Panadería con más de un siglo en la cotidianidad del holguinero
- Por Claudia Patricia Domínguez
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De harina y levadura va la historia de hoy: el pan, probablemente entre los productos más vilipendiados de la sociedad cubana. Él lo mismo protagonizalos muy variados y divertidos sketch humorísticos del popular personaje de Pánfilo que da rienda suelta a los muchos comentarios de cualquier vecina en una distendida cola del pollo.
Según cuenta la historia, su descubrimiento fue casi por casualidad, gracias al descuido de un egipcio en el V milenio antes de nuestra era.Olvidó su masa de cereal sin cocinar, de modo que tuvo tiempo para fermentar, y surgió así el primer pan levado del mundo. En las fértiles tierras griegas a la orilla del río Nilo se cultivaron abundantes cereales que luego derivaron en la harina.
En Holguín existen hoy múltiples panaderías,tanto pertenecientes a la Empresa Productora y Distribuidora de Alimentos “Numa” como otras que insertadas en las formas de gestión no estatal prestan este servicio a la población.
Sin embargo existe una, probablemente la más antigua de la urbe oriental, que en más de un siglo no ha cambiado el objeto social con el que diera vida al inmueble que aun ocupa.
Este es el caso de la panadería “El Camello”, conocida en nuestros días como “La Roxy” y ubicada en la calle Coliseo entre Morales Lemus y Miró.
En aquella época tenía su entrada principal por la arteria de Peralejo hasta dar en los fondos con Coliseo. Fue fundada en 1901 por el señor Francisco Miranda y pasó por varias generaciones de esta familia hasta el triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959.
Cuentan familiares cercanos a su fundador que Miranda fue pionero en la elaboración de dulces finos, uno de ellos una especie de turrón navideño muy popular en estos festejos, receta que se vio obligado a vender para invertir en equipamiento y aumentar así la producción de panes y galletas que se entregaban a domicilio en la ciudad y sus alrededores.
De acuerdo con referencia consultada en la Revista Oriente, la panadería contaba con una capacidad de producción para ocho sacos de harina de la mejor calidad y gozaba de popularidad en la época por su moderno equipamiento, el cual era movido gracias a las bondades de la electricidad.
Más de un siglo ha pasado desde entonces, y esta edificación continúa hasta hoy con su misma función, la elaboración de pan y galletas para la familia holguinera.
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