Agua y manos, en defensa de la vida
- Por Lourdes Pichs Rodríguez
- Hits: 2532
Por ejemplo, mediante el agua podemos adquirir bacterias como las que producen el cólera, la fiebre tifoidea o el virus de la hepatitis A, mientras que otros agentes necesitan del insustituible recurso hídrico para reproducirse, tal es el caso de la hembra del mosquito Aedes aegypti, trasmisor del dengue y también de otras especies de ese dañino vector.
Igualmente, otras enfermedades son adquiridas por contacto con el agua contaminada, como es la leptospirosis o la llamada “enfermedad del ratón”; además pueden aparecer otras relacionadas con su poco uso, es decir, escabiosis, y pediculosis.
Por lo cual la principal forma que tenemos para lograr un adecuado empleo y consumo del agua, para no enfermar, es aplicándole hipoclorito de sodio al uno por ciento, a razón de cuatro gotas por cada litro.
También puede hervirse tres minutos tras iniciar la ebullición y, posteriormente, se le echa la solución química. Es importante recordar que no hacemos nada si usamos agua adecuada en casa y en la calle tomamos de cualquiera sin conocer su calidad o procedencia.
No son menos los cuidados a observar con las manos. Ellas, capaces de desempeñar una gran variedad de funciones: tocar, agarrar, sentir, manipular, acariciar, trabajar, amar, etcétera, pueden ser vehículo trasmisor de gérmenes productores de enfermedades en las personas.
Cuando su lavado es inadecuado se facilita la contaminación de los alimentos que elaboramos. Por ejemplo, si el manipulador de comidas no higieniza correctamente sus manos antes y durante la preparación de cualquier comestible puede trasladarle los diminutos “invasores” que tiene en ellas.
Esos microorganismos suelen llegar a las manos de diferentes maneras: al tocar superficies contaminadas con agentes imposibles de observar a simple vista, por eso limpiarse la manos adecuadamente es la primera línea de defensa frente a la propagación de muchas enfermedades - no solamente las gripes, sino de otras más serias, como la meningitis, bronquiolitis, influenza, hepatitis A y cólera. La mayoría de los tipos de diarreas infecciosas pueden ser evitados con el simple acto de higienizarse las manos.
Sobre cómo lavarse las manos correctamente la doctora María Eugenia Escobar, especialista de Segundo Grado en Higiene y Epidemiología citó algunos pasos muy sencillos para eliminar bacterias, virus y otros gérmenes: utilizar agua y jabón y frotarlas vigorosamente unos 20 segundos, incluyendo el área entre los dedos y debajo de las uñas donde casi siempre se “esconden los bichitos”, para posteriormente enjuagarlas y secarlas con toalla limpia o al aire.
Ese ritual por la salud debe realizarse siempre: antes de comer y cocinar, después de ir al baño, limpiar la casa, tocar animales, visitar o cuidar amigos o familiares enfermos; sonarse la nariz, toser o estornudar, estar afuera (jugando, haciendo jardinería, caminando al perro, etcétera) y al llegar a la casa.
Bajo ningún concepto puede subestimarse la higiene de esa importante parte de nuestro de cuerpo, imprescindible a la hora de realizar cualquier tarea, pero que también una de las principales vías de trasmitir enfermedades si no está correctamente limpia.
Artículo relacionado: