Holguinero no grato en Gibara ¿leyenda o realidad?
- Por Claudia Patricia Domínguez
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Cuando escuché hace algunos años de la existencia de un holguinero no grato en Gibara supuse se trataba sencillamente de una leyenda popular, pero indagando un poco descubrí que el protagonista no era cualquier holguinero sino uno amante de su terruño, investigador apasionado y de agudo sentido del humor, cualidad que sin dudas le jugó una mala pasada y le ganó la antipatia de los gibareños.
El holguinero era José Agustín García Casteñeda, Pepito, como lo llamaban sus amigos y familiares, uno de los grandes pensadores del siglo XX en Cuba, impulsor del Museo de Ciencias Naturales de Holguín con su distintiva colección de polimitas y muchos otros aportes en la formación de la identidad de los holguineros que, fueron abordados por él desde la Cencia, la Cultura y la Historia.
¿Pero cómo pudo este holguinero ser declarado persona no grata en la villa blanca de los cangrejos? ¿cuál fue la ofensa que cometió? Las respuestas a estas interrogantes aparecen en el libro “Pasajes holguineros”, de las historiadoras Angela Peña y María Julia Guerra, quienes explican que los sucesos datan del año 1957 cuando Pepito escribió el texto “Así es Gibara”.
En el ejemplar, mediante chistes e ironías, Pepito reveló interioridades del pueblo y su gente, costumbres y sobrenombres de reconocidos personajes, información que de acuerdo con un reportero del periódico “Liborio”, de Gibara, fue tomada de “testimonios dados en los muelles, clubes y parques que después vertió en las páginas de su libro sin quitarles un acento ni agregarle una coma”.
De poco le valió a su autor la admiración expresa a esa localidad, la cual manifestó en la introducción del libro y la defensa del medio de prensa gibareño que en su artículo enfatizó el hecho de que “no hay que poner en duda su sinceridad, porque si de algo peca el Dr. García Castañeda, es precisamente por la horadez y la valentía de sus juicios”.
Sin embargo, la protesta no se hizo esperar y la población fue convocada el 19 de julio a reunión urgente en el Ayuntamiento para el correspondiente análisis. Allí asistieron pedagógos, periodistas, maestros, médicos, empresarios, abogados, religiosos, obreros y líderes populares.
La réplica fue firmada por Francisco Loti Muñiz, decano del Colegio de Maestros, el Doctor Alberto Longoria, presidente del Colegio Médico y Marco Muñiz Guitiérrez en su condición de presidente del Ayuntamiento, quienes reflejaron que “el Dr. García Castañeda por profesional y holguinero nunca debió escribir un libro insultante para Gibara”.
Y determinaron no solo declarar a Pepito como persona no grata del municipio costero, sino que pidieron a todos los lugareños que adquirieron el libro llevarlo a quemar en fogata colectiva en el parque Calixto García de esa localidad y claro está, se apelaba también al sentido de pertenencia y solidaridad para que no obtuviesen, en lo adelante, el “desconsiderado” texto.
Los acuerdos fueron publicados en la prensa local y se agradeció al periódico Norte por su colaboración en el conflicto. Desde entonces surgió la leyenda de Pepito, el holguinero declarado no grato en Gibara. El hombre que es leyenda viva, pero no por la peculiaridad de esos sucesos, sino por sus extraordinarios aportes a la Historia y la Cultura en Holguín.
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