Las brisas de la animación en Guardalavaca
- Por Rosana Rivero Ricardo
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Henry Amet Morgado Moreno. Fotos: Perfil de Facebook del entrevistado.Sus días comienzan a las seis de la mañana. Está de más programar la alarma de su teléfono. Par de pataditas en su panza de papá estrenado hace seis años y con dos de experiencia mediando en las atenciones a la parejita de niña y niño, bastan para hacerle saber que ha comenzado su día que no terminará hasta la medianoche.
Mamá le da el desayuno a uno. Papá le da el desayuno a la otra. Mamá recoge un poco la cocina, prepara las cosas del círculo, se arregla y se va en bicicleta hacia el hospital a recibir la guardia. Papá lleva a los pequeños al círculo y luego se va a la carretera. Brazo perpendicular al cuerpo. Para él, a esas horas, la mejor botella no es la de cerveza “Cristal”, sino a aquella que lo lleve hasta el Hotel Brisas Guardalavaca.
Henry Amet junto a su familia.Allí, Henry Amet Morgado Moreno, laboró por dos años como supervisor y hace tres se desempeña al frente del equipo de animación, uno de los más reconocidos en el polo turístico holguinero.
“Llego al trabajo y superviso que no hayan quejas del día anterior, que todas las áreas estén organizadas y dispuestas para su apertura. Caracterizo a mi equipo de seis animadores para ubicarlos en las distintas áreas, según su estado de ánimo.
Henry junto a su equipo de animación en jornada dedicada a Canadá.Valoro el tipo de clientes que tenemos. Si el día anterior fue muy activo desde el punto de vista de la animación, planifico una jornada más pausada. Trato de lograr un equilibrio para no cansar o aburrir al cliente. Arrancamos a la diez de la mañana, con una actividad cada media hora”.
Con el ajetreo de cada jornada en la que también hay planificadas reuniones a las diez de la mañana, dos y cuatro de la tarde para verificar que todo marche según lo planificado, a Henry se le olvida hasta almorzar; pero jamás el oficio más lindo del mundo: su paternidad.
Siembra de árbol por clientes repitentes en el Hotel Brisas Guardalavaca.Por eso, se le puede escuchar llamando a casa a ver cómo están los bebés y preguntando, casi al unísono, dónde está el DJ. Por Whatsapp pregunta a su esposa si ya comieron a los niños y en vivo indaga a su equipo si ya el talento pasó por el comedor. Por video llamada le pregunta a ella cómo le fue su día en el hospital y cómo le va en la casa con los niños y a su equipo de animación dónde será el espectáculo y dónde montarán la discoteca.
Así son los días en que se marcha a la medianoche del hotel, que pueden ser uno o dos a la semana. Casi siempre sale a las cinco, para dedicarse a su familia. Si se le va la guagua del trabajo, entonces vuelve a “empinarse de la botella” para regresar al hogar.
Noche romana en Brisas Guardalavaca.“En esos días, para irme con la conciencia tranquila, tengo que dejar el guion listo de todo lo que sucederá: ¿a qué hora empieza y termina el show?, ¿cuántos artistas van a participar?, ¿qué números van a hacer?...
“Es una vida muy agitada, pero me encanta lo que hago, sobre todo, porque lo mejor del Hotel Brisas Guardalavaca es su capital humano, su talento. Mi labor al frente del equipo de animación es tratar de que cada uno de ellos saque lo mejor de sí para lograr nuestro máximo objetivo que es hacer felices a nuestros clientes para que en verdad sientan al hotel como su segunda casa, como reza nuestro eslogan y ser felices nosotros haciendo nuestro trabajo. Una persona feliz, siempre va a tener resultados satisfactorios en su labor”.
Actividades dedicadas al sector infantil.Henry pensó que diseñaría softwares cuando le dio por estudiar en la Universidad de Ciencias Informáticas, en La Habana, cuando egresó de la Vocacional José Martí. La lejanía de los suyos lo impulsó a regresar. Las “curvas” de la vida lo llevaron a estudiar Derecho; pero ya había girado para siempre hacia la animación. Pasó cursos de la especialidad, de inglés, de salsero…
Henry piensa ahora en diseñar espacios cada vez más exclusivos y diversos para satisfacer los intereses de los distintos clientes:
Noches blancas en el Hotel Brisas Guardalavaca.
“Tenemos varias muestras temáticas, logradas con el trabajo en conjunto de nuestro equipo de animación con compañías y artistas de la provincia de Holguín como Recrearte, Circo Dreams, Aires Caribeños, solistas, guitarristas… Tenemos las Noches Blancas, la Cubana, la Romana; todas tematizadas a partir del vestuario de los artistas y parte del personal del hotel, el diseño general del espectáculo y hasta del menú de ese día.
“Realizamos desayunos a orillas de la playa especialmente para nuestros clientes repitentes y creamos una zona VIP, con privilegiada posición entre la piscina y la playa, con servicio de mayordomo para ellos. Tienen la posibilidad también de participar en la siembra de un árbol como huella de sus visitas, que podrán ver crecer en sus sucesivas estancias en Brisas y con lo cual contribuimos a la protección del medioambiente.
Fiesta de la Cubanía en el Hotel Brisas Guardalavaca.“Reinauguramos ahora nuestra Sala de Juegos. Mantener nuestra condición de hotel con uno de los mayores índices de repitencia del país es nuestra mayor motivación”.
El momento preferido del año de Henry en el hotel es el día del aniversario de Brisas Guardalavaca. “Es un carnaval”, dice, “Una fiesta desde que te levantas hasta que te acuestas”. Le gusta diseñar cada detalle, contar con bastante talento, y disfrutar del resultado final en escena.
Festejos por el aniversario 28 del Hotel Brisas Guardalavaca.
Este noviembre han sido tres días de espectáculos, precedidos de jornadas de estrés y organización meticulosa de cada detalle. Este noviembre ha sido de ser papá a distancia y enfrentar los sentimientos de querer estar en casa, con los de satisfacción profesional, porque ama su trabajo y “lo seguiría haciendo hasta que se seque el malecón”.
Pero mucho más disfruta el espectáculo de regresar a casa, donde su esposa baña a los niños y él cocina o viceversa, donde se duerme a las once de la noche, cansado y sin fuerzas casi para hablar y se despierta a las seis con par de pataditas en su panza de papá, antes de irse, en botella, al trabajo.
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