Cuando los elefantes luchan
- Por Ania Fernández Torres
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Pensé que era un chiste, de esos que pululan en las redes. Las primeras fotos que me llegaban eran de un loquito disfrazado de bisonte, otro con los pies sobre el buró de Nancy Pelossi, de un emulo del Joker cargando suvenires y cientos de spiderman trepando por los muros de la mismísima Casablanca, en el corazón de la democracia Made in USA.
Cuando agencias de noticias serias comenzaron a informar sobre el asalto y las cuentas de Twitter y Facebook, de importantes personalidades norteamericanas, reportaron los sucesos protagonizados por la turba desenfrenada de seguidores de Donald Trump di crédito al asunto insólito de que, tan fácilmente, se pudiera invadir el lugar más protegido de la Unión.
La punta del iceberg se vislumbra en comentarios como los de Alyssa Milano, actriz e impulsora del movimiento #MeToo, quien expresó: "¿Por qué se sorprenden de que esto esté sucediendo? Desde hace meses hemos venido diciendo que él (Trump) incitaba a la violencia."
Mientras el cineasta Michael Moore aseveraba que los terroristas de Trump entraron en el Capitolio sin enfrentar resistencia. “La Guardia Nacional no está en camino. Hay disparos. La turba está armada", opinó en su cuenta de Facebook, asombrado, como el resto de los norteamericanos que contemplaban, en su tierra, imágenes parecidas a los habituales reportes de sus televisoras sobre “los oscuros rincones del planeta”.
Este viernes fuentes de la cadena CNN confirmaron que el presidente electo, Joe Biden, no tiene intención de alimentar, por el momento, una persecución contra Trump, y que los líderes del Partido Republicano tampoco van a invocar la Vigésimo Quinta enmienda, que facilitaría la sustitución del mandatario por incapacidad aunque, los demócratas hacen correr un borrador de ‘impeachment’ y su jefe en el Senado pide echar de inmediato al presidente.
Lo cierto es que, después de este fatídico miércoles, históricos aliados del presidente Donald han tomado distancia o directamente han roto con él, desde legisladores del Partido Republicano hasta miembros de su propio gobierno, quienes han dicho "basta ya" e incluso el propio presidente reconoció este jueves, por primera vez, explícitamente, su derrota en las elecciones de noviembre, al afirmar :"una nueva Administración será investida el 20 de enero".
Además de una cadena de dimisiones en el entorno de Trump, los hechos del 6 de enero marcaron, sobre todo, el creciente aislamiento en el que se encuentra el presidente. Sus más fieles aliados en el Partido Republicano, el vicepresidente, Mike Pence; el líder del Senado, Mitch McConnell, y el senador por Carolina del Sur, Lindsey Graham, terminaron por darle la espalda en su intento de revertir el resultado de las elecciones del 3 de noviembre y tendieron digamos que “una rama de olivo” a sus colegas demócratas.
No obstante, en el mismo video el mandatario saliente repitió a sus seguidores: “También quiero que sepáis que nuestra increíble aventura no ha hecho más que empezar” y sin sacar la expresión de contexto porque fue dicha justo ayer, más que una promesa, creo que, constituye una amenaza, dicha con la misma demencia solapada con que, supongo, Nerón decidió quemar Roma y Calígula nombrar senador a un caballo.
En menos de 24 horas se han producido varias dimisiones en la esfera del gobierno de Trump y en el entorno de la primera dama. Las más destacadas han sido las renuncias de la secretaria de Transporte, Elaine Chao, y la secretaria de Educación, Betsy DeVos, ambas alegaron estar en desacuerdo con la táctica de Trump de "echar leña al fuego entre sus seguidores".
Aunque en un primer momento, lo confieso: mea culpa, quise tener a mano muchas rositas de maíz para sentarme a mirar el alucinante fenómeno, al estilo del árabe plantado a la entrada de su tienda a la espera de ver el cadáver de su enemigo pasar, leer en twitter mensaje como los de Pink, cantante norteamericana con más de 32 millones de seguidores, me hizo reflexionar.
La joven dijo: “Como ciudadana estadounidense, hija de dos veteranos del ejército y hermana de otra, me avergüenzo de lo sucedido. Borregos hipócritas y antipatriotas que han tomado un refresco envenenado. Es un día triste para los Estados Unidos”, ahí recordé el viejo adagio africano lleno de sabiduría ancestral que dice: “cuando dos elefantes luchan es la hierba siempre la que sufre”.