Un Faro de un siglo y medio
- Por Rosana Rivero Ricardo
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En septiembre de 2008 el Faro de Lucrecia volvió a ser noticia. Estoico, inamovible, soportó los aires huracanados de Ike que entró, precisamente, por Cabo de Lucrecia, en el municipio de Banes, de la provincia de Holguín. Allí, besando el Atlántico, entre la breña y los arrecifes, se hace camino desafiando al tiempo, en la zona que es conocida como “el cementerio de los vivos”.
La roca que le sirvió de material de construcción fue extraída de una cantera que se encontraba, aproximadamente, a dos kilómetros de distancia. Para su traslado se hizo un rústico ferrocarril tirado por bueyes. Bajo el sol y el látigo, los esclavos, mano de obra imprescindible en cualquier encomienda de la metrópoli española en la Isla.
El trabajo esclavo hizo posible los 21 pies de la torre de sillería del Faro y su base octogonal de aproximadamente 11 pies. Sus 218 escalones de hierro fundido recuerdan que su origen estuvo relacionado con una larga lista de desastres navales. Se sabe que el último bergantín que corrió tan negra suerte fue el “Thomis”, en diciembre de 1856. Fue entonces que el Capitán General de la Isla, José Gutiérrez de la Concha, decidió levantar El Faro.

Los planos para la obra se iniciaron en 1858, por el Comandante de Ingenieros Saturnino Ruedas. En 1863 comenzó la construcción de la torre, primero bajo la dirección de César del Llano y Lamar, un ingeniero español. Después la obra fue encomendada a su paisano y colega Restituto Blancaflor.
La historia recoge que la construcción tuvo un costo de 167 mil 805 pesetas. La farola y la máquina fueron mandadas a hacer a Francia.
Mas si algo resalta en la biografía de la torre es que dio la luz, por primera vez, el 10 de octubre de 1868, justo en la jornada en que los cubanos, encabezados por Carlos Manuel de Céspedes, iniciaran la búsqueda hacia otra luz, la de la independencia de Cuba. Un siglo y medio después el Faro de Lucrecia sigue señalando el rumbo de los navegantes del Atlántico.
Este 2019 se celebró el Fin de Semana Internacional de los Faros y Radio Balizas, con transmisiones desde diferentes partes del mundo. El evento tuvo como objetivo promover la conservación de los faros como guardianes de la navegación marítima. Para esta edición fue escogido, una vez más, el protagonista de esta historia, considerado uno de los 100 más importantes del mundo.
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