Se necesita unidad
- Por Rodobaldo Martínez Pérez
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José Martí Pérez, el autor intelectual del asalto al cuartel Moncada, cumple este 28, 171 años de su natalicio, siempre defendiendo la unidad para salvar la Revolución.
Concepto en el que insiste Raúl Castro: “¡Cuidemos la unidad más que a la niña de nuestros ojos! No tengo duda de que así será”, en su trascendental discurso en Santiago de Cuba, en el aniversario 65 del triunfo de la Revolución.
El Apóstol siempre confía en la importancia de aunar las fuerzas, porque sabe que la unidad del pueblo en torno a la Obra es necesaria y, desde 1868, cuando acontece la primera guerra de independencia cubana, comienzan las actividades de inteligencia y contrainteligencia enemigas, con el único objetivo de dividirnos y al final derrotarnos.
La misión priorizada del Maestro es evitar cualquier grieta en su Revolución. En carta a Fernando Figueredo, fechada en Nueva York, el 9 de febrero de 1892, expresa: "Yo, con mis modos de sigilo, porque lo que importa es hacer, aunque no se vea quien hace, me he dado entero a esta tarea de unión…”
En Patria, el periódico del Maestro, fundado el 14 de marzo de 1892, tuvo entre sus fines velar por esa unión: “Nace este periódico, a la hora del peligro, para velar por la libertad, para contribuir a que sus fuerzas sean invencibles por la unión y para evitar que el enemigo nos vuelva a vencer por nuestro desorden."
Seguro estaba que: "Del más sutil y eficaz de estos métodos no se habrá de extrañar nadie, puesto que por el aprovechamiento de las disensiones internas pudo España vencer una guerra que por las armas no pudo vencer jamás."
Nadie debe obviar que el pensamiento del Héroe de Dos Ríos es de “derribar lo que nos separa, acercar lo que nos distancia, auspiciar lo que nos junte, porque ¿qué haremos indiferentes, hostiles, desunidos?” constituye hoy un llamado a la supervivencia, con absoluta actualidad.
Afirma Martí: “…se verá quienes defienden, con energía y mesura, la independencia en momentos que la Patria demandaba la acción de sus hijos, vacilaba y ponían frenos a la obra común… Quien le quita una rueda al carro, peca gravemente…”
Como evoca Raúl: Encontrar respuesta a estas dificultades es un deber ineludible de todos los revolucionarios cubanos. En fecha tan significativa, solicito a nuestro pueblo sumarse de forma consciente y responsable, como nos tiene acostumbrado, a este empeño que hoy exige la Patria”.
Ahora ante la compleja realidad de Cuba en la unión está la fuerza para defendernos y los enemigos son, siempre, quienes intentan dividirnos para derrotarnos.
Cuando Martí, para quien la relación ética-política deviene momento central de su concepción del mundo, dice que “la moralidad de los individuos conserva el esplendor de las naciones”, justiprecia la importancia que para los hombres y más para quienes gobiernan, tienen que poseer principios éticos como núcleos fundamental de su pensamiento y acción.
Pero, como dijo el prestigioso intelectual Cintio Vitier, nuestro pasado es una futuridad, porque los hombres que nos precedieron como próceres o pensadores tenían un pensamiento promisorio.
Llámese batalla de ideas, o armas para la batalla; las mejores maneras para la confrontación ideológica fueron lecciones martianas del Siglo XIX y de Fidel Castro, porque en la actualidad continúa: “De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento”.