Calixto García Íñiguez, hombre de armas y deberes
- Por Nelson Rodríguez Roque
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Creyó Lucía Íñiguez Landín en la coincidencia aquel domingo 4 de agosto de 1839. Contaba el periodista Nicolás de la Peña que, “al asomar a la vida” esa mañana el pequeño Calixto Ramón, próximos a su hogar de la calle San Basilio (actualmente Miró), soldados españoles, al compás de la banda militar, iban a misa. Mamita Cía auguró para su hijo un futuro bélico, ratificado con creces durante Tres Guerras en nombre de la independencia cubana.
Al estratega autodidacta, al líder artillero se le homenajeó, este viernes, en la Plaza de la Revolución que lleva su nombre. El Mayor General Calixto García Íñiguez, El León holguinero, autor de una de las cartas más preclara y antimperialista de nuestra Historia, recibió, a 184 años de su natalicio, otra evocación en la tierra por la que muchos combates libró.
El acto, iniciado con la colocación de una ofrenda floral ante el mausoleo donde reposan sus restos, fue presidido por Arelis Marrero Guerrero, integrante del Comité Central y del Buró Provincial del Partido, y otros dirigentes. Allí se estimularon a museólogas que han realizado labores sobresalientes en pos de la conservación del legado del Mayor General y la joven cantautora Marien Hernández estrenó el tema Oda a Calixto García.
“Su presencia fue robusta en cada período de la Revolución. Se mantuvo firme siempre frente a arrogancias e injusticias, y sirvió a la patria hasta su muerte. Al tenaz combatiente lo honramos hoy los aquí presentes, en representación de su pueblo”, manifestó Aymée Cabrera, directora del complejo monumentario de la Plaza de la Revolución, quien recalcó el prestigio del héroe nororiental en las filas del Ejército Libertador, así como su trayectoria de conspirador a jefe militar, en el contexto de contradicciones entre colonia y metrópoli.
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