Enamorado de la cultura
- Por Heidi Calderón Sánchez
- Hits: 3779

Mantener la mirada firme en los propósitos ha sido el secreto de Ronda, unas veces con el ceño fruncido y la voz grave, otras con una sonrisa, el cigarrillo humeante entre los dedos y el hombro firme para mantener el rumbo vertiginoso que requieren la consumación de la cultura y el arte.
Una trayectoria laboral de 50 años, vinculada mayormente a cargos de dirección en el sector de la cultura, ha tenido la última palabra, “alguien me dijo, tú vas a aprender y vas a ser productivo”, cuenta, mientras busca los recuerdos lo más relevante que han marcado su tiempo.
“Cuando llegué, en el año 1984, provenía de dirigir escuelas en el campo en San Andrés y el choque fue muy duro, me dieron la tarea de asumir como director de la Casa de Cultura Manuel Dositeo Aguilera y yo dije ʻpero si no sé bailar, no sé pintar, no sé cantar… ¿Qué hago aquí?ʼ”
Asegura que sus desvelos están vinculados al trabajo, que se ocupa, además, de facilitar momentos de distracción y contacto con el arte a los que no son creadores propiamente. “Me interesa que mis trabajadores tengan la posibilidad de visitar el Teatro, de conocer a músicos, ir a una peña y salir de su ambiente cotidiano”.
Se define como un promotor de cultura más que un dirigente, hace énfasis en que su labor fundamental ha sido la de allanar el camino para que transiten otros, desde posiciones que han exigido dedicación y esfuerzo.
Actualmente, se encuentra al frente de la Unidad de Apoyo a la Actividad Cultural (Upaac), y asegura que desde allí tiene mucho por construir. “Cuando miro hacia atrás, me reconforta haber dejado una huella; he tenido el privilegio de fundar varios centros culturales, como el Venga la Esperanza, en Alcides Pino, otro en la comunidad de Oscar Lucero, donde antes había un albergue; también el Casiguaya, detrás de la Loma de la Cruz y la Casa de la Poesía, que era el mejor uso que se le podía dar al hogar de Lalita Curbelo”.
Para muchos es imposible pensar en el paseo de carrozas del Carnaval holguinero sin recordarlo en su ajetreo organizativo, con walkie-talkie en mano, al tanto de todo. “Hice 19 carnavales, un trabajo arduo, de mucha dedicación, la cultura ha absorbido mi tiempo”.
Recientemente, Ricardo Ronda Chacón fue reconocido con el Sello conmemorativo 80 Aniversario de la Fundación de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC): “Esta medalla yo tengo que partirla en muchos pedazos”, aseguró ese día, “porque solo no hubiera llegado hasta aquí, es imposible ser tan guerrero”.
Durante su gestión, la Upaac de Holguín ha sido considerada como la mejor de su tipo en el país, y además ha destacado por los resultados de las 16 unidades vinculadas a ella administrativamente, que muestran una contribución plausible al desarrollo integral del territorio.
Estos resultados positivos se derivan de un conjunto de acciones que incluyen trabajos voluntarios, donaciones de sangre, un empleo acertado del presupuesto y la adecuada atención a los trabajadores, entre otros ejemplos motivados desde el liderazgo. Para Ronda no hay más futuro que el trabajo: “A la cultura me debo - afirma - de ella estoy enamorado”.