Ninguna adicción es beneficiosa
- Por Guilian Cruz López/estudiante de Periodismo
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“No fumaría”, fue la respuesta categórica que varios renombrados científicos ofrecieron a la pregunta: ¿Qué usted no haría para mantener sano, proteger su corazón?, hecha durante un evento internacional celebrado recientemente, entre profesionales de Salud.
Tras la coincidente contesta de los especialistas consultados, unos optaron por explicar el daño que causa al organismo el consumo de cigarrillos, en tanto que otros expusieron, desde su experiencia personal, cómo han tratado en sus consultas a muchos pacientes con enfermedades cardiacas, pero también con otras oncológicas, en las cuales estaba, como denominador común, el tabaquismo de edades tempranas.
De ahí que señalaran al mal hábito de fumar como una enfermedad nociva, clasificada entre las principales causas de eventos cardiovasculares y cáncer en varias localizaciones del cuerpo, como boca, garganta, pulmón y otras.
De acuerdo con datos de la última Encuesta Nacional de Salud, hay una prevalencia del tabaquismo de un poco más del 22 por ciento de la población adulta mayor, cifra que dista mucho de la de los años ´70 cuando existía casi un 70 por ciento.
Sin embargo, hay una disminución en las edades de inicio de esta adicción, dato que; sin dudas, resulta una preocupante para autoridades sanitarias, a partir de que cuando se comienza más temprano en este dañino hábito, son peores sus efectos en el organismo humano.
A nivel mundial la industria tabacalera estimula su producción, comercialización y publicidad. Por ejemplo, en los últimos tiempos se han comenzado a promover los cigarros electrónicos, cuyo uso se ha convertido en una tendencia, principalmente entre los jóvenes, de lo cual no están exentos los cubanos.
A menudo encontramos a muchachones e incluso a muchos adolescentes con esos dispositivos, porque erróneamente no consideran que esa forma de consumo sea una variante del tabaquismo, pues algunos de los fabricantes o inventores de esos vaporizadores o pipa electrónica los lanzan como “alternativa más segura a los cigarrillos tradicionales”.
Estudios recientes han demostrado que los cigarrillos electrónicos pueden ser igual o aun más dañinos. No existe una manera inocua del uso del tabaco, especialmente para el cerebro que sigue desarrollándose hasta los 25 años de edad.
Cualquier tipo de producto del tabaco contiene nicotina, sustancia muy adictiva, que provoca dependencia en el consumidor y, por lo tanto, mucha dificultad para dejar el vicio una vez que se inicia.
En específico los cigarrillos electrónicos producen un líquido en aerosol (vapor), que por lo regular disponen de nicotina y otras sustancias químicas inhaladas por las personas, lo cual se conoce como vapeo, acción muy dañina a la salud del consumidor.
Esos cigarrillos son de distintos tipos y formas; algunos resultan muy similares a uno normal, pero la mayoría cuenta con una batería, elemento que produce calor y tienen, además, un espacio para contener un líquido que es calentado.
El doctor Salvador Tamayo Muñiz, jefe del Departamento de Enfermedades no Transmisibles del Ministerio de Salud Pública (Minsap), confirmó que está en estudio los efectos prolongados que puede tener el consumo de estos cigarrillos, aunque argumentó que todas las investigaciones, hasta el momento, han demostrado que las consecuencias del uso de esos artefactos son más nocivos, incluso, que el tabaco.
Aseguró que tales dispositivos salieron a la palestra pública para atenuar el tabaquismo, en jóvenes sobre todo; sin embargo, en realidad no es un producto alternativo para dejar de fumar, todo lo contrario, resulta un incentivo para consumirlos y mantener las ganancias a la industria a nivel internacional.
A través de la Aduana de la República de Cuba está prohibida la entrada de los cigarrillos electrónicos; no obstante, entran de alguna forma y lamentablemente se comercializan y son consumidos por algunos jóvenes y adolescentes, para quienes resulta atractivos y estar en la “última moda”.
El especialista también hizo un llamado de atención hacia el Snus, que “es una bolsita de alta concentración de nicotina, más del 60 por ciento, pues aunque se desconoce si ya ha entrado en el país, sí “es una nueva y peligrosa droga, cuyos orígenes se vinculan a Suecia y Noruega, con un incremento notable entre jóvenes de algunos países europeos, como España”.
Es oportuno resaltar que para la deshabituación del consumo de cigarrillos y otras adicciones, en nuestro país el sistema de Salud Pública tiene diseñados programas efectivos de tratamientos con libre acceso, desde consejería médica a través del médico y enfermera de la familia en los consultorios; centros de salud mental, servicios de rehabilitación en los policlínicos con consultas especializadas contra el tabaquismo, así como la consejería telefónica, vías todas muy oportunas a las cuales hay que acudir en busca de ayuda.
Ninguna adicción es beneficiosa, por lo cual, la escuela, la comunidad y el sistema de salud deben estar atentos a este fenómeno, pero ante todo, la familia, en específico, los padres de adolescentes y jóvenes, deben acercarse a más a sus hijos, hablarles sobre el tema y siempre supervisar sus costumbres y regular las actividades de riesgo o que puedan poner en peligro la vida de sus hijos.
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