Sentirse vulnerable

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Alguien me comenta que está vulnerable a tantos golpes de la actualidad: tiempos complejos, apagones, escasez de todo, hasta de decencia, cortesía, caballerosidad, así como las aciagas colas o innecesarias esperas para resolver un asunto y esos servidores públicos no aptos para sus cargos que parecen gozar al torturarte a cada instante.

La palabra vulnerable del latín vulnerabilis, es un adjetivo que califica a una persona o cosa al recibir daños o lesiones, tanto físicas como mentales.

Sentirse vulnerable hace referencia a un estado psicológico por una contusión emocional o con más profundidad psicológica que, en determinados momentos, creemos no poder superar. Tal vez no sea así, pero en esos instantes lo apreciamos de esa manera.Realmente es la incapacidad de resistencia cuando se presenta un fenómeno amenazante o la inhabilidad para reponerse, después de que ocurre, por ejemplo, algún acontecimiento anómalo.

Ahora bien, ser menos o más vulnerable, depende mucho de ti, desde saber consolidar una férrea voluntad al protegerte contra artificios o manipulaciones de realidades o de otras personas; aunque sería definitivo no dejarte llevar por ellas, con confianza en ti mismo, sin miedo a equivocarte en cualquier acto, ni juzgarte con severidad.

Poder vencer tus limitaciones y conocer variantes para controlarlas es necesario para desarrollar tus potencialidades, en favor de superar la vulnerabilidad emocional, independientemente del grado de susceptibilidad ante los problemas y a pesar de las amenazas externas.

La vulnerabilidad por hechos cotidianos en la misma sociedad, tanto en una persona como en grupos, está en percibir la existencia de riesgos, posibles daños y la contingencia para evitarlos.

Es muy importante conocer los riesgos constantes, en el caso de los niños, para la vulnerabilidad, que luego arrastran para el resto de la existencia y lo hacen más sensitivos, como ser perjudicados, maltratados, constantemente con castigos físicos o mentales, lastimados, discriminados, menospreciados e influidos, negativamente, por personas hostiles frente a las que se hallan en situación de inferioridad, abandono o con total fragilidad, al margen de los progenitores.

Todo esto marca, para el resto de la vida, en incertidumbres ante situaciones enredadas, que disminuyen la capacidad de anticiparse a determinados acontecimientos, lidiar, resistir y recuperarse de impactos nocivos que son amenazas.

Ya lo dijo Sun Tzu, general, estratega militar y filósofo de la antigua China, en su libro, El arte de la guerra: “La invencibilidad está en uno mismo, la vulnerabilidad en el adversario. Hacerte invencible significa conocerte a ti mismo; aguardar para descubrir la vulnerabilidad del adversario significa conocer a los demás”.

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Author: Hilda Pupo Salazar
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Periodista especializada en temas de educación y valores. Autora de las columnas Página 8 y Trincheras de ideas.

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