#nacidosparaserfelices

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dia de los niñosFoto: Cubadebate
 
Para esta verdad no tengo un emoticono ni un hashtag, solo mis palabras clave: infancia, felicidad y futuro. Si fuese a relacionar un enlace sería alguno en que se pudiera descargar la convención de los derechos de los niños y las niñas. Si pudiera escoger una red social donde viralizarlo, lo haría de mano en mano con mis coetáneos: padres millenials que se enfrentan hoy al reto feliz de la educar al porvenir.

Como los estudiosos no parecen ponerse de acuerdo, la de estos pequeños puede ser reconocida tanto por el apelativo de generación Z, como Touch. Pero todos coinciden en cuánto les marca lo digital.

Mientras tanto, ellos no esperan por un nombre para ser auténticos, y antes de gorjear saben ya desbloquear el móvil de mamá; sin deletrear ni las vocales encuentran las carpetas en cualquier archivo de una computadora; se hacen selfies desconociendo el mecanismo casi mágico por el cual nacen las fotos, pues han nacido en una era donde no es urgente enterarse de dónde salieron las cosas, sino que hay que saber cuál es la más reciente y aprenderla a usar.

Y si piden tener un celular cuando apenas han empezado a ir a la escuela, o dominan el tablet como cualquiera de la generación Y empinaba un papalote o saltaba una suiza, no es porque su código genético trajese el microship de entender mágicamente las pantallas táctiles: es la exposición a estos dispositivos desde edades tempranas, el innegable atractivo y seducción de las tecnologías de la informática y las comunicaciones, y porque como la generación perdida del siglo XIX o los del baby boom de la postguerra, todos hemos sido más parecidos a nuestros tiempos que a nuestros padres.

Ellos son herederos de los millenials, lo cual parece un reto incontrastable. No nos sorprenda entonces que sus pulgares parezcan hiperarticulados para “textear” en los smartphones, que armen un zapya party con más emoción que un come-cake para un amigo, que sean independientes, autónomos, seguros, y dicen algunos que con dificultades para las relaciones interpersonales y un tanto despreocupados.

Antes de colgarles etiquetas, encerrarlos en años de surgimiento y cierre como si de la fecha de embalaje y caducidad se tratase, aprendamos de lo que tienen que decir, de su visión de la sociedad. Ahora que son niños mostrémosles como ser mejores personas para las generaciones que vendrán, tratemos de legarles un ciberespacio seguro; un país con oportunidades infinitas para ser felices; un continente pacífico y un planeta que no agonice. Hagamos todo eso, aunque sea por wathsapp, pero si es de frente mejor.

Porque todavía en sus ojos tiene el mundo un espejo sin trucos, un lugar donde verse con toda la honestidad que no pueden los perdidos en las conveniencias, el quedar bien, cuando la asertividad se pierde ante la supuesta adecuación que dicen otorga la madurez. Nada se tuerce o trastoca reflejado en el iris de un niño, y si te mira con suavidad puedes dormir tranquila, sentirte orgullosa, abrazada por su cariño franco; pero si mira con desdén, desprecio o miedo entonces debe una revisarse, examinar lo hecho, plantearse un cambio, una limpieza de espíritu, porque solo un niño puede ver y decirlo sin ambages ni filtros de Snapchat, hasta ahora.

 
Liset Prego Díaz
Author: Liset Prego Díaz
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Yo vivo de preguntar… porque saber no puede ser lujo. Esta periodista muestra la cotidiana realidad, como la percibe o la siente, trastocada quizá por un vicio de graficar las vivencias como vistas con unos particulares lentes

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Comentarios  

# Rosaida Marrero Rodríguez 21-07-2019 11:56
Los niños son siempre lo más auténtico, por eso nuestro Martí dijo : Para los niños escribimos porque los niños son los que saben querer.
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