Papel de la burocracia o la burocracia sobre el papel
- Por Yenny Torres
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¿Quién no ha tenido que sacar una certificación de nacimiento para hacer cualquier proceso vinculado con el cambio de teléfono, el gas licuado, en la empresa eléctrica, vivienda…? ¿A quién no se le ha pedido este escrito junto al de defunción de la misma persona? Tal parece que la visita al Registro Civil (RC) es un “pasa día” casi obligado para toda la población, incluso, para realizar trámites en los que algunos documentos resultan innecesarios.
Muchas veces los organismos no se apoyan en el carné de identidad, que es nuestra identificación y contiene datos que facilitan y forman parte de la certificación de nacimiento: nombre de la persona, de los padres, lugar donde nació, el registro donde fue inscripto, tomo y folio.
Mediante Lídice Irasema Cruz Figueredo, jefa de la actividad registral en Holguín, se conoce que “entidades como el Banco no usan las normas sacadas por el Ministerio de Justicia, las cuales le justifican legalmente actuar sin necesidad de acreditar o realizar procesos de subsanación; tal es el caso de los estados conyugales, por ejemplo, donde las entidades bancarias mandan al usuario a hacer la subsanación de error, por si la persona ya no es casada, sino divorciada; esto carga al registro”.
En el año recién concluido en aras de mejorar el sistema de trabajo del RC, se logró digitalizar y llevar a la base los datos de dos municipios, Frank País y Rafael Freyre; cuestión que se extiende al 2020, con el propósito de cerrar en el primer semestre el de Báguanos y Calixto García. Ello agiliza los procesos.
La provincia de Holguín cuenta con 21 registros, con cinco mil 658 tomos, lo que equivale a más de dos millones de inscripciones por introducir al SIREC (Sistema Informático del Registro del Estado Civil). Es uno de los territorios donde se tramitan más subsanaciones y recepcionan más solicitudes.
La apertura de una unidad registral en el Hospital Lenin para inscribir todos los niños que nazcan allí sirve para lograr de primera instancia una documentación perfecta y evitar errores en el futuro. La idea, según explicara Cruz Figueredo piensa extenderse a otros hospitales como el de Moa, el segundo donde se realizan más partos en la región, y posteriormente al de Mayarí y Rafael Freyre.
“Hoy no contamos con el servicio de excelencia que queremos, porque muchas veces los usuarios tienen que venir reiteradamente para satisfacer sus necesidades. El sistema nuestro todavía no está en una plataforma digital nacional, donde se pueda tener acceso a todos los registros del país, por eso ante las solicitudes de otra provincia se nos hace moroso: porque no se responde en el término, no se responde, o el registrador no lo ve. Desde ese punto de vista estamos maltratando al usuario. En caso de no tener respuesta por el sistema hacemos llamadas telefónicas, pero todavía no es suficiente y la población no está satisfecha”, considera la especialista.
Un buen punto de partida para estos temas está en la revisión de los documentos, cuando nace un niño, se concilia matrimonio o fallece la persona. Muchas veces el problema está en las declaraciones que hace la misma persona al registrador. Una ojeada minuciosa permite que antes de salir de la institución se realicen las rectificaciones o aclaraciones, que evitan más adelante las subsanaciones de errores.
La actividad registral tiene el carácter de lo útil y lo complejo, por lo engorroso que resulta, tanto para sus profesionales como para la población, prescindir de papeles innecesarios libra de muchas preocupaciones. Es una cuestión a tomar en cuenta por varios organismos, pues a veces buscando más respaldo documental se cae en excesos y se originan trámites burocráticos. El tema no está “sobre la mesa”, sino en el papel, aunque bien cabe digerirlo.
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