Ruido e inseguridad al volante
- Por John Alex Fernández Leyva
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Las motorinas eléctricas se han popularizado como un medio de transporte ágil y ecológico, pero su creciente uso también trae consigo problemas que necesitan atención. Uno de los más notorios es el ruido excesivo que producen sus bocinas, especialmente a altas horas de la noche o en espacios públicos donde la tranquilidad es primordial.
La utilización indiscriminada del reproductor de audio, a menudo para llamar la atención o expresar molestia, genera un ambiente de contaminación sonora que afecta la calidad de vida de los vecinos y la paz social.
Que levanten la mano quienes no se han sentido alterados cuando a su lado, se estaciona un "motorinero" con la música que impide escuchar la conversación. No le digas nada, se ponen bravos, si no es que hayan un socio que le hace la media y en gesto de apoyo expresa: "A la gente todo le molesta".
Hay otros "graciosos" que tienen grabada una música, en cuyo texto dice: Si no te gusta la música alta, vete del barrio. Habrá que hacer algo contra quienes, como decía una abuelita, no quieren entrar por el aro del orden, la disciplina y la convivencia social.
La estridencia musical molesta a cualquier hora, pero las personas que duermen plácidamente por la noche tarde o madrugada, después de un día de ajetreo, no pueden evitar dar un salto en la cama y luego, busque cómo puede conciliar el sueño reparador. La música puede ser escuchada de manera moderada e individualmente y evitar alterar la tranquilidad ajena, espacio público a cuidar por respeto a los demás.
Otro aspecto preocupante es la falta de control en la conducción por parte de menores de edad. La ausencia de licencia, junto a la falta de responsabilidad y experiencia al manejar, incrementa el riesgo de accidentes y pone en peligro tanto a los propios menores como a los demás usuarios de la vía.
La irresponsabilidad al volante por parte de algunos adolescentes y jóvenes sin la debida autorización y preparación es un problema que requiere una solución urgente. Es necesario un esfuerzo conjunto para abordar estos problemas. Se necesita regular la intensidad del sonido de las bocinas de las motorinas eléctricas y establecer un sistema de control que impida su uso por parte de ciudadanos sin la licencia correspondiente.
La educación vial y la sensibilización sobre la importancia de respetar las normas de tránsito y la tranquilidad de los demás son aspectos fundamentales para lograr la utilización responsable de este transporte. La falta de regulación y conciencia pueden convertir un medio práctico y ecológico en un problema social. Es momento de actuar para garantizar un uso seguro y responsable, preservando la calidad de vida de todos y la seguridad de los menores.