La prevención
- Por Hilda Pupo Salazar
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Ante el nuevo virus que azota al mundo, con una propagación muy rápida y alta letalidad, recabamos, una vez más, a nuestro pueblo que la mejor medicina, para combatirlo: la prevención.
Ese vocablo significa acción y efecto de prevenir. Se refiere a la preparación para evitar, de manera anticipada, un riesgo, un evento desfavorable o un acontecimiento dañoso.
Si cumplimos con lo establecido por las autoridades cubana, podemos frenar la expansión de la enfermedad y cortar los crecientes contagios. Cada día, en la conferencia de prensa del MINSAP, justipreciamos que las cifras de afectados varían mucho.
Comunidades enteras en cuarentena, aislados, casos vinculados a los ya poseedores del mal, en forma de cadenas, ingresados, sospechosos, en vigilancia, fallecidos, críticos y graves.
Demostramos, con una actitud desafiante en las colas, una pobre civilización, independientemente, de la instrucción. Dicha postura no ayuda a protegernos y contribuimos a la propagación.
El no uso de los medios higiénicos, fiestas, ilegalidades con los alimentos, personas indebidamente en las calles, actuar como si todo fuera normal sin estar en una pandemia mundial son algunos de esos actos negligentes, contrarios a los enormes esfuerzos gubernamentales.
Las condiciones de la nación y su voluntad política ante el COVID-19 recaban de más disciplina y responsabilidad de cada quien. Con mayor acatamiento a lo orientado, para evitar cualquier propagación de la pandemia.
Debemos tener conciencia que en la medida de mayor colaboración a lo ya planificado, podemos cortar este cruel padecimiento, si seguimos siendo indolentes el final se alargará.
Es muy difícil para Cuba, sometida a un bloqueo yanqui recrudecido, a pesar de la situación especial, utilizar sus pocos recursos tanto de la Salud Pública, como alimentarios o todo los restantes, que permiten el funcionamiento de un país, para cuidar al pueblo y tener como respuesta, en determinados sectores de la población, un comportamiento tan nocivo e imprudente.
El agradecimiento vale y lo contrario es total ingratitud. Para este país sería mucho más fácil desatenderse de las carestías de las mayorías y, que cada quien resuelva por su cuenta, pero nuestro Sistema Social humanitario no lo permite nunca, ni deja abandonado a ninguno de sus hijos, en cualquier circunstancia.
Comentarios
Aun veo grupos de 5 o 6 personas bebiendo alcohol sin naso y por supuesto hablandose a distancias inferiores a 20 cms y con intensidad de sonido superior a 200 db( esto es record de bomba atomica), fiestas callejeras, exceso de colas, bicis deambulando por el hospital Lenin a la caza de un necesitado( imaginense los precios)
se requiere de mucho más que el llamado de conciencia de las personas, de la comisión de indisciplinas sociales sin una réplica de medidas contundentes al respecto, Cuba necesita volver a la normalidad, continuar restableciendo su economía, retomar todos los programas que son del pueblo y para el pueblo con el propio afán del pueblo, y la mejor manera está en superar las etapas con disciplina, con la urgencia en el cumplimiento de las medidas a la normalidad, con la participación voluntaria y consciente en la producción de alimentos, somos cubanos, martianos por naturaleza y convicción, amamos ésta Revolución y nuestros dirigentes, pero la hora de agradecer a la Patria, llegó.