Cachorritos, a lo profundo del Sub-23
- Por Flabio Gutiérrez Delgado
- Hits: 2168
El área del pitcheo se presentaba como la principal fortaleza del equipo que dirigió Francisco Aballe, sin embargo, fue el staff que más carreras limpias permitió (49) y el de mayor promedio (PCL-3,37), en un certamen donde la media nacional fue de 2,33.
A pesar de estas dificultades en el cuerpo de lanzadores, la agrupación que guió el experimentado Osmani del Río fue la que menos bases por bolas otorgó (46), de ellas cinco intencionales, no obstante, resultaron los que más extrabases toleraron en el torneo (20 dobles, 6 triples y 5 jonrones).
Individualmente sobresalió el espigado lanzador José Miguel Rodríguez, con dos victorias y un fracaso, quien trabajó 19.0 innings, le conectaron solo siete hits y mostró un excelente PCL de 1,11.
El desempeño de mayor connotación en el equipo fue el juego de cero hit, cero carreras que le recetó José Miguel al elenco de Guantánamo, actuación que consolidó los positivos criterios sobre el novel serpentinero y lo acercó aún más a las puertas del equipo nacional de la categoría Sub-23.
Meritoria también fue la labor de los pitcher Yadian Cambell (1-1), Francis Texidó (2-1), Norge Luis Cobas y Michel Cabrera (0-2), este último a pesar de no conocer la victoria en la competencia, mostró solidez en su corto y controlado trabajo.
El pitcheo abridor registró siete de las nueve derrotas del equipo, sin embargo, solo le batearon 230, con un promedio de limpias de 2.74, mientras a los relevistas le conectaron para 308 y trabajaron para 4.56 de PCL.
Preocupante resultó la ofensiva de todos los equipos del Campeonato, en una justa donde se bateó solamente para 230 y el equipo de Holguín se situó en el sexto y séptimo puestos, con un paupérrimo average de 239.
Darío Pérez encabezó la diezmada ofensiva holguinera con 17 indiscutibles en 45 oportunidades, para 378 de average y el capitán Richard Oliva lo hizo para 333 (30-10). Ambos jugadores fueron los únicos del plantel que, con las veces oficiales en el home plate, promediaron por encima de 300.
Luis Miguel Santiesteban, Víctor Paz y Yasser Ramírez mostraron credenciales para empeños mayores, con llamativos por cientos de carreras propulsadas y producidas.
En el caso de Yasser, jardinero central y noveno bate de la escuadra holguinera, terminó como el mayor remolcador del equipo (7) y el que más carrera produjo (13), característica poco usual en ese turno donde alineó gran parte del torneo.
Todo lo contrario fue la actuación del hombre proa de la selección, José Agüero, quien no pudo marcar el casillero de los imparables, aunque llegó a la primera almohadilla en diez ocasiones por boletos.
De las seis sonrisas de la escuadra nororiental, en la mitad, el equipo holguinero conectó menos hit que sus adversarios, desempeño que se puede traducir en una ofensiva limitada, con bateo oportuno, apoyado en el descontrol de los lanzadores contrarios.
Los problemas en la defensa también laceraron la actuación de Holguín en el certamen, tras cometer 18 errores en 431 lances, para terminar con el mismo promedio de la media nacional, un discreto 958, más aquellas pifias mentales que no van a los registros, pero dificultan la dinámica del juego y sobre todo de los lanzadores.
Estas dificultades no solo caracterizaron al plantel holguinero, sino a varios equipos de la lid, como por ejemplo los elencos de Las Tunas y Pinar del Río, los cuales hoy están implicados en la semifinal del campeonato, sin embargo, batearon para un alarmante 210 y 229, respectivamente.
La séptima edición de Campeonato Nacional de Béisbol, categoría Sub-23, no despertó el interés de campañas precedentes, aspecto reflejado en la asistencia a los estadios y los comentarios desfavorables de la afición, provocado por el bajo nivel que pudo apreciarse en la competición, que en esta oportunidad contó solo con 15 desafíos por equipos.
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