Comprueban autoridades holguineras trabajo en centros de aislamiento
- Por Liset Prego Díaz
- Hits: 1242
Fotos de la autora
Los días fatigosos y duros de agosto han pasado, las noches suelen ser menos agitadas para estas muchachas que solo hace tres días recibieron el título que las acredita, por fin, como doctoras en ciencias médicas. Mas, sin importar el miedo que no dejaron de sentir, pero tampoco las detuvo, enfrentaron a la COVID-19 en la ciudad de Holguín, en los que hasta la fecha se cuentan como los peores momentos de la epidemia en la provincia.
El hospital de bajo y mediano riesgo que se instaló en la residencia de la facultad de Ciencias Médicas “Mariana Grajales”, de la ciudad, cuenta con el compromiso de estas muchachas. Podría escribir muchos nombres, pero aquí dejo estos y sus testimonios.
Susana Pérez quien relata: “desde que este centro de aislamiento abrió nos incorporamos. Yo hacía 10 días había hecho mi estatal para graduarme. Nos daba miedo por la falta de experiencia, y por la nueva responsabilidad que adquiríamos. El momento más difícil que he enfrentado aquí fue la primera paciente que falleció”.
Para Erika Monjes al principio fue muy difícil. “No había los recursos suficientes, pero poco a poco fuimos saliendo. Trabajamos 24 hora y descansamos 48. Llegamos “muertas” a la casa. Y nos ponemos en aislamiento”.
Sobre este necesario distanciamiento enfatiza Yanira Salvador, “apenas tenemos contacto con la familia. Tenemos temor de contagiarlos, porque nos cuidamos, pero el riesgo está”.
Y aunque algunos de sus colegas y de ellas mismas han enfermado, aunque a veces los padres se opusieron a que fueran a trabajar a zona roja, se mantienen allí, haciendo lo que toca. No están solas. Susana Pérez asegura: Los vicedirectores de asistencia médica siempre pasan por las torres a ver qué necesitamos. Sobre todo, el doctor Jaibar Rajman, que ha sido muy atento con nosotros, nos felicita cuando hacemos las cosas bien, eso es muy importante.
Estas historias emergieron durante el recorrido que realizaran la noche del jueves Ernesto Santiesteban Velázquez, primer secretario del Partido en la provincia; Julio César Estupiñán Rodríguez, gobernador del territorio, junto a Galina Galcerán Chacón, rectora de la Universidad de Ciencias Médicas de Holguín, por el hospital para atención de pacientes positivos o sospechosos de padecer COVID-19 radicado desde julio en las instalaciones de la residencia estudiantil.
La visita se realizó con la finalidad a raíz de algunas opiniones en la población acerca de dificultades con la alimentación, la higiene y el control en el servicio y de comprobar el trabajo allí.
En el recorrido los directivos de la institución aseguraron que la misma cuenta con todo el personal de servicio necesario para el funcionamiento, entre ellos 24 facilitadores, estudiantes de la propia universidad que trabajan en dos grupos, alternando por turnos.
Igualmente, el personal sanitario se completó en los momentos de mayor complejidad con estudiantes de Medicina de 4to y 5to años que fueron contratados para labores como asistentes de enfermería.
Se informó a los visitantes que la cobertura de medicamentos y oxígeno está disponible, al tiempo que se detectaron la urgencia de iluminar algunos pasillos y locales, de buscar variantes para que los alimentos ofrecidos a los pacientes sean más adecuados para personas enfermas y se tomaron en cuenta observaciones de varias personas hospitalizadas en pro de mejorar la atención.
Al momento de este reporte se encontraban ingresados en este centro más de un centenar de personas, apenas el 50 por ciento de la capacidad del mismo.
La rectora de la casa de altos estudios explicó que este hospital “tiene gran capacidad de ingreso, actualmente tiene un índice ocupacional bajo y eso permite una mejor atención”.
En el pico pandémico aquí llegaron a tener alrededor de 350 personas ingresadas. Y aunque las cifras han comenzado a descender, gracias al incremento de las capacidades hospitalarias, ajustes de protocolos y avance de la inmunización, (actualmente el 80 por ciento de la población de Holguín tiene al menos una dosis de las vacunas contra la COVID-19), Santiesteban Velázquez insistió en que “no se puede bajar la guardia. Puede ser que en este hospital de bajo riesgo tengan 141 pacientes, pero mañana llegar a 50. Y hay que dar la mejor atención posible, hay que esmerarse en el pase de visita, la higiene de los locales, la calidad de la elaboración de los alimentos, hasta el momento en que no tengamos ninguno.
Con el recurso humano, la voluntad de todos y el esfuerzo que siempre habrá que hacer, el paciente que venga podrá ser atendido. Actualmente hay mejor situación con los medicamentos, llegan con mayor oportunidad. Hay capacidad para que el 100 por ciento de los positivos estén ingresados”.
Del compromiso colectivo dentro y fuera de las instalaciones de salud depende el control de la enfermedad que ha trastocado las dinámicas sociales de todo el mundo. En Holguín, en la residencia de la facultad de Ciencias Médicas, hoy hospital, está claro el de jóvenes como Susana, Érika y Yanira, quienes al preguntarles cuándo terminaban su trabajo allí, respondieron casi a coro: “Terminamos cuando se termine. Cuando acabe la epidemia”.
Artículo relacionado:
COVID-19: evalúan centros asistenciales en Gibara