Holguín no es París ni Pisa, pero tiene su torre
- Por Rosana Rivero Ricardo
- Hits: 8723

Imágenes de la Torre Eiffel y la Torre de Pisa le han dado la vuelta al mundo convertidas en símbolos de París y de la ciudad italiana homónima, respectivamente. Aunque menos universal, los holguineros también tenemos la nuestra y la lucimos por todo lo alto, específicamente a 261 metros sobre el nivel del mar. O sea, en la cima de la Loma de la Cruz.
No piense que se trata de la torre de televisión, importantísima también, por supuesto. Me refiero a la Torre de Numancia. ¿Qué no sabe cuál es? Con ese original nombre es difícil ubicarla. Pero si ha subido a la Loma, o al menos ha visto su cima en fotos, sabe de cuál se trata.

En la rotonda donde desemboca la escalera, se yergue desafiante el fortín Torre de Numancia. Fue construida en 1869 por el ejército español como punto de avizoramiento para prevenir posibles ataques del Ejército Libertador. Era entonces de madera. Un centinela se guarnecía en la parte alta para poder otear la zona circundante.
En el transcurso de la Guerra de 1895, el Regimiento La Habana, de retén en la ciudad, levantó un fuerte rectangular con aspilleras, planta, piso y azotea. Allí funcionaba un heliógrafo que en los días despejados lanzaba,, en claves luminosas, mensajes que transmitían otras estaciones ubicadas en elevaciones cercanas.

La fortaleza original quedó en ruinas, pero sirvió de modelo para construir la que observamos actualmente en la cima del mirador natura de la ciudad. Después del triunfo de la Revolución Cubana en enero de 1959, y atendiendo a sus valores arquitectónico e histórico, fue declarada Monumento Local.
La Torre de Numancia es hoy un sitio de atracción general para todos los que suben, sofocados, la Loma. Los niños juegan alrededor de ella. Los jóvenes se toman selfies con ella. Es la primera que recibe a la réplica gigantesca del Hacha de Holguín, el día de la Cruz, como parte de las Romerías de Mayo.

Su sombra proyectada al atardecer cobija a quienes, en modo “ponte en forma”, practican planchas y abdominales. Incluso están los que se atreven a subir su azotea para contemplar desde un par de metros más alto, la comarca que nació entre los ríos Jigüe y Marañón. En fin, que ella no es la Torre de Eiffel ni la Torre de Pisa, pero es aún más importante; pues es la nuestra y engorda ese sano ego de holguinero de creernos el ombligo de Cuba.
Comentarios