Proeza que salva vidas

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Fotos: Alexis del Toro


Alrededor de 165 cilindros con oxígeno medicinal se producen diariamente en una unidad de defensa antiaérea de la Región Militar de Holguín, una proeza consagrada a salvar la vida de personas afectadas con la COVID-19.


De esta manera la provincia se incorpora a la producción del medicamento con un alto impacto en la preservación de la salud de quienes padecen la letal enfermedad.


Se dice fácil, pero detrás de esta gesta humanista están el esfuerzo y el intelecto de un grupo de hombres, militares activos y civiles, quienes cambiaron temporalmente su posición laboral para volver a donde son más necesarios, desconservar la técnica, formar de manera acelerada a nuevos pupilos ante la demanda de más fuerza y consagrarse a un proceso de producción continua que en ocasiones no permite tiempo para el descanso.


Narra el coronel Alexander Rodríguez Andújar, jefe de la unidad donde se produce el gas salvador, que “en lugar se resguardaba desde hace unos 40 años una fábrica de oxígeno para uso de la aviación, de cuyo mantenimiento se ocupan un jefe de planta y cuatro obreros.

 

 

Se decide activarla ante la orden del Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y a partir del déficit de oxígenos producido por su alta demanda en los hospitales que batallan contra la COVID-19. A ello se suma que la planta de oxigeno de la capital del país, que prácticamente abastecía a todo el territorio nacional, tiene una rotura cuya solución no sería inmediata.


“Movilizamos a reservistas que fueron oficiales y obreros nuestros, quienes cuentan con el conocimiento para echar a andar la plana y garantizar su mantenimiento, y junto con el personal permanente nos dimos a la tarea de ponerla a producir desde mediados del mes de junio. La planta tenía capacidad para unos 12 balones de gas y gracias a las innovaciones de los operarios se alcanza ahora alto volumen de producción.


“Desde el inicio y hasta el 11 de este mes de agosto le entregábamos el oxígeno líquido a la Planta de Gases de Holguín y ellos se encargaban de la gasificación y entrega a los diferentes hospitales”.

 


“Por los aumentos de los casos de enfermos en la provincia y en aras de reducir el tiempo de entrega del medicamento, a petición de Ernesto Santiesteban Velázquez, miembro del Comité Central del PCC y primer secretario del Partido en Holguín, comenzamos la gasificación aquí a partir del día 11, tarde en la noche se llenaron los primeros botellones de oxígeno, que con el acompañamiento de la policía van custodiados hasta los hospitales de destino. El día 12, cuando comenzó la producción fuerte, tuvimos el honor, alrededor de las 12 de la noche, de recibir la visita de Inés María Chapman, viceprimera ministra, Joel Queipo, miembro del secretariado del Comité Central y las autoridades de la provincia”.


Alta significación para la salvación de muchas vidas tuvo que en el territorio se contribuyera con la disposición del gas, para ello fueron imprescindibles hombres como Graciel Godínez Ramos, trabajador civil de las FAR y jubilado del Centro de Inmunología y Biopreparado de Holguín, quien retornó luego de más de 40 años de trabajo a esta Unidad de Gas y Electricidad.


Su disposición a la ayuda y conocimiento de la tecnología de este tipo de planta lo llevaron hasta La Habana para la puesta en marcha de un complejo similar, adonde retornó por segunda vez para la puesta en marcha de la fábrica de oxigeno donada por Rusia.

 


Godínez se ocupó también de la formación de nuevos operarios ante la necesidad de incrementar la fuerza para responder a las exigencias de la producción acelerada y continua del medicamento. Califica como definitoria la labor que desempeñan jóvenes operarios de reciente incorporación como Luis Berlanga y Leonadis Ramírez.


José Manuel Hidalgo Ferrera, es otro de los expertos operadores de la única planta productora de oxígeno en la provincia, donde acumula 50 años de experiencia. Estuvo también entre los que asistieron a la puesta en marcha de la fábrica de oxigeno de San Antonio de Los Baños en la capital y como mecánico operador vela por el buen funcionamiento del proceso. “Cuando estando ya en casa me vuelven a llamar me apresuro en volver, porque sabemos que de nuestro trabajo dependen la vida de muchas personas”, expresa.


Otro de los protagonistas de esta acción de gran esfuerzo y sensibilidad es Ariel Aguilera Batista, por varios años secretario del sindicato de civiles de la defensa en la provincia de Holguín, gremio que el 19 de septiembre llega a sus 50 años de creado: “Cuando me llamaron no pensé para responder que podían contar conmigo. Estaba consciente de la situación del país con el oxígeno y las necesidades de Salud Pública. Tuvimos dos meses de dormir apenas cinco horas porque éramos pocos, pero con la capacitación de personal joven eso se resolvió. Aquí estaremos hasta que sea necesario”.

 


El teniente coronel Luis Rodríguez Abreu, jefe de gas y electricidad, expone detalles del proceso productivo, como que ocurre durante 24 horas continuas en turnos de ocho horas de trabajo. “El colectivo permanente y el movilizado –explica- hace el mayor esfuerzo para mantener sostenible esta producción que es garantía de vida. Hay turnos que concluyen a las ocho de la noche, pero cuando ha habido avería esos obreros se mantienen en sus puestos para solucionar el problema”.


Es arduo el movimiento de cilindros, camiones que entran en busca de la preciada carga para salir raudos con esta, lo mismo hasta el cercano Clínico Quirúrgico que hasta el municipio de Moa en la fábrica que funciona como un laboratorio. Al tratarse de un medicamento, hay que certificar constantemente la producción, de ahí el rigor en el control de la calidad.


Cuando pasemos a una posición de nueva normalidad tendremos que dedicar un gran aplauso para estos hombres, unidos en el gran ejército uniformado que es el pueblo, para quienes contribuir a salvar vidas se ha convertido también en la primera acción de sus días.




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