Conozco historias del pa al pá. Y aunque la sociedad, con su “real academia de la lengua”, generalice y se apoye en que “el monosílabo no se acentúa”, a veces la tilde es necesaria, por lo menos en este caso, en el que, gramática aparte, el sustantivo paternidad asume la acción, estado y consecusión del verbo. 

Vilma, amparada bajo la estrella del talento, la inteligencia y una buena educación, pudo haber escogido muchos destinos grandiosos para su vida. En cambio, tomó el camino, no menos brillante, pero sí más azaroso, de la lucha y el compromiso con la justicia social.

He vivido desde que nací en una zona de guerra, sin bombas ni petardos evidentes. Estudié, me enamoré, parí y eduqué a mis hijos en una plaza sitiada, sometida a un desgaste solapado y continuo. Recibí todo de forma racionada, la leche, la ropa, los zapatos, los juguetes porque era la única forma de que alcanzara para todos.

Dijo Martí: "No estoy aquí para créditos ni fama —sino para salvar la Revolución…” y sabía que la unidad del pueblo, en torno a la Obra, era necesaria.