del Primero de Enero y su continuidad, que corresponde a los agradecidos de hoy y de siempre.

| POR: RODOBALDO MARTÍNEZ PÉREZ
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10488 | SÁDADO 13 DE AGOSTO DE 2022
| DECIMOTERCER ARTÍCULO
LA MAÑANA QUE CONOCÍ EL ¡AHORA!
A recoger mi premio en un concurso beisbolero, a eso fui por primera ocasión al periódico ¡ahora! en 1992. Tenía nueve años y mi papá me llevó a la penúltima sede del Semanario, entonces en el poligráfico José Miró Argenter.
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Aquel día nos atendió amablemente Calixto González, quien fuera luego uno de mis compañeros de trabajo. Recuerdo haber hojeado unas revistas de fútbol internacional (de las que llevaba Ramón Rodríguez a la redacción), y observado fotos en blanco y negro de atletas holguineros, y de Marilyn Monroe aguantándose el vestido.
Salí con la sensación de que ese espacio físico y labor me resultaban atrayentes, más si se trataba de atender desde ellos al deporte, el cual ya me apasionaba, porque el Mundial Italia ’90, los Juegos Panamericanos La Habana ’91 y las visitas al estadio Calixto García se “alinearon” para convertirme en seguidor empedernido.
En mi quinto año de Licenciatura en Estudios Socioculturales, padeciendo una fuerte neumonía, y acompañado por mi mamá, me enfrenté de nuevo a la prueba de aptitud periodística (la superé en duodécimo grado en el IPVCE José Martí) y logré con mi calificación, junto a tres amigos y amigas de la carrera, ser tenido en cuenta por el entonces director, Rodobaldo Martínez, para formar parte de este colectivo, en septiembre de 2006.
Le estaré agradecido siempre a Rodobaldo por su confianza, pues se atrevió a apostar por nosotros y fue exigiéndome de forma progresiva, tanto como redactor-reportero, como pronto por miembro del Consejo de Dirección. El ABC de redacción de prensa lo recibimos en encuentros con Rubén Rodríguez y Martha María Montejo, en el archivo de María Elena o el departamento de Diseño. Y mi bautismo de notas, al que me envió Rubén —alguien que igualmente me estimuló a superarme—, ocurrió en el remozado policlínico Mario Gutiérrez, de La Plaquita.
Fueron 13 años en ¡ahora! de aprendizaje, oportunidades (dialogar con el periodista venezolano Walter Martínez, reflejar la misa del papa Francisco en mi ciudad y el partido entre Cuba y un equipo de Grandes Ligas en el Latinoamericano, escribir reportajes críticos con Karina Marrón, comentar sobre política nacional e internacional, graduarme de la Maestría en Comunicación Social...), forja y consolidación de amistades, cierres de ediciones y diarismo tras el paso del huracán Ike en 2008, asimilación del entorno digital, investigaciones (varias sugeridas por mi querida María Julia Guerra) y coberturas retadoras, muchas orientadas por Jorge Luis Cruz, quien también me aportó conocimientos.
Aquella mañana “remota” en la que mi padre me llevó a conocer el periódico, ¡ahora! que lo pienso, rompió el hielo.

| POR: NELSON RODRÍGUEZ ROQUE
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10487 | SÁDADO 06 DE AGOSTO DE 2022
| DUODÉCIMO ARTÍCULO
Una gran familia
Eran alrededor de las 3:30 am del 6 de septiembre de 1975, cuando una llamada del Estado Mayor del Ejército Oriental (EO) interrumpió el sueño del periodista Eduardo Palomares Calderón y el mío. Debíamos estar listos, porque a las 4:00 de la mañana nos recogerían. Salimos raudos en el Volga 71, rumbo a Holguín, según nos dijo el chofer. Era la única información con la que contábamos. Una vez en este territorio, supimos que daríamos cobertura a la Conferencia del Partido en una Unidad Militar del EO, con vistas al Primer Congreso de esa organización política. Cuando llegamos al Estado Mayor del Cuerpo de Ejército y se nos trasmitió la tarea, un ligero escalofrío corrió por mi cuerpo.
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La Conferencia estaría presidida por el General de Ejército Raúl Castro, ministro de las FAR en aquel entonces. Dos cosas le sucedieron ese día a un bisoño fotorreportero como yo. Me encontraba parado a la entrada del teatro, cuando Raúl se bajó del carro que lo trasladaba. Le tiro la foto, me mira, me saluda y me extiende la mano. Se acabó el miedo.
Al culminar la Conferencia, Miguel Cano Blanco, entonces primer secretario del Partido en la provincia, con su voz ronca me llama y me entrega un papel firmado por él: que cogiera su vehículo y entregase la encomienda al director del ¡ahora!
Es así como traspaso el vestíbulo del periódico, en la calle Rastro, aquel 6 de septiembre. Subo al estudio fotográfico y me recibe una persona muy amable, como siempre lo fue y será para mí, Edgar Batista Pérez. Hicimos entre los dos el proceso de revelado e impresión de un álbum de fotos del evento partidista.
