Tranquila Motta
- Por Flabio Gutiérrez Delgado
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Para los deportes, igual que para las demás actividades sociales, son estos tiempos difíciles. El rebrote de la pandemia de la COVID-19 ha obligado otra vez a posponer o suspender competencias de los distintos niveles, cerrar gimnasios, detener actividades en centros deportivos y cuidar a los atletas en sus casas u otros lugares seguros, porque ahora lo primero es protegernos contra esa enfermedad y en Cuba la salud del hombre es lo primero.
En 1878, con la entrega de las armas en El Zanjón, los hombros de los cubanos cargaban un gran pesar. A pesar de las objeciones, ni siquiera la más valerosa protesta en Baraguá ni los intentos independentistas posterioresalcanzaron fuerza suficiente como para enfrentar el desgaste y las contradicciones tras10 años de una guerra que, aunque repleta de glorias, lastimó también la unidad de una nación e hizo sufrir a sus hijos carentes de libertad.