Somos la Resistencia
- Por Ania Fernández Torres
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Habló por todos Cuba, como en otras ocasiones, ante la Asamblea de las Naciones Unidas, que cumplió este 21 de septiembre su Aniversario 75. Echó otra vez su suerte con los pobres de la tierra y no faltó nadie en su discurso: Colombia, Venezuela,Argentina, Puerto Rico, Nicaragua, Siria, Oriente Medio, Bielorrusia y China, entre otros.
El principal mensaje fue que podemos salvar vidas y compartir lo que somos y tenemos, al precio de cualquier sacrificio y eso es lo que brindamos al mundo desde las Naciones Unidas, organización que surgió después de finalizada la Segunda Guerra Mundial para espantar el fantasma de las conflagraciones, que a la vuelta de estas siete décadas aun amenaza con “vivir” para siempre aquí.
Dijo nuestro presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez que algo muy especial y profundo ha fallado cuando se asiste de modo cotidiano y permanente a la violación de los principios de la Carta de la ONU, muy poco habría que añadirle a esas palabras salvo aquellas que pronunciara el Che Guevara ante este mismo foro en 1964: “Quisiéramos ver desperezarse a esta Asamblea y marchar hacia delante”.
Sin embargo, asistimos al quebranto de diálogos, convenios, cooperación y la legalidad internacional mientras, la que debía ser la más poderosa organización del mundo, aparece maniatada y semidormida ante un orden desigual, injusto y antidemocrático, que pretende convertirse en algo natural e inamovible.
Debo confesar que cada vez que veo este tipo de reuniones, recuerdo el icónico filme de George Lucas “La guerra de las Galaxias”, porque no hay nada más parecido a aquellas escenas donde los ancianos, con sabiduría conciliadora, trataban de encontrar solución a los problemas, el imperio con su poder y la maquiavélica maquinaria geopolítica los incentivaba y un grupo, con más coraje que recursos, representaba la resistencia y tenía el poder de la fuerza del bien de su lado.
Y es que, de forma similar en esa resistencia a las fuerzas del mal, pero en este planeta hay muchos países implicados, como Cuba, que casi desde el Triunfo de la Revolución, pide una reforma para la ONU, que la establezca como verdadera garante de las libertades individuales y colectivas y ha expresadosu voluntad de cooperar para alcanzar este fin, única forma de arrojar luz sobre las tinieblas del mundo convulso que vivimos hoy.
Mientras, el imperio con un nuevo, muy pálido y sin casco DarthVader al frente, continúa autoproclamándose gendarme universal por el poder del dinero y exacerba el odio, el egoísmo y los intereses mezquinos de una minoría poderosa frente a las legítimas aspiraciones de millones de personas.
Nada le ha importado la pandemia a los Estados Unidos, ha suprimido convenios, ha salido de organizaciones internacionales, no le interesa la suerte de los otros, no valida la idea de enfrentar juntos a la Covid-19, el hambre, el desempleo y la creciente desigualdad económica y social entre individuos y entre países.
Hablaba el Ché, en el discurso ante la ONU en 1964, que llegaría la hora en que esta asamblea tendría aún más madurez y le demandaría al gobierno norteamericano garantías para la vida de la población negra y latinoamericana de ese país, norteamericanos de origen o adopción la mayoría de ellos, sin embargo 56 años después, esa madurez aún no ha llegado.
Con tantos problemas dentro de su propio suelo y aun sigue el ataque imperial contra nuestras misiones médicas, el recrudecimiento del bloqueo, el chantaje, el manejo gansteril de algunas organizaciones para tratar de ejercer presión sobre nuestro país, las calumnias, las mentiras y la ya conocida “guapería de lejos” previa siempre a los comicios electorales.
Está claro que le urge al mundo implementar políticas integrales donde el ser humano sea el centro de los análisis y los proyectos del presente y el futuro, y no solo las ganancias. Para demostrar que un mundo mejor es posible habló esta semana el Presidente de la República de Cuba, porque nosotros somos la Resistencia, lo hemos sido siempre, desde aquel 11 de diciembre, que, ante la ONU, en la voz profunda del Che Guevara nos declaramos partidarios de la paz.
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