Comienza a partir de ese momento un encuentro entre profesionales del sector militar y civil; en 1999, me encuentro con Rodobaldo Martínez, director del periódico en ese momento y quien me propuso trabajar allí... El 17 de mayo de 1999 pasé a formar parte de este maravilloso colectivo.
Han transcurrido 23 años y a la mente me viene la primera cobertura que hice, junto a los periodistas Calixto González y Luis Enrique Díaz, y Manuel Coello, como chofer. Al regreso del asentamiento montañoso de Castro, en el municipio de Sagua de Tánamo, nos quedamos atascados en medio del río. El agua nos mojaba los pies. Calixto le preguntó a Coello qué hacíamos; este le dijo tajantemente: “Tírate al río, que la corriente nos lleva el carro”.
Múltiples han sido las misiones encomendadas a este fotorreportero por la dirección del periódico, para tener informado al pueblo holguinero. Somos una gran familia que no ha dejado de reflejar profesionalidad en cada tarea encomendada por la máxima dirección de la provincia.
Eterno será el agradecimiento a las enseñanzas de Edgar, Juan, Froilán, Lourdes, Calixto, Eglis, Gloria, Tania, Luis Barnés, Rodobaldo, Jorge Luis, Hildita, Cleanel, Joaquín, María Elena, Yani, Luis Mario, las dos Claudias, Rosana, Yenny, Ania, Yanela, Yamilé, Estrella y demás compañeros. La lista se hace muy larga. Para mí, somos una gran familia, que es lo principal.

| POR: ELDER LEYVA ALMAGUER
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10486 | SÁDADO 30 DE JULIO DE 2022
| ONCENO ARTÍCULO
Una guajira de Barajagua
Su aspiración, desde muy joven, era escribir y ser periodista. Cuando comenzó en el periódico Sierra Maestra, ni siquiera existía la Escuela de Periodismo en Oriente, en cuya gestación participaría más adelante.
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Así fueron los inicios de María Julia Guerra Ávila, quien ha entregado cuerpo y alma a la profesión, y prefiere la prensa plana porque “es lo que queda”, sin desdeñar los medios electrónicos, pues ha trabajado en todos, incluso en la Radio Nacional de Angola. “Yo estaba aquí y ahí en frente volaban las bombas”, rememora.
Fue testigo de excepción pues su primer reportaje lo realizó en la Sierra Maestra, a bordo de un avión que sembraba la lluvia bombardeando nubes, y años después laboró en Corea del Norte, como editora y corresponsal de Prensa Latina.
María Julia se especializó en temas históricos “porque sin historia y sin raíces no somos nadie”, y del Periodismo investigativo, le atrae la búsqueda de información. Fue editora de la revista Serranía y es asidua colaboradora del suplemento cultural Ámbito.
Deudores del periodismo investigativo son sus libros, entre los que se encuentra Pasajes holguineros, junto a la historiadora Ángela Peña, sobre mitos locales, tradiciones campesinas y leyendas urbanas, para rescatar la memoria oral. También cuenta, en coautoría, con los libros Martí y los holguineros, Testigos de una pasión compartida (Conciencia Ediciones) y Fidel Castro. Como una espada reluciente (Ediciones La Luz), ya en su tercera edición y cuya fuente primaria son trabajos publicados en ¡ahora!
Así explica su fascinación por la temática: “Si no conocemos la Historia, no sabemos quiénes somos. No es leer historia, es investigar y escribir en un lenguaje asequible, que sea capaz de enamorar a los demás, para que investiguen y pregunten.
“Es arduo de trabajar este tema porque tienes que buscar fuentes vivas y muchas pasivas; a veces es ingrato y costoso y no hay medios para investigar ni muchos espacios donde publicar, pero yo sigo ahí, con mi Historia y enamorada de ella.
El amor por Martí, la devoción de seguir su ejemplo, la prédica martiana de la honradez, del bien, de la lucha por la independencia, inculcadas en el hogar y la escuela desde la infancia, pudieran explicar que una parte de su producción periodística esté dedicada al Apóstol.
Los sucesos del Moncada y el patrimonio arquitectónico son otras líneas de estudio: “Cuando salgo a la calle me parece que soy dueña de Holguín y me duele ver que rompen algo, que descuidan el entorno patrimonial de mi ciudad”.
Así continúa investigando nuestra Yuya, a la que no amilanan las nuevas tecnologías, pues su mente refractaria a la edad, galopa al ritmo de los tiempos y de la mano de los jóvenes, pues para comprenderlos, afirma, hay que sentirse joven.

| POR: RUBÉN RODRÍGUEZ
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10485 | SÁDADO 23 DE JULIO DE 2022
| DÉCIMO ARTÍCULO
Los niños de ¡ahora!
Fotos viejas, en blanco y negro, me reviven por estos días los casi 41 años de mi paso, por esta, mi otra casa. Todo comenzó el 17 de agosto de 1981, apenas un mes después de graduada. Sin mucha práctica profesional, aunque sí con muchos deseos de hacer, llegué al edificio de la calle Rastro, esquina a Frexes, y desde que traspasé la ancha puerta de cristal, sentí que sería parte del colectivo de ¡ahora! hasta el último día que decida seguir en las lides del “mejor oficio del mundo”.
