Sellar la ilegalidad
- Por Melody Piñón Arévalo / estudiante de periodismo
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Era la madrugada del 17 de abril de 1961 cuando llegaron, como náufragos. Parecían ranas en transformación. En tierra firme, las tropas cubanas bajo la dirección del Comandante en Jefe Fidel Castro, hoy líder histórico de la revolución, se encontraban en posición. Solo una orden y abrieron fuego; el ruido de las balas retumbaba en todo el lugar.
El reguetón, estilo que en las últimas dos décadas se ha consolidado como un pilar central dentro del consume sonoro de una parte de los cubanos, especialmente los más jóvenes, ha sido diseccionado con la delicadeza de una bola de demolición por parte de quienes, desde el periodismo, asumen la crítica a este género.