Con Ballagas en Camagüey

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ballagas 01Fotos: Cortesía Ediciones La Luz

"Juana Pérez espiritista, Juana Pérez espiritual, /Juana cura a los enfermos / con agua del manantial..."

Tras las huellas del autor de esta cuarteta, el poeta y ensayista camagüeyano Emilio Ballagas (1908-1954), hemos venido a su tierra, aunque sobre el paso del poeta por el poblado de Buenaventura, donde vivió su hermana, ha investigado el escritor calixteño Daer Pozo.

El aniversario 30 del Premio Nacional Emilio Ballagas, auspiciado por el Centro Provincial del Libro y la Literatura en Camagüey (CPLL) nos convoca, esta vez dedicado a la literatura que se escribe para los niños y que cultivara finamente el también profesor, cuyo nombre preside el certamen y la jornada de celebración. Baste recordar sus rimas más conocidas: "Dórmiti, mi nengre, dórmiti, ningrito. Caimito y merengue, merengue y caimito...".

Paneles, conciertos, lecturas y presentaciones han reunido a representantes de toda la geografía cubana, como los camagüeyanos Niurki Pérez, Alejandro González Bermúdez, Yoan Pico y María Antonia Borroto; la espirituana Mildre Hernández; la villaclareña Leidy González Amador; los habaneros Erick Motta y Antonio López Sánchez; el pinareño Jaime Hernández Blanco y los holguineros Luis Yuseff y Leonel Céspedes, de Ediciones La Luz.

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Sin olvidar las excelentes presentaciones musicales en el café Tengo, espacio mágico del CPLL, con especial destaque para el conocido trovador Ariel Barreiro, cuyo arte ha distinguido el "Ballagas", así como el carisma interpretativo de Yisel y el cuarteto Con feeling.

Los paneles "Emilio Ballagas, ¿cómo lo vieron?, ¿cómo lo vemos?"; "Dadme un premio y moveré el mundo. Nuevas formas de participación literaria"; "La literatura infantil, ¿un género para liliputienses?" y "Los concursos, ¿espacios de legitimación?" movieron la opinión y la polémica acerca de tópicos candentes del arte escritural que se cultiva en estos momentos en la Isla, y que articularon la propuesta teórica de la jornada.

Sin embargo, como todo texto se "realiza" en el consumo y el libro es la primera carta de presentación de un autor, tuvimos en estos días varias presentaciones, entre las que se destacan las efectuadas en el Casino Campestre de la urbe agramontina. En ese espacio de exuberante vegetación, niños de la escuela primaria Conrado Benítez pudieron disfrutar de los títulos Dórmiti mi nengre, de Emilio Ballagas; Poemas para un príncipe de otro planeta, de Jaime Hernández Blanco; Mi abuela es un primor, de Mildre Hernández, o El final de los finales felices, de Rubén Rodríguez, entre otros. La euforia con que se reciben ofrece una halagüeña perspectiva sobre los destinos de esa producción literaria.

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También otros formatos y plataformas de presentación del género lograron promoción en el café La Comarca, perteneciente al proyecto sociocultural Golpe a golpe, auspiciado por el CPLL. Es el caso de los audiolibros de Ediciones La Luz y los libros electrónicos de la editorial Ácana y el sello El Lugareño, de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey, con abundante público interesado y atinadas intervenciones.

Mención aparte merece el torneo de minicuentos "Gladiadores en la arena", una reñida competencia de lectura de textos breves, que nos sorprendió a los foráneos como un método eficaz de promoción, impulsado por los organizadores del encuentro.

Con especial coordinación de Maikel Sardaña, director de Ácana, y la eficiente Yoanys Soriano, que unge la obra con la miel de su cariño, también se celebraron los inspirados Juegos florales, otra propuesta a tener en cuenta y que ganó la poetisa Griselda Rodríguez.

La premiación, en la tarde del viernes, del libro "Mi vecino mitológico y otros cuentos transformistas", de Héctor Luis Leyva Cedeño, ganador del Premio Emilio Ballagas 2024, fue el colofón a la cita que, desde el 25 de noviembre último, nos reunió en esa provincia, para honrar la memoria del poeta considerado entre los cultores más relevantes de la poesía negrista en Cuba; el mismo que, durante una de sus vacaciones en Buenaventura, inmortalizara a aquella santiguadora popular, que garantizaba sanación efectiva con agua de manantial.


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