Código de las Familias: a favor de una sociedad más plural
- Por Hilda Pupo Salazar
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Febrero desde hace mucho tiempo es un mes de romances, amor, ensueños, caprichos, con un viejo refrán popular: “febrero loco, ningún día se parece a otro”.
Hasta el año 713, antes de nuestra era, para los romanos no merecía tener nombre y, conjuntamente con enero, era período de invierno. Febrero, incorporado por Numa Pompilio, segundo rey de Roma, lo dedica a Plutón para que éste aplacara sus iras. También para fiestas de purificación.
Desde antaño acumula misterios y supersticiones, con solo 28 días y, cada 4 años, con 29, el llamado bisiesto, con mayores hechicerías heredarás al paso de las generaciones.
Es el llamado mes del amor, algunos agregan la amistad y, especialmente, el 14 hace latir más rápido los corazones en el llamado Día de San Valentín, una celebración religiosa que honra la memoria al santo nacido en Roma. Donde reconocen los festejos, aprovechan para que los enamorados o amigos muestren amor o afectos.
Ahora en Cuba, desde su primer día, inicia la discusión ampliamente popular del anteproyecto del Código de las Familias, para que cada quien exprese libremente, sus criterios, preocupaciones, a favor de una sociedad más plural e inclusiva, genuino ejercicio democrático entre cubanos.
El objetivo fundamental es fortalecer las familias, el respeto a la dignidad humana, la igualdad de todos sus miembros y la protección a los más vulnerables.
Esta versión del anteproyecto del Código de las Familias es coherente con el texto constitucional y desarrolla las diversas instituciones jurídico-familiares en correspondencia con el carácter humanista de nuestro proceso revolucionario, los resultados de la ciencia del Derecho de Familia, de la práctica judicial en Cuba y los avances en la legislación de otros países.
La posibilidad de estudiar este anteproyecto es imprescindible en el camino del diálogo colectivo con el objetivo de la aprobación de una ley contemporánea, inclusiva y respetuosa de todos los derechos para todas las familias.
Protege las expresiones de la diversidad familiar y el derecho, fortalece la responsabilidad, sitúa el amor, afecto, solidaridad y obligación en lo más alto de los valores familiares, potencia la igualdad de género en el espacio familiar, así como la maternidad y la paternidad, potencia la autodeterminación, preferencias y la igualdad de oportunidades en la vida familiar de las personas adultas mayores y aquellas en situación de discapacidad y expresa el derecho a una vida familiar libre de violencia, entre muchos otros asuntos.
No permita que nadie le cuente, estúdielo y como Taladrid, saque sus propias conclusiones. Para el doctor y profesor, Manuel Calviño, el paragua, como la mente humana, para demostrar su utilidad, deben abrirse.
Que todo lo mejor nos inspire en este febrero, que sepamos reflexionar ante tantos retos de este joven 2022 y sepamos desvelar los secretos para poder disfrutar de un buen amor.
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