Ediciones La Luz “enciende” la literatura infantil
- Por Rosana Rivero Ricardo
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Este no era un día normal, de esos que empiezan a las ocho de la mañana con clases, siguen con clases y terminan con el añorado timbre de las 4 y 20. Esta vez saldrían de la escuela y eso era una fiesta.
A ciencia cierta, Marielis no sabía a dónde iban. Comenzaba la Feria del Libro en Holguín ese 20 de marzo. ¿Estaban en una librería? Sí. ¿Podían adquirir libros? Sí. Pero había mucho más. Eso lo entendería poco después, cuando Luis Yussef, poeta y director de Ediciones La Luz, les explicó que estaban justamente en la sede de la editorial, donde hay una librería y se pueden comprar libros, pero también le aguardaban otras sorpresas.
Marielis, como varios niños de su grupo de la escuela Ricardo Martínez o de la Manuel Ascunce que también visitaron el local, nunca había ido a una exposición de artes visuales. Ahora tenía la oportunidad de asistir, no a una, sino a dos.

La primera era una muestra colectiva de ilustraciones que se llama “El musgo que brota”, como el libro del cual forman parte estas imágenes. Poco a poco Yussef les explicó a los niños ese suceso cultural, con palabras que ellos pudieran entender.
Dijo que en este libro trabajaron muchas personas, entre ellas, los 15 artistas de la plástica provenientes de casi toda Cuba. En ese momento, Marielis conoció a Rubén Rodríguez, un escritor de novelas para niños holguinero, quien leyó las palabras de apertura de la muestra que ambienta la sede de Ediciones La Luz.
Rubén dijo cosas muy bonitas. Comentó que entre los valores del libro están su “visualidad, rica en matices y diversa en modos de expresión. Y que “los dibujos y viñetas van de la ilustración clásica, apegada a los estándares académicos, a propuestas más contemporáneas, afiliadas a tendencias internacionales de la gráfica”. Claro, él es escritor; y tal vez ella lo sea algún día, para expresar así de bonito sus ideas.
Por ahora no lo comprendió todo, pero disfrutó mucho las imágenes de esta, su primera visita a una exposición. La verdad todas las ilustraciones son muy coloridas, y originales y sensibles y dan deseos de leerse el libro de un solo tirón.
Mucho más después de lo que dijo Liset Prego, una joven periodista que también conoció ese día y quien comentó que disfrutar la lectura de “El musgo que brota” es “como un acto de regresión para los adultos y de encuentro para los niños”.

Ahora Marielis cree que cuando sea grande va a ser periodista, para emocionarse como Liset cuando leyó el poema de la abuela. Y saber tanto como ella que domina el número de poetas cuyos poemas fueron compilados en este volumen. Son 37, con sus diversas poéticas y maneras de ver el mundo desde su niñez preservada. Y a todos los unió el escritor Eldys Baratute, quien tuvo a su cargo las palabras de presentación.
Marielis descubrió a otras personas, como Enrique Pérez Díaz, un escritor para niños que expresó lindas ideas sobre Ediciones La Luz, por ejemplo, que este es un proyecto de vida que busca reivindicar la buena literatura, en libros donde no se les miente a los niños y se les habla de todo, a través de autores muy sinceros con quienes saben querer.
También habló de un libro anterior, hermano de “El musgo que brota”, y que ahora Marielis desea leer. Se llama “Retoños de Almendros” y fue escrito por jóvenes, pero esa vez, narradores.
Las sorpresas continiaron en el último piso de Ediciones La Luz, en el Salón Abrirse las Constelaciones. Era muy alto, pero Marielis subió la primera para descubrir la Expo Viento Sur. Estas son ilustraciones más pequeñas, pero igual de bonitas, que acompañan otro libro: “Viento sur”, de la escritora chilena Maga Villalón.
Allí está, junto a los pioneros, el joven Valerio, creador de esas acuarelas. En realidad, no se llama Valerio, sino Yunier Serrano. Valerio, es el nombre artístico. Dice que estos dibujos le tomó varios meses de creación y que se nutrió de las historias de las raíces de Maga para hacerlos. Él cuenta que ella es una mujer enamorada. Y ha de serlo cuando le escribió palabras tan sentidas para la apertura de la muestra, que envió desde su verano chileno, donde le dice “el joven de los bellos ojos negros que se robaron la luz”.
Y Valerio se sonroja un poquito, porque le sorprenden los elogios. Son muchos: “la calidad de los dibujos son de una maestría alucinante”, “las ilustraciones son excesivamente buenas”, “un libro que está hecho en perfecta sincronía con el texto”…
Para el cierre de las dos exposiciones y las dos presentaciones de libros, les regalaron a los pioneros la música de la cantautora Edelis Loyola. Marielis disfrutó de sus canciones: “La Casa de Abuela”, “El Chinito Lo” y El Piojo. Ese último fue el tema más divertido, aunque toda la mañana lo fue.
Marielis fue en esa jornada una niña extremadamente feliz, porque aprendió algo nuevo.