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Porque como escribiera Gabriel García Márquez: “El periodismo es la profesión que más se parece al boxeo, con la ventaja de que siempre gana la máquina y la desventaja de que no se permite tirar la toalla”. Y no, no pienso tirar la agenda y menos defraudar al Gabo, como tampoco a Ezequiel Hernández, director del Periódico en esa fecha y quien tuviera la deferencia de ir a buscarme, para que trabajara.
No tuvo reparos en que estaba casi recién parida –tres meses de nacida tenía mi hija Gretchen– para decirme “una plaza espera por ti y no te preocupes, que el Periodismo se aprende haciéndolo y esa niña será nuestra, eso es una tradición allí”. Y sí que lo era y sigue siéndolo.
De una primera simple información sobre el aniversario de la Federación de Mujeres Cubanas fui, con el paso del tiempo, empeño y mucho sacrificio, casi volviéndome una “todoterreno”, porque de lo único que no he escrito es de Deportes.
La niña fue del colectivo, como lo han sido todos los hijos, nietos y sobrinos de cada uno de los trabajadores de este equipo, con el que celebramos sin aspavientos, pero desde los sentimientos más puros, los nacimientos y cumpleaños; padecemos el malestar del enfermo; conocemos del grado que cursan, el premio ganado… Nada escapa.
A mi hija la apodaron “Nené traviesa”, porque hacía de las suyas en reuniones, recorridos por municipios, días de la Defensa y en cuantas sesiones de trabajo yo debía cumplir y no tenía dónde dejarla.
Así sucedió con mi otra hija, 10 años después; también fue acogida en el grupo, como lo son todos los hijos de mis colegas, que conocen casi palmo a palmo los 14 municipios y hasta aprenden, desde muy temprano, a deducir cuánto puede durar la reunión a la cual los han llevado.
Suman miles las anécdotas de los niños de ¡ahora!, de sus travesuras mientras nos sirven de escuderos. Ahora, son mis nietos, con los de otras colegas y también los hijos de las más jóvenes, los que inundan de alegría el local que ocupamos en la calle Máximo Gómez, o nos acompañan en cualquiera de las coberturas, y así será mientras la familia de este colectivo exista.

| POR: LOURDES PICHS RODRÍGUEZ
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10484 | SÁDADO 16 DE JULIO DE 2022
| NOVENO ARTÍCULO
Mérito, ambición y oportunidad
En esta oportunidad, hablaré de la afortunada confluencia del mérito, la ambición y la oportunidad. No ha sido fácil unir las tres, porque la primera implicó mucho esfuerzo de una recién parida, con grandes problemas familiares, que ocupó una de las 15 plazas de un diplomado donde se presentaron más de 100 candidatos y casi todos (durante la socialización lo descubrí), menos tres que veníamos de las ciencias, eran filólogos, profesores, historiadores, abogados... No obstante, cuando comenzaron las clases, sorprendentemente, a los tres nos había llegado el telegrama de aceptado.
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Aunque muchos dicen que es calva la oportunidad, a mí me mostró tres de sus más resistentes cabellos: la convocatoria al Diplomado de Reorientación Profesional, publicado en estas mismas páginas; la plaza vacante de Reportero en la Emisora Radio Holguín y posteriormente, en 2005, mis profesores Rubén Rodríguez y Cleanel Ricardo, de acuerdo con mis resultados, proponiéndome para este Semanario.
Después de “sobrevivir” a la mirada de águila de Rodobaldo Martínez y sus agudas preguntas, obtuve un sitio en esta familia de ¡ahora!
Primero, asustadiza como conejo, por la leyenda negra que rondaba a Germán Veloz, como Jefe de Información, pero sostenida por las manos de mis compañeros, publiqué mis primeros trabajos, y fui desgranando, desde lo simple a lo profundo, mi alma sobre la página en blanco. Así llegaron múltiples premios, reconocimientos y lo mejor, lo más grande, la respuesta y la confianza de los lectores.
Quiero creer que he sido (disculpen los puristas del lenguaje) una máquina eficiente, con “molidas” altas, estables, buenos rendimientos y pocas roturas, incrementadas por el desgaste de los últimos tiempos.
He tenido momentos duros, sí, etapas más fértiles que otras, también, pero muchísimos trabajos han marcado mi vida, como ser humano y reportera. Aquí resulté amante, en ocasiones indiscreta, del periodismo de investigación, acendrado por el sentido de la justicia que prima en el periódico ¡ahora!
Así hago cada día mi faena, que unas veces sale “redonda” y otras con fallas, pero siempre con la máxima del genial polaco Kapuscinski: “El trabajo de los periodistas no es matar las cucarachas, es prender la luz para que las personas vean cómo las cucarachas corren a esconderse”.
