Serie Nacional 63: Entre novatos anduvo el juego
- Por Nelson Rodríguez Roque
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“¡Cómo corre ese ‘Bazuka’!”, dijo alguien desde las gradas. “Y ‘Takechi’ se creció”, apreció un aficionado. Les indican trotar tras el partido, mas piden permiso y detienen la prisa. Querían ir y retornar de home al righfield, pero accedieron a hablar con ¡ahora! Christian Onofre y Jesús Quintán, quienes, entre los 18 novatos de la nómina holguinera en la Serie Nacional 63, fueron de los más destacados, inclusive de manera general.
Cuentan que el día que se despidió de sus compañeros de equipo hubo lágrimas en la Eide Pedro Díaz Coello. Onofre partió con 16 años –tiene 22– hacia República Dominicana, estando en categoría escolar.
Había regresado de una preselección nacional Sub-15, de la que lo excluyeron después de haber rendido, y eso le disgustó un poco. “Pero ahora estoy aquí y voy pa’lante”, aseguró el muchacho de la Salida de San Andrés, en la Ciudad de los Parques.
Empezó bateando lo que quiso en la temporada actual; sin embargo, “tuve un declive normal para cualquier pelotero. Me propuse terminar encima de 300 de average y al ver que los números bajaban busqué enfocarme. Contra Mayabeque, un percance en el dogout me lesionó de un esguince en el tobillo grado dos, que me impidió jugar 17 partidos”.
Aquella dolencia lo limitó de entregarse 100 porciento: “No podía exigirme tanto en batazos entre dos o en salir a robo deslizándome en las bases. Recuerdo que, ante Industriales, me sacaron a batear y a la hora de girar el dolor fue fuerte”.
Cuando comenzó la campaña, tenía en mente hacerse de varios robos de bases –igualó la marca entre debutantes el jueves último, quebró la absoluta de un holguinero en un campeonato días antes y su porciento de efectividad fue de .778–, “porque me preparé bien y tengo buenas piernas. Aunque no imaginé luchar el liderazgo o el récord de estafas en una Serie para novatos, empatándolo a 21. A Villa Clara fui con ese último objetivo y salió”.
“He robado la antesala varias veces y, aunque el home es más difícil, no hay nada imposible. De Cuba he observado a Víctor Mesa, en videos de cuando estaba activo, y a Francisco Martínez, el santiaguero, con quien sostuve la pelea por el liderazgo, y en MLB sigo al venezolano Ronald Acuña Jr.”, afirmó “Bazuka” Onofre, quien se desempeña en cualquier jardín, aunque se siente cómodo en el left, donde lo utilizaron de manera regular en el último tercio del calendario.
Se alista mentalmente, previo a cada salida al diamante. Y se mantiene en forma corriendo, yendo al gimnasio y practicando mucho el pretendido por algunos planteles que es bastante probable vayan a la III Liga Élite.
Apenas concluya la Serie, se preparará con vistas a ese evento de concentrada calidad, ya que en Pinar del Río, Sancti Spíritus y Matanzas se ha hablado de sumarlo como refuerzo, atendiendo a su rendimiento y disposición de unirse y aprender.
“Todo no depende de la velocidad –añadió–, hay que saber tomarles el tiempo a los pítchers y desarrollar habilidades en las bases. En ocasiones, los tiros del receptor llegan rápido, pero si te esquivas y mueves puedes evitar ser atrapado. A todos los catchers que les salí les robé al menos una almohadilla”.
Nunca es demasiado tarde...
Un certamen nacional 15-16 años, ocho Series Provinciales y un torneo Sub-23, además de varias Ligas Azucareras, no acababan de convencer a quienes decidían la conformación del equipo Holguín.
“He sacado un poco más de provecho de los lanzamientos y el esfuerzo. Cuando estudiaba en el Fajardo holguinero, observaba a los profesores cómo les explicaban a los muchachos los envíos de rotación. Desde ese momento, todos los días, fui mejorando la de nudillos un poquito más, pues es efectiva”, manifiestó.
“Aunque emplearla lleva entrenamiento riguroso –aclaró–, distinto al de tirar recta o curva, ya que es impulsada con la yema de los dedos. Miraba y miraba al nudillero R. A. Dickey, del cual grabaciones de su paso por Grandes Ligas o el Clásico Mundial”.
Reconoció que siempre quiere demostrar calidad a este nivel: “Pero no es lo mismo pitchear en el estadio Calixto García. Le lancé a un bateador como Yennier Pérez, que en dos strikes y una bola me conectó jonrón en mi primera aparición, por el leftfield”.
Se dijo a partir de ahí que era solo el inicio y todavía quedaba campeonato, “y los profesores hablaron conmigo, para que no me cayera y levantara cabeza. Avancé gracias a Dios y a la confianza de ellos”.
Sí aparecieron en su carrera, agregó, preparadores que opinaron que él, por su baja estatura, nunca sería atleta de Series Nacionales: “No obstante, tuve oportunidad de demostrar que eso no es lo principal, sino el valor, el deseo y el respaldo de tu familia”.
La Liga Élite es otra meta que se ha planteado. “Ojalá y logre asistir, aunque lo fundamental es prepararme para el año que viene y seguir con Holguín. Los entrenadores me han sugerido pulir el control, el windup y el ángulo de salida de los lanzamientos, además de manejar la ansiedad y descansar más”, concluyó.