La singular historia de Marilola X

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 Collage: Ana Maidé Hernández


Mucho antes de que las teorías feministas llamaran la atención de las ciencias sociales y que la emancipación de la mujer fuese una realidad en Cuba, la holguinera Marilola X rompió todos los esquemas en las primeras décadas del siglo XX. Su fórmula de escape: la poesía.


Bautizada con el nombre de Lourdes Désiree María de los Dolores Fidelina Suarez Ricardo fue una auténtica guerrera. Inició su carrera literaria a finales de los años ´20 como sostén económico y espiritual. Divorciada y con tres niños pequeños enfrentó sin temores las presiones de la época y aunque se vio obligada a usar como seudónimo “Marilola X” para firmar sus primeros escritos, pronto todos conocieron de quien se trataba.


Las primeras colaboraciones hechas por la fémina aparecieron en “El Heraldo de Holguín”, dirigido por Julio Albanés, y la Revista “Nosotras”, publicación dedicada a la mujer.


Fueron ocho los poemarios publicados entre los años 1934 y 1955 en una etapa en la que no solo mostró entre versos su fuerza expresiva, sino la capacidad para involucrarse en el proceso editorial y gestión de ventas de cada uno de sus libros.


De estos años cuentan las autoras María Elena Infante, Lis Cuesta y Maricela Messeguer en la semblanza biográfica dedicada a Marilola X y titulada “Del cantar audaz” que ella misma mecanografiaba sus textos, buscaba los medios necesarios para sufragar la impresión, y en aquel mundo sórdido de la imprenta, como gustaba caracterizarlo, seguía de cerca el proceso y corregía las pruebas hasta ver la materialización de sus obras.


Sin embargo, aquí no terminaba la tarea de la joven poeta, quien también se veía obligada a tocar de puerta en puerta para vender sus libros, acompañada siempre de uno de sus pequeños, enfrentando propuestas cobardes y mal intencionadas de aquellos que pretendían aprovecharse de la joven en momentos en los que era prácticamente inconcebible que una mujer pudiera salir adelante sin la protección masculina.


Perder al mayor de sus hijos Henry García, de apenas 22 años de edad, fue un golpe devastador para Marilola X, el cual muere en agosto de 1955 en circunstancias dudosas mientras trabajaba como taquimecanógrafo de un periódico llamado “The Indian” en la Base Naval de Guantánamo.


En esa publicación, el joven boxeador conocido por todos como el Caballero del Ring, realizaba también valiosos artículos en ingles sobre José Martí y la historia de Cuba en un intento por mostrar a los insolentes yanquis el orgullo que significa ser cubanos.


La pérdida del primogénito interrumpió la labor creadora de Marilola X que en ese momento trabajaba en el volumen “El canto de la alondra” que nunca se editó y no volvió a publicar hasta el año 1960 la novela “El dolor de ser mujer”, la cual dedica a su padre mambí de quien confiesa haber aprendido el amor a la patria, y al comandante en jefe Fidel Castro, por habernos sacudido la conciencia.


Tras el triunfo de la Revolución Cubana decidió mudarse con sus hijos a La Habana y aunque reconoce los muchos afectos que esa ciudad le brindó, nunca olvidó su tierra natal a la que necesitaba regresar para “regar sus raíces y hacerlas florecer”.


Por unos 30 años estuvo regresando cada 14 de mayo, fecha de nacimiento de su hijo Henry, y regalaba al niño nacido ese día una canastilla confeccionada por ella misma, costumbre que se convirtió en una tradición del pueblo holguinero que mantuvo hasta el final de sus días al igual que la estrecha relación con todos esos pequeños Henry y sus familias.


Su historia tan singular como su prosa poética le ganó la admiración de muchos de los más importantes intelectuales del momento en Cuba y fuera de ella como Nicolás Guillén, Regino Pedroso, Félix Caygnet, Gabriela Mistral y Emilio Ballagas.


A ella, el movimiento literario holguinero también le debe la pasión con la que organizaba tertulias y promovía el quehacer de los escritores de la ciudad, a través del intercambio con importantes personalidades de la época que llegaban a Holguín por invitación de Marilola X y participaban en veladas que eran organizadas en múltiples espacios como el Hotel Majestic.


“Alondra holguinera” y “Juglareña romántica” fueron algunos de los epítetos que marcaron a Marilola X, extraordinaria guerrera de las letras que forma parte de esos singulares personajes de la historia y cultura de Holguín.

  


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Comentarios  

# Adriana 16-05-2021 18:46
Buenas tardes tuve la dicha de conocer Marilola X por suerte fue mi tía abuela... era una mujer muy elegante y de mucha sabiduría... gracias Claudia por recordarme está bella historia.
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