En ese empeño yo, que viví un día la difícil alineación de los planetas: mérito, ambición y oportunidad, sigo aquí, a la vera de mis compañeros, tratando de ser cada día mejor persona.

| POR: ANIA FERNÁNDEZ TORRES
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10483 | SÁDADO 09 DE JULIO DE 2022
| OCTAVO ARTÍCULO
¡ahora! es el amigo que busco
Mi primer encuentro con el ¡ahora! fue a temprana edad. Tendría yo unos siete u ocho años. Mi papá iba a comprar la leche cerca de la sede del periódico y, muy próximo al local, adquiría el diario a cinco centavos. El sábado y el domingo, que no había clases, lo primero que veía al despertar era el periódico con aquellas hojas enormes, tipo sábana, con las que casi me podía tapar si quería.
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Recuerdo varias secciones, como la Cartelera de cines, que daba a conocer lo que se exhibía en toda la provincia. Vienen a mi mente también secciones como Club de la canción, Foto en Foco y una llamada Por qué. Aparecía también el parte diario de la zafra y el apoyo a jornadas de trabajo.
Luego, con más edad, mientras esperaba las rutas de ómnibus que me llevaban a la escuela, yo mismo compraba el periódico en uno de los puntos de venta de la prensa que se ubicaban en los parques de la ciudad.
En el año ‘86, si mal no recuerdo, sucedió algo importante al inaugurarse el Combinado de Periódicos que marcó un hito en la impresión de la prensa, pues comenzó el periódico con un nuevo formato, más manuable y con una calidad superior al verse las fotos con más nitidez.
Empezaron a colaborar varios especialistas, como Abel López de la Nuez, Gilberto Bertolí, Eugenio Marrón, Marlene González, escribían sobre temas muy atractivos.
Vinieron los difíciles años ‘90, en los que desaparece como diario para convertirse en semanario. Es cuando surge la muy necesaria y buscada sección de los lectores, Aquí.
En esta etapa he tenido la posibilidad de colaborar con varias secciones (Aquí, Página 8, Foto en Foco) y, lo más importante, conocer a un colectivo de trabajadores que me tiene como un miembro del equipo.
EXPERIENCIAS: Hace unos años estuve revisando en los archivos, periódicos ¡ahora! de los años ‘70 y ‘80 y pude hallar información de interés (para mí), como la que me dijo qué tiempo estuvo pasando la ruta 9 por la calle Cardet, donde vivo, a partir de notas informativas al respecto.
DESEOS: Que el periódico (semanario) pueda salir pronto en colores.
NOTA: Entre los muy buenos periodistas que conozco está Cleanel Ricardo, a quien le gusta mucho la música. Yo soy un músico a quien le atrae mucho el periodismo.
¡ahora! es el amigo que busco.

| POR: IRÁN ARENCIBIA FERIA
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10482 | SÁDADO 02 DE JULIO DE 2022
| SÉPTIMO ARTÍCULO
HUMOR CON “Q”
Ángel Quintana Bermúdez fue una especie de hombre orquesta de la prensa. Aunque su único título era el de Financiamiento de la Economía, en ¡ahora! se desempeñó como diseñador, periodista y caricaturista. Oficialmente, en las nóminas solo aparecía como diseñador, cuando las cosas se hacían “a mano”. El suplemento cultural Ámbito, en sus inicios, llevó su sello. Revolucionó sus páginas con las fotos “voladas”, las que se escapaban del espacio establecido para impresión.
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Su talento, curiosidad y oficio de historiador lo llevaron a cultivar un Periodismo Costumbrista. Contaba con un excepcional olfato periodístico, para desentrañar leyendas de los pueblos de Banes y Gibara y su gente. De Antilla abordó temas de corte histórico, mediante grandes reportajes sobre personajes y sucesos, a veces desconocidos, pero relevantes para la historia de la localidad.
La gente esperaba ansiosa leer sus trabajos. En varias ocasiones estas crónicas requirieron que se duplicara la tirada del periódico. De 40 mil ejemplares se llegaron a imprimir 90 mil.
Entre los artículos que tuvieron mayor repercusión se encuentran “El Águila Negra”, “María de entre los muertos”, “Cuando las lágrimas rompen el silencio”, “La herencia de los González de Rivera”, “La historia de Pablo Bermúdez, El mambí”, “Gocul, el indio de Los Ángeles”, “Pilar encontró a su hija” y “Julio Antonio Mella en Banes”.
Por su prominencia y cuidado estilo literario, estas historias fueron compiladas en los libros Gente de leyenda y El Águila Negra. El guajiro de Tacajó que burló a toda la policía del mundo... y otras historias.
Fue su labor como caricaturista editorial la menos reconocida entre los oficios ejercidos, aunque llegó a concretar casi un millar de piezas. Su obra es única dentro del periodismo holguinero y la más vasta de entre sus coterráneos.
Cultivó la caricatura como un género de opinión en sí mismo y las publicó en disímiles secciones creadas al efecto. No obstante, la misión principal de sus caricaturas siempre fue la de enseñar, educar y hacer reflexionar desde la risa.
