La mejor siembra en la familia es el amor
- Por Hilda Pupo Salazar
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Mucha es la diferencia de cómo se educaba antes y ahora. En el pasado, aparte de las prohibiciones y el rigor prevalecía el respeto a los mayores.
Cuando había visita en la casa, los muchachos no podían entrar en la sala, también, las negativas de fumar o andar sin camisa delante del papá era común.
Por supuesto cero malas palabras, horarios de llegada cuando salía en las noches no importaba la edad del vástago; siempre el usted para las personas mayores, obediencia, hablar bajo y pedir, cuidadosamente permiso, como actos de mostrar total educación.
La crianza, en la actualidad, resulta muy diferente, lo primero es que no existe el acatamiento, claro las comparaciones, siempre, son malas, porque influyen los contextos diferentes y el tiempo, negaremos la dialéctica, sin embargo, jamás caducará el papel primordial del hogar en la educación de los descendientes, llamada la primera escuela del ser humano.
Ocurren fallos, cuando se delega totalmente la responsabilidad con los menores al claustro de profesores. Papá y mamá se desentienden y consideran que es compromiso exclusivo del centro de enseñanza (Círculo infantil o colegio).
¿Por qué existen muchachos tan mal educados? se preguntan muchas personas. Habría que analizar las posturas de las familias en estos encargos y medir la eficacia de las aulas como complemento y nunca catalogar, como rasgo de modernidad, al evidente déficit, ni caer en el socorrido dilema ¿es la escuela o es la casa?
Las faltas de respeto de los hijos hacia sus padres se deben, en gran medida, a deficiencias que ellos tienen como educadores. Cuando los padres caen en demasiada severidad o demasiados mimos, aparecen las conductas erradas y las groserías entre los hijos.
Apelar a la violencia física no es aconsejable, cuando hay muchas más formas de exigir respeto sin llegar al cinto, pero el exagerado paternalismo y la demasiada flexibilidad con que actuamos, a veces, deforma una adecuada crianza y generan a esos niños o jóvenes verdaderamente insoportables, que no respetan a nada ni a nadie.
Proliferan en algunos hogares esos nenes “criados a toda leche”, como comúnmente referimos a la formas de complacerlo en todo como si no existiera el No, sin meditar que las gracias reídas hoy pueden ser las desgracias lloradas mañana.
Tratar de imponer la autoridad, cuando el daño está hecho, puede ser demasiado tarde. ¡Ah!, y primero revise cómo es su hijo, antes de criticar las malcriadeces del vecino, porque aquí “ver sólo la paja en el ojo ajeno” si cuenta.
Este Día de los Padres el mejor regalo sería evaluar si realmente cumplen, adecuada y correctamente, como hijos. La mejor siembra en la familia es el amor. Felicidades
El suizo francófono Jean Jacques Rousseau dijo: “Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas”.
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