Grosera estampa

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Justo el mismo día en que se transmitió en la televisión cubana él último capítulo de la telenovela brasileña Fina Estampa, se dio a conocer la negativa de nuestro Ministerio de Salud a seguir participando en el Programa Más Médicos, en respuesta a las condiciones ofensivas anunciadas por Jair Bolsonaro, el “Trump Verdeamarelo”.
 
Se acabaron el miércoles pasado las disputas de Griselda y Teresa Cristina, y también las atenciones solidarias de nuestros galenos en El Gigante Sudamericano.
 
Mientras veía el destino de cada personaje de Fina Estampa, imaginaba cuánto esfuerzo hubo por parte de Cuba para cooperar con la Organización Panamericana de la Salud, en lugares muy alejados, desde todo punto de vista, del escenario del condominio, venido a ser centro, en la segunda mitad de la trama, de los conflictos entre la obrera suertuda y la fastuosa desequilibrada.
 
Brasil es un país de constrastes, donde el edificio de lujo colinda con las favelas y un centro de desarrollo de nuevas tecnologías tiene muy cerca un poblado amazónico, en el cual los indígenas se resisten a ser “tragados”. Aunque es cierto que durante los gobiernos de Lula y Dilma Rousseff muchas personas pasaron de pobreza a clase media, también lo es que ganarse la lotería y mudarse a una mansión es utópico.
 
Las Griselditas afortunadas son creación televisiva, diseñadas para “entrarles por los ojos” a las masas. De nuestros médicos podemos escuchar testimonios que contradicen la alta frecuencia de tales pasajes, no por gusto recreados en entornos de paradisíacas playas, restaurantes de lujo y concursos de belleza.
 
Ahora habrá que esperar la reacción de Bolsonaro más allá de Twitter, plataforma en la que suele pronunciarse y, últimamente, justificarse de las necedades orales que han caracterizado su carrera política. ¿Podrá, mejor dicho, intentará el otrora capitán del Ejército llenar el vacío de profesionales cubanos en sitios en los cuales imperan el lenguaje de las armas y la extrema pobreza, o abundan cocodrilos, y serpientes y arañas venenosas?
 
 
¿Calculó cuántas vidas, municipios o asentamientos indígenas se beneficiaban del proyecto de cooperación en cuestión? ¿Cuántos de los cerca de 50 millones de brasileños que lo eligieron presidente, de alguna u otra manera, han sentido las bondades de Más Médicos, programa de izquierda que no tenía que ser perjudicado en tiempos de derecha?
 
Este exmilitar, xenófobo, homofóbico, racista, machista y mucho más… no cayó en la cuenta de que las imposiciones con Cuba son pasado. Si ni los EE.UU. han podido doblegar a la Isla de diversas maneras, luego de 1959, cómo va él a condicionar nuestra presencia junto a su pueblo, llegando incluso a proponer el asilo político, recurso para desunir a los que regresan de la misión, cuyos conocimientos y habilidades ha puesto en duda, groseramente.
 
Sus desmanes se los tolerarán otros y le reirán la gracia los fascistas (su proceder coquetea con esa ideología), pero acá apoyamos la Declaración del Ministerio de Salud, surgida en el momento preciso, antes de que se le ocurra otro insulto, al estilo de sus amenazantes declaraciones recientes sobre romper relaciones diplomáticas con La Mayor de las Antillas y cuestionar los derechos humanos acá.
 
“Con dignidad, profunda sensibilidad, profesionalidad, entrega y altruismo, los colaboradores cubanos han prestado un valioso servicio al pueblo de Brasil. Actitudes con tal dimensión humana deben ser respetadas y defendidas”, escribió Miguel Díaz-Canel en la red social que ya soporta los 280 caracteres. Bolsonaro se desentiende de la dimensión humana o de sensibilidad y altruismo, mientras mi patria vuelve a contemplar orgullosa.
Author: Nelson Rodríguez Roque
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Licenciado en Estudios Socioculturales Periodista Deportivo y de temas Históricos y Políticos

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