Sus dibujos se revelan como una fuente de conocimiento histórico de la época en la que fueron concebidos, al constituir una crónica gráfica de la Revolución en Holguín.
Desde las páginas de ¡ahora! consolidó su inconfundible estilo de líneas espontáneas y rápidas, pero no descuidadas, las cuales recreó a partir de la técnica del collage, muy bien logrado, y, fundamentalmente, el dibujo.
A su labor como dibujante humorístico se suma su carácter de fundador y diseñador de vanguardia de la página y luego suplemento humorístico Almiquí.
Aunque la grandeza de su labor periodística y el fatalismo geográfico hayan eclipsado su obra como caricaturista, en el difícil oficio de hacer pensar y reír a la vez, desde hace mucho tiempo, tiene reservado su sitial de honor Ángel Quintana Bermúdez.

| POR: ROSANA RIVERO RICARDO
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10481 | SÁDADO 25 DE JUNIO DE 2022
| SEXTO ARTÍCULO
¡ahora! germinó del Surco
Literalmente, del Surco salió el rotativo que, con un adverbio por nombre, haría gala de uno de los valores de la noticia: la inmediatez. Fundada por Raúl Castro en el Segundo Frente Oriental, Surco fue una publicación que luego del triunfo de la Revolución se reanudó en Santiago de Cuba, y que en 1960, por estar allá también el diario Sierra Maestra, y en Holguín necesitarse una contrapartida para Norte, como respuesta al llamado de la naciente Revolución Cubana, se traslada para esta ciudad, pese a dirigirse a todo Oriente.
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No obstante, el peculiar desarrollo económico y cultural de la región Holguín-Gibara fortaleció la idea de dotarla de un periódico, que respondiera netamente a los intereses de esa zona. Se acordó entonces crear un periódico que fuera el órgano del Partido Unido de la Revolución Socialista aquí.
En la edición del 13 de noviembre de 1962, Surco convocó a un Concurso Relámpago para que los lectores sugirieran el nombre del nuevo periódico: “Lector, mande a nuestra redacción (...) claramente escrito, a mano o máquina, el nombre que Ud. desea que lleve nuestro periódico”.
La exhortación se reiteró hasta el viernes 16. Se recibieron cientos de cartas. Entre todas las proposiciones, se escogió la del doctor José Isidoro Zúñiga Pérez, y el nuevo diario habría de llamarse ¡ahora!
Fue así que, con el objetivo de llevar la orientación revolucionaria a casi medio millón de habitantes de la antigua región de Holguín, el lunes 19 de noviembre de 1962 nació ¡ahora! y este territorio tuvo el periódico que necesitaba, propio de una región que con el tiempo iba a convertirse en provincia.
El hecho no dejó de tener sus críticos, pues hasta entre los holguineros había quienes querían que siguiera Surco, cuando en realidad, “ya había cumplido su papel”, como dijera Roberto Pavón Tamayo (un nombre ligado a ambas publicaciones).
Contrario a lo que muchos creen, Surco no se transformó en ¡ahora!, ya que cuando este último nació como diario, el primero se mantuvo como semanario agropecuario desde esa fecha, hasta el 24 de diciembre de 1966.
Sin embargo, es justo reconocer que entre los trabajadores gráficos y algunos periodistas de Surco estuvo gran parte del núcleo fundacional de ¡ahora!, aunque ambas publicaciones continuaran circulando de manera simultánea durante un tiempo.
La historia merece saltar, en este presente voraz, de los anacrónicos estantes, para mostrar la semilla más allá de los campos, la siembra de palabras y de sueños que se tatuaron en papel.
La conexión del periodismo, el amor a la patria, el entusiasmo, como abono... unieron al Surco con ¡ahora! y lo nutrieron para que fuera una de sus mejores cosechas.

| POR: YENNY TORRES BERMÚDEZ
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10480 | SÁDADO 18 DE JUNIO DE 2022
| QUINTO ARTÍCULO
El archivo de ¡ahora!
Comencé jovencita en ¡ahora! y no he hecho otra cosa que cumplir con mi trabajo. Recuerdo, primeramente, los tiempos de la añorada sede de la calle Rastro, esquina a Frexes, construida con esfuerzo del propio colectivo, donde me desempeñé como recepcionista.
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Luego, rememoro el traslado hacia los locales del Poligráfico José Miró Argenter, para acercar la editora a la nueva forma de impresión indirecta u offset, que dio paso al formato tipo tabloide. Entonces, estuve a cargo de los teletipos, aparatos telegráficos que permitían trasmitir directamente textos, por medio de un teclado mecanográfico, e imprimirlos en la estación receptora.
Allí comencé con el trabajo de archivo, que he continuado en nuestra sede de la calle Máximo Gómez. Recuerdo muchos buenos momentos y a los compañeros que han acompañado mi paso por el periódico, como Luz Verdecia, Caridad Chacón y Marbelis Guerra, que me antecedieron en el archivo, y Rodobaldo Martínez Pérez quien, como director, propició mi superación y la de otros. En pleno Periodo Especial, aparecieron los profesores que marcaron mi formación: Jandy Alí, Leonardo Nieves y Magda Rodríguez.
