Bolsillo multiplicado

  • Hits: 3594
 murilloMarino Murillo Jorge, jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos. Foto: Roberto Garaicoa/Cubadebate.
 
Celulares, calculadoras, lapiceros, lápices y hojas, para sacar cuentas rápidas, seguramente se activaron el pasado martes en cada hogar cubano después que Marino Murillo Jorge, jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos, expresó: “el fondo de salario en el país subirá en 4.9 veces, mientras que el destinado a la seguridad social lo hará en cinco veces”.
 
Y aunque como el viejo bolero cubano“Quizá” dijo el cómo pero no el cuándo, todo lo tratado en esa Mesa Redonda del martes debe haber asegurado si no un récord al menos un buen average de teleaudiencia, porque estas temáticas resultan complejas y transversales en la economía y la sociedad cubanas.

Alienta escuchar hablar descarnadamente acerca de los déficits salariales acumulados y el principio esencial de que el salario tiene que cubrir las necesidades del obrero y su familia. Hay pies puestos en la tierra en este asunto porque aparejado a ello se valoró lo que realmente implica la canasta básica en cualquier parte del mundo.

En economía todos los fenómenos son concatenantes, y generan un efecto dominó para bien o para mal, por ello las decisiones que implican “los dineros”, como dicen los brasileños en sus novelas, deben ser meditados con serenidad. Lo que sí, ciertamente, me queda muy claro es que Cuba cumple con el viejo adagio: “no se da puntada sin dedal”.

Por ello se busca la forma de lograr equilibrios macroeconómicos, reducir los déficits presupuestarios, hacer que el sistema empresarial sea más eficiente y a la par de la unificación monetaria, superar distorsiones existentes en de subsidios, precios y tarifas mayoristas y minoristas, y como es lógico, las pensiones y salarios del sector estatal.

Hubo un tiempo en que hablar de inflación, era un pecado del capitalismo, pues ya no, ahí estuvo en la Mesa Redonda Murillo Jorge, con su palabra clara y precisa alertando sobre el asunto, se elevarán los precios mayoristas porque en ellos se reflejará el gasto de salario que crece y, a mediano y largo plazo, se incrementará en los precios minoristas, esos con los que usted y yo compramos.
 
Una forma regularmente empleada para controlar la inflación es garantizar mayores abastecimientos, pero en medio del recrudecimiento del Bloqueo, la crisis mundial Pos-COVID y las actuales condiciones de la economía cubana no es una estrategia factible, pero una vez que la economía logre avanzar, también podremos utilizarla.

No obstante, es importante resaltar que Murillo aseveró que, en todo este proceso, tenemos una gran aspiración y creemos poder cumplirla y es que “todos los asalariados queden en mejores condiciones que en el punto de partida en el que estamos”.

En cualquier sociedad, mover las finanzas globales es una tarea complicada, y aquí en Cuba se realizarán acciones casi conjuntas: las reformas de salarios, pensiones y la reunificación monetaria y cambiaria, asuntos de una elevada complejidad.

Sin embargo, nuestros dirigentes aseveran, con total transparencia, que nadie quedará desamparado, para ello continuarán los subsidios en productos y servicios específicos y se apoyarán personas y familias con desventajas, porque ese es uno de los principios humanitarios inviolables de la Revolución Cubana.

Acerca del proceso de unificación monetaria, que tanto ruido mal intencionado ha generado, Murillo explicó: “Se hace un día quitando el CUC, amanecimos y no existe el CUC, la decisión se tomaría en el primer día de un mes, porque las empresas deben cerrar sus estados financieros”.

Ese día, una nota del Banco Central de Cuba anunciará el cese de la circulación legal del CUC (no se emite más, el que está en poder de la población sigue en circulación y el Estado lo recogerá hasta que se agote) y también la nueva tasa de cambio.

La población tendrá no menos de seis meses para cambiar o gastar los CUC en su poder. Por ejemplo, las tiendas recogerán ese efectivo en las compras y devolverán los cambios en CUP, una medida que ya se implementa en las cadenas de tiendas del país.

En medio de la vorágine de soluciones es genial que al fin se dejen de “arrojar salvavidas monetarios” a empresas del comercio y la gastronomía que deben, por misión propia, ser rentables y resulta maravilloso que se haga lo posible, y hasta lo que parece imposible, por devolverle el papel protagónico al trabajo, como principal fuente de riqueza.

Para que esa multiplicación del bolsillo que hicimos el martes frente a la pantalla del televisor nos alcance para comer, vestir, cubrir los gastos de servicios de primer orden, el ocio e incluso la posibilidad de ahorrar, porque, al menos yo no he renunciado al sueño de que el socialismo sea, en realidad, próspero y sostenible.

Escribir un comentario