Las barreras del bloqueo a Cuba
- Por Yanela Ruiz González
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Adriana toca. Palpa todo para percibir lo que le rodea. Se orienta y entiende. Desde los seis meses de nacida su vida cambió por completo. Otra fue la rutina impuesta por una enfermedad que dejó en penumbras el mundo de la pequeña. Un retinoblastoma detectado en aquel entonces la privó de su capacidad visual, mas no ha podido cegar sus ansias de crecerse en la vida.
Ania, su mamá, agradece mucho a los de las batas blancas que la acompañaron en este trance y de quienes recibió siempre la atención y el mejor de los consuelos. De conjunto lograron rebasar los días difíciles, las terapias con medicamentos muy costosos, los que nunca le fallaron a pesar de hostiles políticas que impiden la adquisición de productos y fármacos en mercados más cercanos.
Hoy Adriana forma parte de la matrícula de 110 escolares de la Escuela Especial La Edad de Oro del municipio de Holguín, donde convive la mayor parte del tiempo. Con ayuda de las docentes y auxiliares y el apoyo de la familia, en especial su mamá, descubrió las maravillas de saber leer y escribir con la técnica del punzón y la regleta.
Adriana aprende y se prepara para la vida social. Actualmente cursa el quinto grado y desde ya se propone metas. Su gran deseo, a la altura de sus 12 años es ser abogada. Pero no entiende por qué su sueño se ve limitado a causa de una cruel política extranjera a la que llaman bloqueo económico, financiero y comercial, de la que ha oído hablar a sus maestras por las consecuencias que tiene en su aula, al no contar con una máquina Braille que le favorezca avanzar más en sus propósitos.
Como Adriana, otros niños con necesidades educativas especiales sienten las crueldades del bloqueo, impuesto a Cuba hace más de 50 años, aunque apenas sepan su significado. Elizabeth Laguna Estrada, directora de “La Edad de Oro”, refiere que antes los efectos negativos de esta política en la adquisición de medios de enseñanza y materiales necesarios los docentes han buscado alternativas.

“Tenemos que desarrollar actividades para atender las tres especialidades que acoge el centro: visual (niños con baja visión, estrábicos ambliopes y ciegos), sordos e hipoacúsicos y trastorno del lenguaje y no contamos con los medios sofisticados. Por ejemplo tenemos una sola máquina braille, que fundamentalmente se usa para actividades generales, y no individuales como debía ser. También nos dificulta el no contar con el material adecuado para la realizar la oclusión en los niños estrábicos ambliopes. Usamos otros métodos, pero son menos eficientes”, dice.
Al respecto Mayelín Leyva Lorenzo, metodóloga provincial de la enseñanza comenta que la provincia cuenta con 28 escuelas en la Educación Especial, 24 que atienden la discapacidad intelectual y cuatro de otras especialidades relacionadas con autismo típico y trastorno del espectro autista, retardo en el desarrollo psíquico, trastorno en la conducta y las discapacidades sensoriales.
“De forma general atendemos una matrícula de más de 3 mil 500 estudiantes en el territorio holguinero, en su mayoría de la discapacidad macro que es la intelectual. Cada año el país destina un presupuesto millonario para la atención a estos infantes, su compensación, inclusión e integración social, teniendo en cuenta sus necesidades y potencialidades para que ellos puedan desempeñarse como seres sociales independientes en la sociedad”, indica.
Sin embargo, ¿cuánto más pudiera hacerse con ese presupuesto si no sufriéramos los rigores que impone el bloqueo?
“Nuestros procesos no se detienen pero sí exigen de una mayor creatividad de los maestros y agentes educativos para sustituir las carencias. Precisamente una de las afectaciones más recurrentes están en los aditamentos que en lo individual cada escolar necesita para lograr una compensación y corrección más efectiva y exquisita, en este caso se ve reflejada la discapacidad auditiva y visual, teniendo en cuenta las máquinas braille y el uso de prótesis visuales y auditivas”, acota.
Refiere la especialista que los niños cuentan con aditamentos pero no todos están cubiertos con los de alta tecnología.
“Si pudiésemos comprar estos dispositivos en mercados más cercanos se adquiriría más tecnología a precios razonables; hoy nos cuesta el triple de su valor debido a las obligaciones comerciales impuestas por Estados Unidos. Por ejemplo un implante coclear asciende a más de 25 mil dólares en el mercado internacional”, agrega.

Pero no solo la enseñanza Especial se ve limitada por las imposiciones comerciales y económicas del bloqueo. El desarrollo de asignaturas como la Educación Física, también se resiente con las estipulaciones absurdas de una política caduca, que constituye una flagelación a los derechos humanos de una sociedad completa.
En un área del seminternado Fernando de Dios Buñuel, el MsC César Zaldívar Arzuaga, profesor de Educación Física, imparte su clase a pioneros de segundo grado. Dinamismo, entrega en el terreno, preparación y deseos provocan el disfrute de los pequeños, quienes literalmente gozan la clase y cumplen los objetivos sin reparar en los “malabares” que ha hecho su “profe” para desarrollar las actividades.
Saltan, lanzan pelotas, corren. Realizan cada una de las técnicas con implementos alternativos y rudimentarios que llaman la atención. Arzuaga comenta que son innovaciones de los mismos profesores. Él por ejemplo, ha tenido que salir en busca de recortes de madera, cartón, tubos de condulet, entre otros materiales para elaborar medios de enseñanza o implementos que le permitan realizar las técnicas con los muchachos en el terreno.
“Tenemos carencias de implementos sofisticados. En su lugar utilizamos los que elaboramos con nuestro propio esfuerzo. Así creamos a partir de diferentes materias primas varillas para saltos de altura, usamos los forros de cartón de los tubos de lámpara en la demarcación del terreno, desarrollar el equilibrio de los niños y para formar el cajón de salto; con recortes de cartón hemos confeccionado figuras geométricas y la dianas; los pedazos de manguera los hemos utilizado en hacer aros para que las niñas puedas hacer los ejercicios.
“Son disimiles los medios que creamos. De poliespuma hemos hecho balones para trabajar elementos del voleibol o técnicas del pase y el tiro al aro en el baloncesto. La clase cumple el objetivo y los niños desarrollan hábitos, habilidades y capacidades físicas que contribuyen al desarrollo morfológico del individuo como tal, pero si contáramos con los medios e implementos adecuados pudiéramos enriquecer y desarrollar la técnica del ejercicio más completa”, señala.
Adquirir implementos deportivos en el mercado internacional entra también en el entramado mecanismo comercial que señalan las leyes y políticas norteamericanas aplicadas para quienes comercian con Cuba.
Las vivencias de la pequeña Adriana y el profe César son apenas unas de las tantas que pudieran contar los holguineros, ya sea en el sector educacional o en otros. Exigir el cese del Bloqueo por muy reiterativo que parezca, constituye una fuerza propulsora para lograr su total eliminación.
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