En 1995, Alí y Nieves me acogieron y me enseñaron los elementos básicos de Bibliotecología, que me hacían falta para manejar los fondos del complejo archivo y centro de documentación. Las colecciones de los periódicos Norte y Surco, ¡ahora! y sus suplementos, archivo fotográfico y de negativos y una biblioteca, resguardados en condiciones óptimas de conservación, ocupaban varios de nuestros locales en el Poligráfico.
Así, llegué a ser miembro de la Sociedad Cubana de Ciencias de la Información (Socict), mientras Magda se ocupaba de lo referente a la docencia, primeros pasos hasta llegar a graduarme como Licenciada en esa especialidad, lo que me dio satisfacción y me capacitó para el manejo y gestión de nuestros fondos bibliográficos.
Con lo aprendido, se han logrado resultados desde el archivo de ¡ahora!, cuya información almacenada y clasificada debidamente ha cristalizado en libros que nos dan orgullo: Como una espada reluciente, el cual recoge la presencia de Fidel en su terruño; y Testigo de una pasión compartida, sobre la historia de este periódico.
Ahora, estamos vinculados al Centro de Información para la Prensa, a cuya base de datos tributamos contenidos actualizados sobre nuestras ediciones impresas: el semanario ¡ahora! y las revistas Ámbito y Serranía. Nos toca, desde nuestro puesto, salvaguardar la memoria, que es también el sacrificio de varias generaciones de compañeros que han trabajado aquí.
Por nuestro local, suelen pasar estudiantes que realizan sus tesis, historiadores e investigadores, motivados por las publicaciones que almacenamos, las cuales cuentan la historia de los últimos 60 años en Holguín. A los que me felicitan, les respondo que yo no he hecho nada más que cumplir con mi trabajo y que el periódico es mi vida.

| POR: MARÍA ELENA FUENTES ANGULO
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10479 | SÁDADO 11 DE JUNIO DE 2022
| CUARTO ARTÍCULO
La familia de ayer, ¡ahora! y siempre
El 24 de julio cumpliré 23 años en el periódico ¡ahora! Nunca imaginé que mi vida profesional cambiaría tanto como Licenciada en Español-Literatura y hasta entonces profesora del IPVCE José Martí Pérez. En mis inicios en esta casa editora, integré por dos años el equipo de corrección, junto a Mercedes Vidal, Dalivia Concepción, Belkis Pérez y Eglis Ricardo. Agustín Garcells, jefe de Redacción, me aplicó una prueba para avalar mis conocimientos en letras y vencí sin dificultades el primer miedo.
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Pero los retos del ¡ahora! me llevaron en el año 2000 a descubrir un mundo desconocido, el de la “seducción tecnológica”.
Rodobaldo Martínez, director en esa época, decidió mi ascenso a Editora Web del sitio digital, que bajo la dirección www.ahora.cu se conectó a Internet con el sueño de convertirse en una ventana al mundo desde Holguín y reflejar el quehacer de su pueblo.
Como un niño en edad escolar, conquistar la gran telaraña no fue fácil para mí. Necesité adquirir las competencias profesionales y familiarizarme con las distintas herramientas de las aplicaciones informáticas destinadas a la construcción, diseño y edición de sitios web.
No bastó saber utilizar el Word o los conocimientos de gramática y redacción para revisar las informaciones en diferentes géneros periodísticos. El momento ameritó tener habilidades para llevarlas a la práctica en la era digital. Un lustro después, me asignaron la labor de reportera para publicar en el semanario, revistas y el sitio web.
Recuerdo, en esos tiempos, los viajes al Plan Turquino y el contacto con las historias de vida de los montañeses, el columnismo en la revista Ámbito digital, donde llevé la sección Letras Cubanas, los textos para los fotorreportajes, los eventos de páginas web a nivel de país, en los cuales aportamos diferentes ponencias con temas que permitieron el intercambio de experiencias.
Otro aspecto importante es el que se produjo cuando en el año 2000, a finales de diciembre, la redacción salió de su espacio habitual para instalarse en el lobby del Cine Martí, desde donde se realizó la actualización del sitio web festejando el advenimiento del nuevo año. En otras oportunidades, también se ubicó fuera de la casa editorial en ExpoHolguín, por el Coloquio de los Cinco Héroes, y la plaza Calixto García, para darle cobertura al Primero de Mayo.
Realizar este trabajo para mí es una actividad muy motivadora, donde todos somos maestros y alumnos a la vez, porque se comparten saberes. Por eso agradezco integrar la familia de ayer, ¡ahora! y siempre.

| POR: GLORIA PARRA BARCELÓ
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10478 | SÁDADO 04 DE JUNIO DE 2022
| TERCER ARTÍCULO
MI ASCENSO A PERIODISTA
¡ahora! es una de mis más grandes pasiones, el sitio paradisíaco donde unimos alegrías, sueños, diversiones con debates, a veces “locos”, en pos de arreglar este mundo; pero siempre una fiesta seductora por cada edición.
