Tokio irradia al mundo
- Por Calixto González Betancourt
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Ya la luz de Olimpia irradia al mundo, desde Tokio, con los Juegos que la pandemia pospuso, pero no ha podido evitar, pues los dioses del olimpismo, más obstinados que la agobiante enfermedad, abrieron el templo para el excelso concurso de los más notables deportistas de este planeta.
Muy espinoso ha sido el camino para llegar hasta aquí, con una senda cargada de obstáculos, contrariedades y cuestionamientos debido a la COVID-19, pero la certeza es que los XXX11 Juegos Olímpicos fueron inaugurados y se compite, para que las emociones, sorpresas y los momentos cumbres emanen e inunden a este mundo necesitado de una tregua, en medio de tantas tempestades.
Son, no obstante, unas olimpiadas su generis, caracterizadas por los controles, limitaciones, ausencias de grandes públicos, pero olimpiadas al fin.
Y Cuba, radiante, altiva, vio desfilar a sus deportistas, quienes llevan en sus mentes y corazones la fijación de este pueblo indoblegable, al que dignamente representan. Saben, que por las actuales circunstancias, sus comportamientos atléticos y triunfos tendrán aún una mayor connotación.
Durante noches, madrugadas y días el deporte será rey en nuestro país, en miles y miles de televisores. Impulsaremos los discos, saltaremos, correremos, daremos golpes en el aire, lucharemos, tiraremos y más… junto a nuestros compatriotas, que en los ecuménicos escenarios de la capital de Japón buscarán la gloria.
Entre ellos, el más experimentado competidor de la delegación cubana, el tirador holguinero Leuris Pupo Requejo, quien asiste a sus sextos Juegos Olímpicos. Ya conoce el cielo, con su oro en Londres-2012 y siempre muy competitivo. ¡Cuánto deseamos que sus dianas con la pistola de tiro rápido nos vuelvan a estremecer!
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