Lola sigue siendo Lola
- Por Alionuska Vilche Blanco / estudiante de periodismo
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María Dolores Domínguez Escalona, Ingeniera Mecánica, Máster en Ciencias Técnicas y Diplomada en Gerencia Empresarial, es una dirigente sindicalista auténtica. Esta mujer originaria de Velazco, Gibara, pero que hoy reside en el municipio cabecera, desempeña una labor ardua y significativa como Secretaria General del Buró Provincial del Sindicato de Trabajadores de Industrias. En varias ocasiones ha sido Vanguardia Nacional, distinción Florentino Alejo, medalla Jesús Menéndez y ahora recibe la Orden Lázaro Peña de Tercer Grado. Muchísimos años como dirigente sindical demuestran la valía, entrega y deseo suyo de hacer y de amar.
Sus dotes como madre, abuela y trabajadora enérgica y feliz, se extienden a sus relaciones interpersonales, su equipo de trabajo, los cuadros administrativos y demás trabajadores afiliados. “Tengo una familia chiquita compuesta por mis hijos, mi nieto y mi esposo, y una familia grande compuesta por los centros de trabajo que atiendo”, confiesa Lola.
¿Un dirigente sindical nace o se forma?
Puede formarse, pero hay cualidades y actitudes imprescindibles que la persona debe tener. Primero la empatía y el respeto, es necesario siempre ponerse en el lugar del otro. El amor a los talleres, al olor de la tela, las máquinas, al papel periódico hay que llevarlo dentro. Los talleres son la casa de uno. Por otra parte un dirigente sindical debe estar actualizado y buscar el conocimiento constantemente; ser confiable para lograr que los afiliados crean en él; vincularse a los centros de trabajo para saber qué piensan y cómo se sienten los trabajadores y los directivos y además tener la capacidad para guiar a los asociados. El deber es ser líder.
¿Su opinión sobre el papel de las mujeres en el ámbito sindical y cómo ha promovido la equidad de género?
Creo que la experiencia de las féminas con los hijos y su delicadeza constituyen un valioso aporte a la hora del diálogo y la ayuda a jóvenes y a otras madres trabajadoras. En el ámbito sindical las mujeres asumen un papel significativo en todas las esferas al igual que los hombres, se complementan. Reconozco la labor de ambos.
¿El principal desafío al que se ha enfrentado en el ejercicio de su cargo cuál ha sido?
El mayor desafío fue durante la COVID-19. Asumimos diversas tareas en el hospital Clínico Quirúrgico, Zona Roja en aquel momento, desde limpiar áreas verdes, hasta el arreglo de algún artefacto. Soy diabética, hipertensa y asmática. Tuve miedo, como muchos, pero el amor y el deseo de ayudar tuvieron mayor peso. Cada vez que llegaba un carro con oxígeno de la Industria de Gases de Santiago era una victoria para nosotros aunque no fuera esta de la provincia de Holguín. Cumplimos nuestra misión allí y hoy nos sentimos orgullosos y profundamente felices de haber colaborado. Nos llevamos de ese lugar el cariño de personas a quienes pudimos ayudar desde nuestra posición y eso es lo más importante.
¿Cuáles cree que son los mayores retos que actualmente enfrentan los trabajadores de la Industria, en medio de los actuales escenarios económicos en nuestro país?
El bloqueo no es una consigna es una realidad. Existen grandes carencias de materiales en nuestras industrias. Tenemos dos retos importantes: que ningún empleado se quede sin trabajo y afiliar a Mipymes y otras formas de gestión empresarial. No puedo dejar de mencionar la inclusión de los jubilados que siempre tienen algo que aportar y más ahora que es necesario innovar y educar. El sindicato tiene la alta responsabilidad de que incrementar la productividad sea el compromiso de los trabajadores, hacerlos parte del ahorro energético y la lucha contra el delito.
¿Ha implementado iniciativas o políticas para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores?
Estar vinculada con la base es esencial para mí. Estoy atenta a las condiciones laborales de los trabajadores, es fundamental el estudio de los sistemas de pago en los convenios colectivos de trabajo, las nuevas normas o resoluciones y en especial el asunto de las utilidades que hoy son un tema muy tratado en las asambleas de afiliados con el propósito de esclarecerles a los asalariados sus dudas y velar con eficacia porque se cumplan sus derechos. Estos factores no son iniciativas, forman parte del deber de cada dirigente.
¿Para usted, qué significación tiene el sindicato?