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Todos los retos se los debemos a ese adverbio de tiempo que nos acompaña siempre, sin defraudar jamás a sus lectores, que lo bautizaron, al nunca dejar nada para después.
Lo conocí cuando tenía 10 años, como diario para la región de Holguín, en su casa en las céntricas calles de Frexes y Rastro, donde adquirí la inquebrantable costumbre de volver a la redacción por las noches a escribir, tertuliar, tomar café...
Allí supimos, desde el primer momento, que hacer un periódico es un oficio difícil. Cuando la prisa casi apunta a errar, asustan tantas letras sin marcha atrás. Una vez que arranca la bulliciosa rotativa, inmediatamente sabes que traerán alegrías o llantos por el más mínimo gazapo, propio del mejor escribano.
“No hay cetro mejor que un buen periódico”, dijo Martí y, por mis experiencias en ¡ahora!, puedo decir que no hay cetro más amado, con goces y amarguras.
¿Qué es el ¡ahora!? La locura de la mayor locura; la pesadilla de todos los días que convoca todo el tiempo; una exigencia de superación cotidiana; escuela práctica, el amor por el ejercicio del “mejor de los oficios”.
Nunca imaginé que desde 1990-2011 sería su director. Siempre despedí, en la redacción, a la edición en curso y en la rotativa recibía el primer ejemplar. Ello, sin dejar morir a la revista Ámbito; fundar Serranía, en 1995; el Sitio Web en español, inglés y francés, el 28 de junio del 2000, y el ciberdiario, el 19 de noviembre del 2010.
El Periodo Especial alteró todas las rutinas productivas, al dejar de ser diario, el 6 de marzo de 1991, con salida cuatro veces a la semana (martes, miércoles, viernes y sábados), cada una con 21 mil 700 ejemplares. Como semanario, desde el 14 de enero de 1992, publicamos 12 páginas, hasta el 4 de junio de 1993, con ocho. El 11 de septiembre de ese año, disminuimos a cuatro y el 9 de marzo de 1996 recuperamos las ocho.
En 1998, inició la aplicación de la tecnología digital, al reinar las computadoras. Como nunca antes se alteró el flujo productivo, con la polivalencia de periodistas y nuevos técnicos vinculados.
Varias veces, en los Festivales Nacionales de la Prensa, ¡ahora! y los suplementos Ámbito y Serranía se posicionaron entre las mejores publicaciones. En el 2006, fuimos la Mejor Publicación Integral, Mejor Página Web y Mejor Primera Página en el país.
En julio del 2009, después de 23 años en la sede del poligráfico José Miró Argenter, volvimos a la ciudad.
Desde ¡ahora!, tuve el honor de estar 23 veces con Fidel, más de 40 con Raúl y trabajar con Díaz-Canel en sus seis años como Primer Secretario del Partido en la provincia.
El 14 de mayo del 2011 me honran con un nuevo ascenso: a periodista de ¡ahora!

| POR: RODOBALDO MARTÍNEZ PÉREZ
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10477 | SÁDADO 28 DE MAYO DE 2022
| SEGUNDO ARTÍCULO
FRAGUA Y TALLER
Más de la mitad de mi existencia la comparto con el periódico ¡ahora! El próximo 2 de septiembre, cumpliré 40 años de vida profesional en este órgano de prensa, aunque desde seis años antes estaba vinculado al mismo en el rol de corresponsal deportivo voluntario; como tal, al principio, depositaba mis colaboraciones manuscritas en un buzón, en la entrada de esa institución, situada entonces en la calle Rastro, de la ciudad de Holguín. Tiempo después, enviaba mis trabajos periodísticos por télex, desde el estadio Calixto García.
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El día en que entré a este periódico, ya como reportero profesional, el colectivo me dio la bienvenida, si bien algunos me miraron con extrañeza, como queriendo decir: “¿Para qué? ¿De nuevo un deportivo? Si hace tiempo no lo tenemos y nada ha pasado...”
Al llegar, todavía no tenía lugar para trabajar, pero el recordado periodista y escritor Pedro Ortiz compartió su máquina de escribir con este novato.
El Jefe de Información me orientó que de la Serie Nacional de Béisbol solo escribiera cada noche (los juegos eran nocturnos) los numeritos de cada equipo en los distintos partidos (carreras, hits y errores) y los nombres de los lanzadores ganador y perdedor, incluyendo a Holguín. Pero solo una vez lo hice así, pues el director me llamó a su despacho para decirme que debía describir más y comentar...
De tal manera, el periódico esperaba hasta alrededor de la medianoche por mi información comentada de pelota. En una de esas ocasiones, mientras esperaba en el taller a que montaran en plomo (la antigua forma de hacer el periódico) mi escrito, le di un vistazo a los otros trabajos deportivos de la edición y me percaté de que, en un título, a la palabra remeras le habían cambiado la primera letra “e” por “a”. Imagínense si hubiera circulado ese error...
