Valores patrióticos desde el aula
- Por Hilda Pupo Salazar
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Ojalá todas las clases, donde incluyan el patriotismo, fueran iguales que las de Historia dadas por Manuel, el docente de la novela cubana Entrega, dirigida por Alberto Luberta Martínez, quien imparte lecciones motivadoras y atrayentes, con el principal objetivo de que sus alumnos aprendan, aunque no respeta mucho la metodología tradicional.
En la escena de la reunión de padres sale el tema de la música de Silvio Rodríguez, introducida por el profesor de marras, dentro de su turno, al justificarlo defiende: “Busco despertar sensibilidades”.
Manuel sabe que la canción es una puerta abierta para otros asuntos; por ejemplo, los valores son muy difíciles de tratar, porque exigen de perseverancia. El amor a los elementos que identifican al país, aun cuando no mencionemos hablar sobre el patriotismo, debe comenzarse desde las primeras edades.
No se puede decir: Hoy vamos a enseñar patriotismo, porque esa es una labor de tiempo e inteligencia y, además, circunscribirla a una asignatura en específico no es correcto, todo el claustro tiene esa responsabilidad, porque hablamos de algo vivido por los seres humanos por la tierra natal o adoptiva ligados por los afectos, cultura e historia.
Es el equivalente del sentimiento colectivo de una persona por pertenecer a una familia y a una nación. Un verdadero patriota jamás se unirá a un país extranjero para humillar a su propia tierra. Nunca hará suyo ideales que no respeten la idiosincrasia de su propio pueblo.
En Cuba, aparte de los tres símbolos patrios, figuran entre los elementos identitarios: el tocororo, palma real, mariposa, José Martí, Nicolás Guillén, el danzón y la pelota, como ave, árbol, flor, héroe, poeta, baile y deporte nacionales, respectivamente.
Por ejemplo, singulariza a Holguín con La Periquera, Loma de la Cruz, el burro de Mayabe, Ciudad de los Parques, la Tierra del Níquel el Coloso Urbano Noris, con sus cuatro chimeneas, por citar algunos argumentos.
Dijo Eusebio Leal, historiador de La Habana, que “no concibe utilizar la Bandera en un simple márketin (en delantales o manteles) y aunque puede haber infracción, considera de alto sentimientos cuando los atletas, en eventos internacionales del deporte, exhiben el estandarte, para reafirmar sus sentimientos patrios.
Lo primero, para sensibilizar a un estudiante con sus símbolos, es que conozcan la historia de ellos y no de manera automática. Intensifiquemos el conocimiento del patriotismo, para que las nuevas generaciones sientan orgullo de los elementos identificativos de este Archipiélago. Padres y profesores tienen la palabra.
Comentarios
Desde hace mucho tiempo abogó por utilizar métodos alternativos para enseñar la historia e inculcar valores patrióticos, sobre todo en las nuevas generaciones.
Mis felicitaciones para Alberto Luberta y para Hilda Pupo Salazar.
En la novela, referente a la parte del preuniversitario, se muestran elementos que hace muchos años no se usan, como el término de cátedra, por solo citar un ejemplo, o se está haciendo una crítica a lo mal hecho en el sector educacional o no revisaron bien esos elementos, de todas formas pienso que la novela ha despertado el interés y análisis de los pedagogos cubano.