Mucha gente piensa que es la asamblea y el matutino, no, es la vida de cada una de las entidades ya sea de industria, salud, comercio u otros sectores. Lo conforman sus trabajadores y ellos son la vida de esas entidades. Este sindicato es mi casa grande, la otra es la chiquita. Aquí y en los talleres es donde paso la mayor parte del tiempo. Mi alma se llena cada vez que alguien me saluda con cariño y me enseña algún nuevo artilugio mecánico que va a salir. Las máquinas y las producciones son como los hijos. Cuando las veo listas me siento orgullosa y luego cuando el artículo ha llegado a las manos de la población estoy doblemente feliz.
¿Su experiencia trabajando en colaboración con otros sindicatos y organizaciones laborales cómo ha sido?
El sindicato de Industria tiene excelentes relaciones de trabajo con todos los sindicatos y quizá yo lo veo de manera particular porque ya son unos cuantos años aquí. Aparecen jóvenes y van quedando personas de mi época, pero siempre me he sentido con el compromiso y la obligación de apoyar y enseñar lo poquito que sé a todo el que se acerque a mí sin importar del sector que sea. Formamos parte de la Central de Trabajadores de Cuba y nos tratamos como hermanos porque un sector no funciona sin otro. Un ejemplo de esto es nuestra unión durante la pandemia. El sindicato de la salud, el de cultura, turismo, construcción, nosotros y otros, estábamos hermanados. Un grupo de centros nuestros fueron galardonados por la salud por el estrecho vínculo y la cooperación. Somos una familia, y como una, nos consultamos los problemas y nos interesamos por cuestiones personales. Este oficio está cargado de pleno amor.
¿Ha tomado acciones para promover la capacitación y formación de los trabajadores?
La capacitación no solo se realiza en un aula, sino también en las asambleas de los afiliados. Es por eso que están en constante aprendizaje. Por ejemplo, en mi sector la preparación de ellos no se parece en nada a la que tenían hace 15 años. Hoy por hoy cualquier trabajador entiende de sistemas de pago, de economía, el concepto de productividad, el funcionamiento del ahorro energético. Se preparan a diario directa o indirectamente.
En toda asamblea de afiliados hay debate, controversia, opiniones fundamentadas, propuestas novedosas, y eso es así indiscutiblemente por el conocimiento que posee cada quien y que se ha adquirido con el tiempo la práctica y gracias a su formación pedagógica y político-ideológica.
¿A su juicio, qué papel desempeña el sindicato en la reafirmación de los valores de justicia social y equidad en el entorno laboral?
Cuando se habla de justicia social y equidad en el entorno laboral tenemos que remitirnos, sin duda alguna, a los convenios colectivos de trabajo porque es el documento legal que puntualiza y ejemplifica los derechos de los trabajadores. El sindicato desempeña un papel fundamental porque se encarga de la defensa de esos derechos laborales, promueve la educación, la negociación colectiva y contribuye a crear un entorno laboral más justo y equitativo para todos.
Haber sido seleccionada para recibir la Orden Lázaro Peña de Tercer Grado es seguramente motivo de gran orgullo, ¿cuánto significa para usted este galardón?
Es una de las más altas distinciones que entrega la Central de Trabajadores de Cuba y para mí es lo máximo, un gran orgullo. Esa Orden no es por un día o por una acción, ni siquiera es mía solamente, es el resultado de muchos años como dirigente y del esfuerzo de mi familia, de mis compañeros y también de todos los cuadros, porque me formaron, unos como ingeniera y otros como dirigente sindical. Lo veo como un triunfo de las mujeres y también como un reconocimiento a la labor.
Por último, y sin que esto se trate de un epitafio, ¿cómo le gustaría se recordara su legado en el trabajo sindical?
Más que recordar a mi persona deseo que tengan presentes mis acciones. Sería hermoso encontrarme con alguien y que me dijera: usted estuvo en mi asamblea o tú me atendiste cuando necesitaba un círculo infantil para mi hijo. Me sentiría satisfecha con que las personas me vean por la calle y me saluden y con que mi reserva haga un buen trabajo. Quiero ver al sector y al sindicato triunfante y recordar con ternura que formé parte de esto.
Aquí está mi corazón. Amo mi trabajo, a mi sector, yo amo hasta el último tallercito de industria sin importar de la especialidad que sea porque son las casitas que tengo dispersas por todo el país y no sería justo que eso se olvide.