Cuqui Pavón se desempeñaba como Jefe de Redacción. Era un hombre muy educado, de hablar bajito y pausado. Le encantaba el ajedrez; por eso, con frecuencia incluía en portada notas del juego ciencia, aunque no tuvieran gran relevancia. Sin embargo, sentía pavor por el boxeo; decía que esa disciplina de dar golpes no era de humanos, no debía existir. Cuando el púgil Ángel Espinosa se tituló Campeón Mundial Juvenil en 1983, primer oro individual del orbe del deporte holguinero, Pavón se negó inicialmente a situar la noticia en primera plana. Hubo que llamar al director, Ezequiel Hernández, para que lo convenciera...
La primera computadora llegó a este periódico a finales de la década de 1990. Redactábamos en máquinas de escribir y una compañera pasaba los escritos a la nueva tecnología. Cuando hubo más computadoras, se nos exigió aprender; pero a muchos no nos hacían gracia aquellos raros y complejos artefactos y persistíamos con lo viejo. Un día, el director Rodobaldo Martínez se indignó por nuestro empecinamiento y recogió todas las máquinas de escribir...
Cuántas más anécdotas podría contarles... Como ya afirmé en otra ocasión, ¡ahora! ha sido para mí fragua y taller.

| POR: CALIXTO GONZÁLEZ BETANCOURT
| PUBLICADO: EDICIÓN NO. 10476 | SÁDADO 21 DE MAYO DE 2022
| PRIMER ARTÍCULO
Tribu, tropa y familia
Un día como ayer, aunque de 1942, nació Pedro Ortiz Domínguez, importante narrador holguinero, que mereciera varios Premios de la Ciudad de Holguín y resultara finalista en el codiciado “Casa de las Américas”, pero, además, ocupaba lugar primado en su corazón, el integrar el colectivo del periódico ¡ahora!, gracias al cual se convirtió en uno más en la larguísima lista de escritores-periodistas que figuran en la historia de la literatura.
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Tras su natural ecuánime, fulguraba un humor agudo y cáustico que matizaba su cultura enciclopédica, de la que jamás hizo alarde. La modestia le adornaba y hay una realidad que le describe: que solo se conserve de él una fotografía clásica, donde posa con expresión enigmática tras su instrumento de trabajo y caballo de batalla: la sempiterna máquina de escribir de “carro” ancho, cuyo galopar marcaba el ritmo de la inspiración cabalgante, generalmente acompañada por la columna de humo de cigarrillo, como si el genio funcionara “a vapor”.
Como gemas y filigrana disponía Pedro las invisibles estructuras sintácticas de su diarismo, enriquecido por los saberes de la carrera de Letras, que también cursó. Hoy, cuando su nombre bautiza a la promotora literaria provincial, vale recordar cuánto hay de su obra en las letras impresas como patas de araña en los 60 años que va a cumplir este periódico en el venidero noviembre, y cuanto de sus conocimientos en la fundación y existencia de varias publicaciones locales dedicadas a las artes: Jigüe, Cayajabo, Diéresis y el entrañable Ámbito, nuestro suplemento cultural, que arriba a sus 35 años de salida incesante este 19 de mayo.
Nacido en 1987, para reflejar los logros que en materia de arte tenía la provincia, aunque en realidad su espectro fue muchísimo más amplio, el suplemento es un sobreviviente darwiniano, mutante con los contextos: de tabloide mensual bicolor a blanco y negro, a plaquet de cubierta policroma, a revista trimestral, a “sitio en construcción”…
Con ambos, el inolvidable Ortiz y el refractario Ámbito, inauguramos este espacio destinado a la memoria que fortalece, jamás a la paralizante nostalgia, confiados en que todo tiempo pasado nos hizo lo que somos, pero cada futuro posible tiene que ser mejor.
Aquí convocaremos los recuerdos, haremos venir a las amables figuras del pasado cuyos nombres rubrican los reportajes de antaño, las entrevistas de otrora, las noticias olvidadas al cabo de un día y aquellas que trascendieron porque dan testimonio de la historia cotidiana de esta tierra. En esta esquina, rememoraremos los textos que fueron hitos y los que dispararon las ventas de periódicos en los tiempos trepidantes de la circulación diaria, y junto con ellos a los autores y sus estilos.
Vengan los anónimos héroes cotidianos, aquellos que no figuran en la hoja impresa, pero por seis décadas han integrado esta familia, haciendo posible, con su entrega tras el volante, los fogones o la imprenta, que todos brillen. Llegue, además, la especie retozona de los niños, el hijo de este, o la bebé de aquella, con la travesura de turno o la perreta consabida, o la precocidad intelectual que se presume, chillando en los pasillos y espantando musas, o alborotando una cobertura de prensa, cuando no hay con quien dejarles, tal como consta en los anales.
Que este sea el espacio del recuento y la marcha unida, y que estén incluso “con nosotros, nuestros muertos, pa’ que nadie quede atrás”, como dice la canción, porque somos continuidad, tribu, tropa y familia. Porque somos ¡ahora!

| POR: RUBÉN RODRÍGUEZ