Por un mundo sin humo

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Está demostrado por investigaciones científicas de profesionales de diversas partes del mundo, que el hábito de fumar cobra un precio considerable en términos de enfermedad, muertes y discapacidad.

Precisamente, en Cuba estudios arrojan que, anualmente, ocurren más de 13 mil defunciones atribuibles al tabaquismo activo, es decir, unos 32 nacionales fallecen, cada día, por esa causa y casi dos cada hora, por la exposición al humo de tabaco ajeno.

De igual manera otras estadísticas revelan que los fumadores requieren mayor uso de la Atención Primaria de Salud e ingresan en instituciones hospitalarias cuatro veces más que los libres de esa perjudicial práctica.

Y si llevamos esos resultados a la provincia de Holguín, vale recordar que hace más de un lustro los tumores malignos están entre las primeras causas de muerte en el territorio y, específicamente, el cáncer en tráquea, bronquio y pulmón ocupan lugar preponderante en ambos sexos.

Datos del Departamento de Promoción de Salud revelaron que de acuerdo con dispensarización a nivel de consultorios, realizada en el 2022, en el territorio hubo un alza en el número de nuevos fumadores, con más de 4 mil 75 y la prevalencia fue de 79 mil 921, para una tasa de 10, 3, cifras que revelan la gravedad del asunto.

Y aunque esos números alarman expertos coinciden en afirmar que existe un subregistro, por la cantidad de cajetillas de cigarros que hoy se venden, tanto en la red de bodegas, como en tiendas recaudadoras de divisas y los nuevos actores económicos.

No obstante, lo más preocupante es el incremento sostenido de adolescente con esta adicción, que se inician unos por estar a la moda, otros por imitar a un artista famoso, algunos por curiosidad, placer y hasta por rebeldía, sin tener conciencia que aquellos que fuman son propensos a consumir bebidas alcohólicas o drogas ilegales, pero peor aún, muchos desconocen las consecuencias que les puede acarrear a su salud ese dañino habito.

De ahí la campaña de prevención del tabaquismo liderada por Salud Pública junto a otros organismos y dirigida hacia los niños de entre nueve y 11 años de edad, a través de la cual se persigue sensibilizar a este grupo etario sobre las ventajas o beneficios de vivir sin fumar.

Tiene, además, como objetivos incentivar el desarrollo de una mirada crítica en torno a los estereotipos que posicionan utilizar cigarrillos como algo atractivo y no tan peligroso, reproducidos por los medios de comunicación; prevenir el tabaquismo entre contemporáneos y personas cercanas y movilizar a la familia y a la escuela en torno a la educación temprana de los infantes, para evitar que se inicien en el consumo, entre otros.

Por eso, de frente a este serio problema y en el marco del Día Mundial sin Tabaco a celebrarse, como es habitual, el próximo 31 de mayo, está en marcha un amplio programa de actividades educativas desde los barrios, centros educacionales y otros escenarios, donde promotores de Salud propiciarán una comunicación interactiva con la población y en especial con los niños y jóvenes, para insistir en los beneficios de no asumir ese mal hábito.

Desde 1988 fue instituida esa fecha por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus asociados, con el propósito de concienciar a gobiernos y la población de los efectos nocivos del cigarro, tanto su consumo como el humo ajeno.

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